viernes, 4 de agosto de 2023

“PX”, DE REYNALDO PÉREZ SÓ: LECTURA DE LA AGONÍA

 




Crónicas del Olvido

“PX”, DE REYLNADO PÉREZ SÓ:

LECTURA DE LA AGONÍA


**Alberto Hernández**



1.-

Lectura del desamparo, del hilo delgado que nos acontece entre el silbo de la agonía y la muerte, ese ´tener miedo/ y te pido que me lo hagas soportable´, la voz postrera, la que cree apagarse en la sala del hospital.

Lectura sobre el lomo de unas palabras que han sido depiladas para poder encontrar el escondrijo del final. Reynaldo Pérez Só, poeta,  médico, nos entrega ´Px´, editado por Ediciones Poesía, Valencia 1996, diagnóstico donde los vocablos sintetizan el síntoma: ´terminó sin darse cuenta

 en la Sala A del hospital

 como Px y tuvo su nota

 de ingreso junto a la de sus dos hijos...´ 

Por supuesto, se trata de indagar en ese que mira desde su lecho el desconcierto, la cara de quien sabe hasta dónde podrá llegar el tiempo en un cuerpo de ahogos.

2.-

La poesía de Reynaldo Pérez Só siempre ha estado signada por el despojamiento: en ´Px´ asoma un estadio diferencial que nos sitúa entre la otredad (el otro alejado, el que nos mira para hacerse de almas ajenas) y la alteridad (el otro que somos y queremos entregar).

La muerte -o la vida prolongada en agonía- desata el lenguaje de una alteridad derrotada. El médico sucumbe frente al cuerpo inerte de su esfuerzo. Como la palabra hueca, como la noche sin fondo. En poesía la constante es y ha sido borrar los límites, y eso es lo que ha hecho Reynaldo Pérez-Só en ´Px´, un libro en el que el poeta valenciano muestra al otro, se afinca en ´un´ otro que lo mira desde la opacidad de la muerte, desde el agujero vaginal donde se asoma otra muerte, la que se ve desde afuera, porque la muerte física siempre ha sido la fuerza invisible del espíritu. En la agonía se encuentran quienes han experimentado el dolor del silencio.

3.-

La voz del poeta se estaciona en el dolor, en la impotencia, en ese saberse indocto frente al próximo designio: 

´ayer se murió éste fue muy tarde

 pero este otro está esperando darlo de

 alta y vaya

 a su casa

 que es mejor morir viendo el cielo

 y donde los gases arteriales circulen

 silenciosos

 dentro del cuerpo de uno

 en el silencio de uno´.

Ahora -desde la lectura de la muerte-, el médico está en la agonía del otro. La agonía de una lectura que tiene como texto el entrañamiento, el alejamiento de un yo en la medida de querer salvarlo.

En ese otro inerme está también la muerte de quien enfrenta sus cuidados y temores. 

Poeta y médico, otro más, disminuido, lleno del que se vence o se resiste al silencio.

4.-

Aferrado a la referencia, recurro a ´Cuerpos y almas´ de Maxence van der Meersch, para saber de 

´las casas de la muerte (que) son

/ hospitales donde crecen los médicos

/ que observan signos y síntomas

/ sobre la mesa de la cama...´, 

para luego arribar oscuro y sombrío a ´Tanatorio´, de quien fuera Carlos Contramaestre. O instalar la angustia cotidiana en las páginas de ´Informe médico´, de Vicente Lecuna Torres.

Este texto de Reynaldo Pérez Só nos aproxima a un lenguaje en el que el poeta asocia la ausencia con la mirada de quien sabe que esa ausencia libera un aprendizaje (claro, más allá de la lengua), que funda una poética, la inasibilidad, la desnudez y la inocencia de la agonía. ¿Acaso encontraremos los signos de la vida en una agonía que definitivamente nos abrirá el camino hacia la gran enseñanza que es la muerte?

(Este texto pertenece al libro inédito “Crónicas invertebradas”. La nota fue escrita en 1997).


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Alberto Hernández. Fotografía de Alberto H. Cobo.


Alberto Hernández, es poeta, narrador y periodista, Fue secretario de redacción del diario El Periodiquito. Es egresado del Pedagógico de Maracay con estudios de postgrado de Literatura Latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar. Es fundador de la revista literaria Umbra y colabora además en revistas y periódicos nacionales y extranjeros. Ha publicado un importante número de poemarios: La mofa del musgo (1980), Última instancia (1985) ; Párpado de insolación (1989),  Ojos de afuera (1989) ganadora del 1r Premio del II Concurso Literario Ipasme; Nortes ( 1991), ; Intentos y el exilio(1996), libro ganador del Premio II Bienal Nueva Esparta; Bestias de superficie (1998) premio de Poesía del Ateneo de El Tigre y diario Antorcha 1992 y traducido al idioma árabe por Abdul Zagbour en 2005; Poética del desatino (2001); En boca ajena. Antología poética 1980-2001 (México, 2001);Tierra de la que soy, Universidad de Nueva York (2002). Nortes/ Norths (Universidad de Nueva York, 2002); El poema de la ciudad (2003). Ha escrito también cuentos como Fragmentos de la misma memoria (1994); Cortoletraje (1999) y Virginidades y otros desafíos.  (Universidad de Nueva York, 2000); cuenta también con libros de ensayo literario y crónicas. Publica un blog llamado Puertas de Galina. Parte de su obra ha sido traducida al árabe, italiano, portugués e inglés. 



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