Estimados Amigos
Hoy compartimos la despedida que le hace nuestro amigo Joan Antoni Fernández a un grande la historieta: Bernie Wrightson uno de los padres de La cosa del pantano.
Entren y recorran la obra de este inolvidable creador.
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Nos
ha dejado Bernie Wrightson,
ilustrador y dibujante de grandes cómics de terror, famoso co-creador junto al
escritor Len Wein del personaje de “Swamp Thing” (La Cosa del Pantano).
Justo es que, tras su marcha, rindamos un sentido homenaje a su talento
excepcional, a ese estilo único en el sombreado que le otorgó la fama en el
exigente mundo del arte gráfico.
Bernie Wrightson nació el 27 de octubre de
1948 en Dundalk, un suburbio de Baltimore. La misma ciudad donde muchos años
antes naciera el escritor gótico EdgarAllan Poe. Todo un guiño del Destino, sin duda. Ávido lector de cómics, con
sólo 15 años de edad, un joven Bernie descubría el trabajo de otro genial
artista de la ilustración: Frank Frazetta. Este personaje sería muy importante en el rumbo de su vida, y no
sólo como maestro. Otras influencias evidentes en el estilo del principiante
Wrightson fueron grandes ilustradores como Graham Ingels, Roy Krenkel, Al Williamson y Al Dorne entre otros.
Aunque algunos creen que Franklin Booth (1874-1948) fue también
decisivo en la formación de Wrightson, sin negar su influencia en el mismo, no
lo cuento entre los más importantes.
Recordemos que la técnica inusual a pluma y tinta del portentoso ilustrador que fue Booth se generó fruto de un malentendido. Este artista, para aprender de joven, copiaba las imágenes de libros y revistas. Al hacer copias muy detalladas de lo que, sin él saberlo, eran grabados en madera, desarrolló una técnica de miles de líneas que en su variación creaban esa extraordinaria sensación de cambios de densidad y sombras. Algo muy hermoso, pero que a diferencia de los dibujos de Wrightson, resulta más frío y distante.
Franklin Booth, Ilustración para McClure's Magazine en 1914 |
Recordemos que la técnica inusual a pluma y tinta del portentoso ilustrador que fue Booth se generó fruto de un malentendido. Este artista, para aprender de joven, copiaba las imágenes de libros y revistas. Al hacer copias muy detalladas de lo que, sin él saberlo, eran grabados en madera, desarrolló una técnica de miles de líneas que en su variación creaban esa extraordinaria sensación de cambios de densidad y sombras. Algo muy hermoso, pero que a diferencia de los dibujos de Wrightson, resulta más frío y distante.
Por el contrario, mayor influencia se
percibe en las ilustraciones de otro de los grandes, el injustamente olvidado y
víctima del Comics Code Graham Ingels (1915-1991).
Los dibujos de sus cadáveres en descomposición, siempre tan fascinantes,
resultan de forma paradójica mucho más vitales e inspiradores para el estilo
humanista que Wrightson forjó durante su
vida.
Pero sería Frank Frazetta, a quien conoció de joven en una convención, la
persona que le diera el espaldarazo definitivo. En Nueva York fue él quien le
presentó a los editores de DC Comics, en especial Dick Giordano, facilitándole en 1969 su primer trabajo para ellos.
La
primera historia como profesional, publicada en la colección “House of Mistery”, ya tenía un título
definitorio: “El hombre que se mató a sí
mismo”. Luego llegaría el héroe de espada y brujería “Nightmaster”, en colaboración con el escritor Denny O’Neil. Aunque
la cosa no acabó de cuajar y otros artistas ocuparon su lugar para seguir con
el personaje.
También para Marvel realizó algunas series,
como “Chamber of Darkness” de Stan Lee y “Tower od Shadows”, igual
que alguna historia de “King Kull”.
No obstante, parece que su estilo no acababa de ser del gusto de Stan Lee, por
lo que sus colaboraciones fueron espaciándose.
Fue en 1971 cuando los caminos de Wrightson
y Len Wein se juntaron para crear “Casa
de Secretos”, la primera aparición de su personaje más conocido, “The Swamp Thing”. Esta historia de
ambiente victoriano fue el preludio del lanzamiento, en 1972, y ya en un
entorno contemporáneo, de ese humanoide vegetal que tanta fama les
proporcionara a ambos. Incluso ya en 1982 el director de cine Wes Craven realizó una primera película
bastante exitosa.
Pero Wrightson seguía creando; en 1972,
junto al escritor Marv Wolfman, dio forma al personaje de “Destino”, el cual aparecería en el primer número de “Weird Mystery Tales”. Un personaje que
algo más tarde aprovecharía Neil Gaiman
en su icónica serie “The Sandman”.
Los setenta fueron años convulsos. Wrightson se incorporó a Warren Publishing y publicó en revistas de terror emblemáticas como “Eerie” y “Creepy”. Allí
fue probando nuevas técnicas y adaptando divertidas historias de clásicos del
terror, como “El Gato Negro” de Edgar Allan Poe, o “Aire frío” de H. P.
