lunes, 28 de agosto de 2023

SinDiós, la continuación de Diablos, móviles y ajedrez.

Un cuento de by PacoMan


Robert Redford saboreándose a los Liponautas


Este cuento que hoy les presento es una nueva entrega de las desventuras de Manuel Martínez Aragón y de un servidor, en una de las cantinas universitarias de la UMA (Universidad de Málaga). Si bien es cierto que los personajes son una trasnposición de nosotros, hay ciertos aspectos de sus opiniones que están exageradas o incluso son contrarias a lo que opina quien lo expone.

Estos personajes ya tuvieron una primera desventura el 12 de marzo de 2023 en Diablos, móviles y ajedrez en esta misma web grupolipo. Ahora, el 23 de junio de 2023 en el tiempo interno de la narración, vuelven a la divina carga.

Tal como narra el mismo cuento, fue mi regalo del cincuenta cumpleaños de Manuel, junto a una botella de bourbon Jack Daniels. Y sí, hubo fiesta al día siguiente: concurrida y muy divertida. El pudor y el derecho a la intimidad me impiden aportar elementos gráficos del evento, espero que sepan comprender.

No les privo más de su tiempo, les dejo con Sindiós, un cuento… un cuento… eso, un cuento.


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Sindiós

 

Lo vi reflejado en la cara de un par de profesoras visitantes. Cualquiera diría que un Robert Redford de 50 años y no de 86, que son los que le corresponden al actor americano, hubiera entrado en nuestra cantina universitaria. Ni me tomé el trabajo de girarme mientras exclamaba:

—¡Profesor Martínez! Haga usted el favor de sentarse aquí, conmigo.


Robert Redford y Jane Fonda en Descalzos en el parque

Una nueva cara, esta vez de estupefacción brotó en los rostros de las ya mencionadas profesoras. Fue para enmarcar. Para lo que va quedando uno… con lo que se ha sido, en fin. Y no, ese fin no lo es de este cuento, no ha acabado, sólo ha sido un lamento por el tiempo que ya ha pasado, más de 27 años en el trasiego que nos compete.

—Profesor Mancera.

Me levanté y me fundí en un abrazo con Manuel Martínez Aragón, profesor de Historia del Arte en la facultad de Arquitectura, mi amigo y a veces mi Barry Kripke[1].


De izquierda a derecha: Barry Kripke y Sheldon Cooper


—¿Qué tal vuestras vacaciones por el Pirineo? ¿Y el viaje de más de 1000 kilómetros de vuelta? ¿Carmen empezaba hoy?

Hubiera seguido haciendo preguntas, pero me interrumpió levantando la mano. Llamó al camarero y pidió su desayuno.

—Bien todo. Vente a cenar a casa y te contamos con más detalle, viendo los videos y fotos.

—Vale, ¿a las 8 de la noche? Por cierto, feliz cincuenta cumpleaños. Así esta noche lo celebramos.


Robert Redford. Fotograma de de The old man an the gun.

—No, mi cumple es este viernes 23 de junio, y lo celebramos en una fiesta sorpresa este sábado. Carmen te avisará hoy, supongo—. Me apuntó con el dedo y sonriendo disparó
—: Sin que yo deba enterarme.

—Ah, vaya. Bueno… y ¿Cómo le ha ido a tu sustituta en tus clases?

Llegó el camarero con la comanda. Se saludaron y tras un breve diálogo protocolario, me contestó:

—Mal. Surgieron “complicaciones”, vaya un sindiós.

—¿Y eso?

—Sabes que estas vacaciones han sido fruto de la precipitación. No lo teníamos planeado, pero ha surgido por lo del enésimo problema estomacal de Carlota, ya sabes. Y no me ha dado tiempo a instruir a la doctoranda que le dirijo la tesis. Como bien sabes, por las veces que lo hemos comentado, yo no creo en esa forma de hacer, tan de catedrático. Pero no me quedó otra, la instruí en todo lo que podía pasar.

—¿Y qué pasó? — Comenté mientras me arrellenaba en mi asiento dispuesto a escuchar con detalle la explicación. Un chafardeo siempre es bienvenido.

—Lo que no pude prever que pasaría: pasó. O por mi falta de capacidad o por falta de tiempo previendo. Da igual, nunca más lo volveré a hacer.

—Sabes, salvando las distancias, me recuerda a la Teoría de Juegos— Comente, aunque en el fondo estaba frustrado, pues no en vano, Manuel me había privado de los sabrosos detalles del affaire. Y si bien es cierto que mi alma es ominosa como la poza más oscura del páramo más remoto, no me da para repreguntar.

—¿Es esta una de tus “manceradas”?— Me encasquetó Manuel, con una de sus sonrisas Profidén.



