Venezuela ha traído a la luz personas de gran talante moral, ético y artístico. Muchas de estas personalidades han tenido que luchar contra las dificultades de vivir en un ambiento duro para el libre desenvolvimiento de la personalidad. Algunas veces son las desgracias económicas otras la opresión política pero a pesar de estas dificultades estos seres se imponen a las dificultades y logran legar un patrimonio a esta tierra que los vio nacer y donde es una triste norma de urbanidad nacional olvidar de manera injusta a esos compatriotas que contribuyeron con el levantamiento cultural de este país. Uno de estos seres obsequiosos para la vida fue César Rengifo.
César Rengifo uno de los artista venezolanos mas importantes del siglo XX, fue ejemplo viviente de lo que llamamos un hombre renacentista. Se desempeño como dramaturgo, director teatral, artista plástico, reportero, ensayista, poeta, educador, investigador y activista político.
El nace en Santiago de León de Caracas un 14 de mayo de 1915 en una familia pobre. Su padre: Ángel María Rengifo era repartidor de pan y su madre Felícita Cárdenas era costurera de la intendencia del ejercito. El padre de César muere antes de que el nazca y su madre muere 10 meses después de traerlo al mundo. César fue adoptado por Ascensión Delgado y Mariana Rovaina, pareja campesina que lo educó lo mejor que pudo. Su padrino, José del Carmen Toledo; maestro de obras, pintor y decorador, se encargó luego de la educación de César debido al aprovechamiento de muchacho. Dada la facilidad de César para dibujar esta fue la primera habilidad que estimularon tanto sus padres como su padrino.
Cesar aprendió a leer muy temprano y poseía gran soltura para la declamación. Esta precoz habilidad le permitió acercarse a las obras literarias más asequibles para un niño en esa época. Desde muy temprano comenzó a asistir al teatro a ver montajes tales como Genoveva de Brabante o los sainetes españoles o venezolanos. A pesar de no comprender mucho estos espectáculos la espina del teatro fue clavándose de manera lenta y constante en el corazón de César Rengifo. Esta obras incitaron a que César escribiera sus propias obras de teatro desde muy joven, obras que en su mayoría fueron destruidas por él mismo al carecer de meritos estéticos. La etapa de escritura que podríamos llamar seria se inicio en 1937 cuando ya manejaba mejor los elementos del oficio.
Muchas de las obras que se montaban en esa época estaban aisladas del contexto sociopolítico vigente por lo que generalmente eran acríticas al gobierno imperante y generalmente se buscaba la evasión al utilizar temas o elementos ajenos a nuestro contexto sociohistórico. Esta actitud fue duramente cuestionada por César Rengifo, que ya era militante de la Federación de estudiantes y del partido Comunista. Quizás como una forma de recuperar nuestro pasado y camuflar la crítica social que comenzaba a ser evidente en las obras que desarrollaría a lo largo de su vida, César se adentró en nuestro pasado para que el análisis y acercamiento a ciertas situaciones de esa realidad sirviera como revulsivo en la conciencia de los venezolanos que vivían en la actualidad. De esta manera César Rengifo marcó distancia frente al teatro vigente en la época y ofreció una alternativa al público con lo que podríamos llamar un teatro histórico.
A finales de los años treinta la obra que lo concreta como dramaturgo es “Los Canarios”, aunque estudiosos como Rubén Monasterios afirman que la obra que lo define cabalmente y que sirve para ser punto de inicio de ese teatro que llamamos histórico es “Manuelote”. En esta obra César Rengifo toma elementos históricos y políticos de nuestro pasado que son contextualizados en función de la ideología de Cesar para mostrarlos como antecedentes de las luchas de clases o como modelos a seguir para luchar contra el capitalismo imperante que buscaba deshumanizar al trabajador venezolano. Es evidente que César Rengifo rompe con las formas imperantes en la época, que consideraba que los venezolanos estábamos acostumbrado a un teatro no trascendente e incapaz de hacer que el espectador cuestionase su realidad. El quería redescubrir el pasado de esta tierra para dárselo al pueblo venezolano de manera que este pudiese cuestionar su realidad y que lograra cuajar la iniciativa de una necesidad de cambio que pudiese modificar nuestra realidad presente con la finalidad a largo plazo de conseguir un mejor porvenir.
Los temas comunes en las obras de Rengifo son la desigualdad, la injusticia, el abuso de poder, el abuso de recursos naturales como el petróleo, los problemas educativos, las luchas laborales, la marginalidad, etc. El teatro de Rengifo era militante muy influenciado por su ideología comunista y el teatro de Bertol Brecht. La presencia de ese elemento, muy criticado luego en ciertas esferas, llamado realismo socialista era evidente. A pesar de la presencia importante de estas influencias Rengifo no olvidaba los clásicos y muchas veces se apoyaba en el valor canónico de ciertos autores como Shakespeare, Lope de vega, Calderón de la Barca, Moliere, etc. aunque no por ello no dejaba de estar al tanto de los hallazgos de autores como Eugenio O’Neal o Arthur Miller.
El elemento básico en el teatro de Rengifo era el conflicto social. Podría ser el conflicto entre indígenas y los invasores españoles, las luchas entre esclavos, pardos y mantuanos en una sociedad colonial, los conflictos entre campesinos pisatarios y los terratenientes, las guerras federales, las luchas de una incipiente clase obrera en ascenso durante la explotación del petróleo, los abuso de poder de los regímenes venezolanos de la época, los conflictos generados por la marginalidad, etc. El teatro de Rengifo estaba afincado en nuestra realidad pero no por ello renunciaba a su carga simbólica. No era un teatro gratificante en el sentido de los finales felices, porque buscaba lo trágico y los desenlaces originales. No favorecía la comodidad del espectador. Él siempre buscaba un acento político que habría de designar el teatro en el curso de toda su historia. Un producto social del continente político que tuviese la condición de hecho estético político que se acentuaría en los grandes momentos de cambios sociales. Buscaba un teatro que denunciara y que mostrara los conflictos de las ideas y que salvara los valores nacionales.
La búsqueda de estos valores por César Rengifo terminó un 2 de noviembre de 1980, en la misma ciudad que lo vio nacer, cuando dio por terminada la función.
Richard Montenegro
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