Lovecraft. Junto a otros ilustradores (Jeff Jones, Michael Kaluta, Barry Windsor-Smith…) abrió un lugar en Manhattan
llamado “The Studio”. Allí se realizaban obras alejadas del cómic: carteles,
grabados, calendarios. El propio Wrightson creó un calendario y un libro para
colorear, titulado “Monstruosas criaturas”. Y claro, se publicó una recopilación
de cómics suyos bajo el nombre genérico de “Berni
Wrightson: Master of the Macabre”.
A principios de los ochenta, entre 1980 y
1983, se abrió a un público más “entendido” y publicó para la revista Heavy Metal, la réplica americana de la
francesa Métal Hurlant. En sus páginas
creó un nuevo personaje, el “Captain
Sternn”, una especie de antihéroe espacial, bastante amoral. Y luego, junto
a Bruce Jones, publicó la novela gráfica
“Freak Show”.
Tampoco puede olvidarse sus colaboraciones
con otro grande, el escritor Jim Starlin.
Su primera creación fue “Heroes for Hope”
para Marvel en 1985, una historia que usaba a los mutantes como excusa para
concienciar a los lectores sobre la hambruna que azotaba África. De forma
parecida, hicieron para DC Comics “Heroes
Against Hunger”, con Superman y Batman de protagonistas. Seguirían otros
trabajos como “Spider-Man: Hooky” y “Hulk y la Cosa: El gran cambio”. Pero
sus mejores obras, también con Jim Starlin, fueron las mini-series “The Weird” y “Batman: The Cult”, ambas para DC, y “Punisher POV” para Marvel.
Poco a poco, las obras de Bernie Wrightson
fueron espaciándose. Todavía salieron algunos trabajos interesantes, como “Tarzán: Le Monstre” (Dark Horse 1998),
o su divertida parodia de La Cosa del Pantano para Los Simpson en “Bart Simpson Treehouse of Horror 11”.
Allí daba a luz a una “Cosa del Calamar” como hilarante remedo de su más famosa
creación.
Mención aparte merecen sus aportaciones como
diseñador en películas importantes, de las que podemos destacar títulos muy
emblemáticos: “Ghostbusters”, “The
Faculty”, “Galaxy Quest”, “George A. Romero’s Land of the Dead”, “Serenity” o
“The Mist” de Stephen King y dirigida
por Frank Darabont... Toda una lista impresionante, desde luego.Y no podemos olvidar sus fantásticas portadas de discos, en especial las que hiciera para la banda de rock Meat Loaf.
Por desgracia, el tumor cerebral que desde 2014 fue mermando sus capacidades, acabó siendo fatal. Nos queda la ingente obra que supo crear, esos trazos retorcidos con una extraña luminosidad que surge desde unas sombras genialmente dotadas de movimiento. Como claro exponente de ello, por un lado tenemos esa Cosa del Pantano dotada de un verde sombrío, palpitante incluso en la oscuridad. Y cómo no, un extraordinario Frankestein, por completo alejado de los cánones del Boris Karloff cinematográfico. Un ser convertido bajo los trazos de su pluma en una figura atormentada, terrible y bella en su propia fealdad.
Tamaña proeza sólo puede ser lograda por los
más grandes. Y sin duda Bernie Wrightson lo era, por ello ostenta sin discusión
el título de Maestro de lo Macabro.
Descansa en paz. Maestro.
Joan Antoni Fernández
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Joan Antoni Fernández nació en Barcelona el año 1957, actualmente vive retirado en Argentona. Escritor desde su más tierna infancia ha ido pasando desde ensuciar paredes hasta pergeñar novelas en una progresión ascendente que parece no tener fin. Enfant terrible de la Ci-Fi hispana, ha sido ganador de premios fallidos como el ASCII o el Terra Ignota, que fenecieron sin que el pobre hombre viera un céntimo. Inasequible al desaliento, ha quedado finalista de premios como UPC, Ignotus, Alberto Magno, Espiral, El Melocotón Mecánico y Manuel de Pedrolo, premio éste que finalmente ganó en su edición del 2005. Ha publicado relatos, artículos y reseñas en Ciberpaís, Nexus, A Quien Corresponda, La Plaga, Maelström, Valis, Dark Star, Pulp Magazine, Nitecuento y Gigamesh, así como en las webs Ficción Científica, NGC 3660 y BEM On Line, donde además mantenía junto a Toni Segarra la sección Scrath! dedicada al mundo de los cómics. Que la mayoría de estas publicaciones haya ido cerrando es una simple coincidencia... según su abogado. También es colaborador habitual en todo tipo de libros de antologías, aunque sean de Star Trek ("Últimas Fronteras II"), habiendo participado en más de una docena de ellas (Espiral, Albemuth, Libro Andrómeda, etc.). Hasta la fecha ha publicado siete libros: "Reflejo en el agua", "Policía Sideral", "Vacío Imperfecto", “Esencia divina”, “La mirada del abismo”, “Democracia cibernética” y “A vuestras mentes dispersas”. Además, amenaza con nuevas publicaciones. Su madre piensa que escribe bien, su familia y amigos piensan que sólo escribe y él ni siquiera piensa.
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Actualizada el 02/03/2024
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