—Espera, espera que ya verás como acaba. Total, que cuando explico a mis alumnos el equilibrio perfecto en subjuegos, les comentó que es una forma completa de jugarlo. Que es como si se fueran de vacaciones y dejarán una explicación completa a alguien de como jugar el juego en su lugar. Cada vez que le toque o pudiera tocar decidir, se le indica que es lo que debe hacer. Y eso define una estrategia. Las estrategias de equilibrio (una por jugador) son las que definen el equilibrio frente a la tendencia natural de asociar el equilibrio a los pagos, lo que obtienen los jugadores. Incluso a pesar que a veces, la propia decisión de un jugador excluye la posibilidad de volver a decidir en otro punto, pues el juego sigue otro derrotero. Y eso, porque insospechadamente “se comenten errores” y es bueno saber que hacer en cualquier eventualidad. Como habría sido menester con tu doctoranda en tus clases.  

—Justo, eso es lo que nos pasó, acabamos en una situación no prevista y por tanto no había pensado que decidir. Por eso, como ya hemos hablado varias veces: no me gusta explicar lo que tiene que hacer, sino que aprenda a decidir por sí misma lo que hay que hacer. Es lo de "Si ves a un hambriento, no le des arroz; enséñale a cultivarlo”, que dicen que dijo Confucio.

—Eso es la mayor estupidez que he oido en mi vida, lo más recalcitrantemente reaccionario que uno se puede echar a la cara…

—Vale, vale. No sigas, ya me lo has contado.

Y para que no me obcecará con Confucio et al, añadió a pies juntillas, en un zafio intento de desviar la inevitable lógica de la mancerada que había iniciado.

—¿Sabes el chiste del catalán? Ese que todos los días en la iglesia pedía: “Dios, que me toque la lotería”, hasta que un día Cristo, harto de oírle le dice: pero juega, coño, juega.

—Profesor Martínez, sí, si lo conocía. ¿Cómo no iba a conocerlo? Si siendo catalán, todos están locos por contármelo.

Llame con la mano al camarero para pedirle otra ronda de… cafés. Aún era temprano para las cervezas y el viernes, el día de los “manolitos” no era más que una leve promesa: una luz al final del túnel. Túnel largo de cojones, por cierto. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, hice el pedido con un único gesto de mi mano izquierda. Ya son muchos años yendo a los mismos sitios, pidiendo lo mismo a los mismos camareros… escuchando los mismos chistes. Comenté, con el mismo mimo (Fátima Romero Álvarez tiene razón, por mis venas corre puro rococó):

—Es curioso que pedir a Dios sea tan barato a los católicos. Y aunque no te lo creas, retomo punto por punto mi loca idea inicial, allí donde la has intentado abandonar, como hacen los desalmados con sus perros, cuando se cansan de ellos.

Dustin Hoffman y Robert Redford en "Todos los hombres del presidente".


Sabía que a Manuel este tema le iba a llamar la atención, su reciente evolución personal y una larga tradición familiar condicionan, pero no irremediablemente.

 —¿Qué quieres decir exactamente con eso?

—Pedirle al Dios católico es gratis. Incluso cuando te lo concede no “cobra” nada, no tiene coste. Es cierto que nunca escucha y no mueve un dedo por sus creyentes, pero en las contadas ocasiones que, si lo hace, no tiene coste para el demandante. Y eso rompe el equilibrio natural de las cosas— argumenté.

—Claro, por eso es Dios. Él lo puede todo, él todo lo creo ¿no? ¿Por qué iba a costarle cambiarlo?

—Manuel, es muy extraño que el Dios católico que es bastante compatible con la ciencia esté todo el día rehaciendo su obra, tocando aquí y allá. Es decir, él podría haber dado sólo un empujón inicial (el big bang) y retirarse a observar, como la evolución y demás mecanismo creaban el universo tal y como él lo planeo. Vaya que no lo veo de “chapuzas” todo el día haciendo remiendos. Yo lo veo más… más, como de fin de semana largo, como de vacaciones familiares de Semana Santa—. No pude por menos que carcajearme de mi boutade de mal gusto.

—¿Dónde quieres llegar?— Me preguntó mientras sorbia su segundo café con leche.

—¿Por qué romper ese equilibrio? Dios te concede algo, pero a cambio toma algo de ti. Eso si sería mucho más justo.

—¿Justo?

—Claro. Imagínate que te presentas a una oposición de profesor universitario de Historia del Arte sin haber estudiado nada, le pides a Dios sacar la plaza. Y va y te lo concede. ¿No sería Dios injusto con los otros opositores que si se han matado a estudiar y son tan buenos católicos como tú? ¿Y si los otros opositores también le hubieran pedido a Dios sacarla? ¿Es eso justo? ¿Es eso ecuánime? ¿Es eso divino? No. No puede serlo nunca.

—Lo que propones no tiene nada que ver con las religiones monoteístas. Además, sabes que muchos demandantes de favores divinos, para ganarse el favor de un supuestamente Dios mundano, ofrecen una penitencia. Las procesiones están llenas de ellos, así con su “supuesto” sacrificio, le dan las gracias a Dios por sus plegarias atendidas—. Con un leve gesto de cabeza y con sonrisa a lo Humphrey Bogart se descolgó: Por cierto, gran novela de Capote.


Laureen Bacall y Humphrey Bogart

—Querido Manuel te diré lo mismo que le dijo Weber a Durkheim cuando le mando su crítica sobre su teoría del suicidio: “su teoría es maravillosa pero no tiene nada que ver con la realidad” Y este le contesto: “Peor para la realidad”.

—Paco, concreta. Entonces, ¿Dónde quieres llegar con este cúmulo de manceradas?

—Qué Dios está de vacaciones, lleva milenios de vacaciones— Dejé caer la bomba y observé la reacción en Manolo. Retomé la palabra aprovechando su estupor.

—No mandó a su hijo a la Tierra a limpiar los pecados de los hombres (y mujeres… y cualquier espécimen humano independientemente de su orientación sexual). Sino a que aprendiera el oficio y poder marcharse indefinidamente de vacaciones.

Fijó su mirada en mí, congeló la expresión y pensó. Juraría que vi como sus neuronas activaban sus dendritas frenéticamente. Relajó el rictus y comentó:

—Este sindiós que es nuestra sociedad se explicaría por la ausencia de Dios. De un Dios de vacaciones permanentes, atendidos “sólo” por su aprendiz y por un ejército de hombres ávidos de poder, que nos pastorean en su nombre, desde la Iglesia.

—Eso, o que Dios en su infinita inteligencia no nos ha dejado las instrucciones de cómo vivir. No nos ha dejado una estrategia (a lo teoría de juegos) que seguir en forma de Iglesia. Sino que pretende que maduremos y vivamos sin Dios, reflexionando y decidiendo por nosotros mismos, como adultos emocionales.

—Profesor Mancera, es una de las manceradas más burdas que le he escuchado nunca, y mira que las has dicho gordas.

—Puede ser, pero mírala con cariño; es tu regalo de cincuenta cumpleaños.

 

 

by PacoMan

Málaga, a 23 de junio de 2023.


    Pie de Foto: Manuel (con gorra) y un servidor (sin gorra)




Post Scriptum.

Negó varias veces con la cabeza y tras pensárselo, como el que ya no tiene nada más que perder, me doy las gracias con sorna.

—¿Qué tiene que ver las vacaciones de Dios con lo “barato” que es pedir al Dios católico?

—Fácil, que Dios en su inmensa sabiduría, antes de irse de vacaciones y previendo el cristo que iba a formar su hijo y lo corrupto de los padres de su Iglesia, dejó ordenado una estrategia “comercial”. Y así poder competir con las otras iglesias que, si cobran por pedir a sus dioses, como si de un puesto de pescado se tratase. Decidió hacer una gran oferta: pedir deseos será gratis en la Iglesia católica a partir del advenimiento de su hijo, el nuevo cabeza de la santa trinidad, o en términos más modernos: el CEO del tinglado. Y él, en la Bahamas celestiales con otras deidades sin creyentes, deidades olvidadas. Y lo mejor, lo mejor son las valquirias que los atienden. ¡Imagínatelas! Dignas no ya de un Dios, sino de miles. Vaya que todas las noches montan un sindiós. Ahora sí.

 

 

by PacoMan

Málaga a 23 de junio de 2023

Unos minutos más tarde que anteriormente.



[1] Estos personajes se presentaron y protagonizaron el cuento: Diablos, móviles y ajedrez (12 marzo 2023). Disponible (gratuitamente) en este enlace:

http://grupolipo.blogspot.com/2023/03/diablos-moviles-y-ajedrez.html

 


El tema principal de la película El Golpe,es una obra compuesta por Scott Joplin en el año 1902 bajo el título The Entertainer. La película "El Golpe", The Sting (1973) fue dirigida por George Roy Hill y protagonizada por Robert Redford, Paul Newman, Robert Shaw, Charles Durning, Ray Walston. La Música corrió a cargo de Marvin Hamlisch.



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by PacoMan 

En 1968 nace. Reside en Málaga desde hace más de tres lustros.

Economista y de vocación docente. En la actualidad, trabaja de Director Técnico (aunque no sabemos a cual equipo de fútbol asesora, las cursivas son nuestras).


Aficionado a la Ciencia Ficción desde antes de nacer. Muy de vez en cuando, sube post a su maltratado blog.

Y colabora con el blog de Grupo Li Po


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