Amigos
Hoy es miércoles de estrenos cinematográficos e Venezuela. LA entrevista que compartimos con ustedes no es inédita en la red pero el hecho de que tenga 4 entradillas si lo es. Aquí 4 venezolanos y dos españoles nos dan su parecer sobre este escritor que algunos tildan de niño terrible.
Deseamos disfruten de la entrada.
Atentamente
La gerencia
*******
Feliz miércoles, amigos de la pagina LiPo
Lo que sigue es una entrevista al escritor español Juan Manuel de Prada a propósito de su novela "Mirlo Blanco, Cisne Negro".
Aunque los lectores de este lado del charco no nos movemos en los cánones editoriales de la península, será muy interesante leer las opiniones de este autor acerca del éxito editorial, de logros en publicaciones, temas de libros apropiados o no y también acerca de la ambivalencia que maneja el creador al filo entre la autobiografía y la libre ficción.
Por supuesto, más de uno de nosotros se sentirá identificado en ese juego de la razón.
Gracias a este espacio por acercarnos reflexiones que nos llevarán a pensar más en nuestra labor creativa.
Graciela Bonnet
*******
Estimados Amigos
Hoy el Grupo Li
Po les propone un curioso manjar, una delicatessen
para paladares exquisitos. La entrevista realizada al escritor español Juan
Manuel de Prada es sin duda exótica. Personaje inclasificable, a caballo
entre la osadía y el respeto, pretende ser el eterno enfant terrible de
las letras. De Prada juega a ser un pez globo, a las primeras de cambio se
infla y muestra todas sus espinas para no ser devorado. Ojo con él y su veneno
mortal, aunque los críticos corten y cocinen su obra, como si se tratara de fugu
japonés.
El peligro siempre está latente.
En la entrevista
que sigue, de Prada habla de su libro “Mirlo blanco, cisne negro”. La obra
pretende ser una velada autobiografía de su paso por el mundo editorial. Un muy
particular ajuste de cuentas de un autor que, tal vez, sea víctima de su propia
confusión. No obstante, su experiencia de “juguete roto” es muy significativa.
Interesante, sin duda nos hará reflexionar.
Sin más
preámbulos, les dejo con las opiniones de quien fuera La Gran Esperanza Blanca
de las letras hispanas. Una vana esperanza, todo hay que decirlo.
Pasen y lean.
Joan Antoni Fernández
*******
LA
LENGUA DE JUAN MANUEL DE PRADA NO DEJA TÍTERE CON CABEZA
Alberto Hernández
Una larga entrevista en la que no queda
títere con cabeza. Juan Manuel de Prada no se muerde la lengua. Habla para
decir lo que lleva en ancas su poética, su novelística. En este andar se
aproxima a los rasgos de sus maestros (como él los reconoce) Camilo José Cela y
Francisco Umbral a través del personaje Saldaña, con quienes comparte el humor
y la acidez de sus reflexiones.
En tal sentido, trae a su momento el nombre
de César González Ruano, quien al parafrasear a Eugenio D´Ors, afirma que “Todo
lo que no es autobiografía es plagio”. De modo que en su novela “Mirlo blanco,
cisne negro” (Editorial Espasa, 2016) se mueven personajes donde la ficción
también forma parte de su biografía. Todo lo que se escribe es ficción, dice,
pero con algo de uno.
-El que es y el que uno cree ser-, deja
correr mientras confirma mezclarse con los personajes y ser parte de la novela.
El autor –dice quien esto escribe- se
ficcionaliza para poder ser realidad.
No deja de fajarse contra quienes se reúnen
alrededor de la fogata de un grupo para poder respirar y ser nombrado.
-El escritor mediocre siempre trata de
acogerse a marbetes colectivos para ocultar su mediocridad-, palabras más,
palabras menos salidas de la boca de Juan Manuel de Prada, quien destapa el
nombre de la generación “Nocilla” como representación de la dicha mediocridad
de algunos de sus integrantes.
Y así, lengua suelta,
se declara opositor al régimen cultural, al régimen de la modernidad, porque
“soy un desclasado”.
Por esa ya trazada ruta toca a los
críticos, en el mismo tono de su Saldaña, de “eunucos que saben cómo se hace
pero no pueden hacerlo”. Pero precisa que su opinión “no sería tan brutal”, por
ser más caritativo.
-La crítica es un oficio en vías de
extinción, porque siguen siendo los artífices del “canon literario falso”. Y
revuelve la bilis española al pisar callos: “Para ser un escritor de mérito
tienes que ser lacayo del régimen de turno”.
Cauce que deriva en un “público cretinizado”.
En definitiva, el autor español rubrica su
acento al apuntar que el mundo cultural español está en manos de mafias.
-Soy un escritor maldito y denostado-,
cierra la puerta.
Y mira con desdén hacia la posibilidad de
haber sido una promesa juvenil y luego un escritor recordado. Se burla de eso,
como se burla de la retórica canónica.
De las lenguas de otros: las del poder y
sus glorias.
*******
De Prada, ha
pasado de describir Coños a azote a
los mafiosos de Grupo Prisa
Es la primera vez que escribo una
entradilla de un texto que no he acabado de leer: en este caso una entrevista al
escritor Juan
Manuel de Prada con motivo de la presentación de su nueva novela. El motivo
es que no soporto el personaje público en que se ha convertido Prada. En
Septiembre del año 2000 nos presentaron en el Festival de
cine Fantástico de Estepona, intercambiamos las habituales palabras
cordiales que en estas circunstancias se suelen decir y tras comentar nuestro
más que evidente parecido físico nos despedimos sin más. Mi parecido varía en función de la longitud de mi pelo y
la prominencia de mi barriga, que en estos 16 años ha subido, bajado y vuelto a subir como si de una
montaña rusa se tratara. El parecido ha llegado a tal extremo que hasta en dos
veces me han confundido con él, mientras tomaba café en un bar… y no, su
popularidad no da para que le inviten al café.
Por lo tanto puedo afirmar que no conozco a la persona. El personaje en un particular Efecto Doppler ideológico se ha corrido al azul más intenso, propio de las camisas de los falangistas. Sorprende que el autor de Coños (1994) haya llegado a tal situación. Pero lo que me ha soliviantado es este maniqueísmo:
Parecidos razonables o separados al nacer. PacoMan y Juan Manuel de Prada |
Por lo tanto puedo afirmar que no conozco a la persona. El personaje en un particular Efecto Doppler ideológico se ha corrido al azul más intenso, propio de las camisas de los falangistas. Sorprende que el autor de Coños (1994) haya llegado a tal situación. Pero lo que me ha soliviantado es este maniqueísmo:
“…para
ser escritor de mérito en España tienes que ser un lacayo del régimen
establecido. Es decir, tienes que ser un escritor «progresista», un lacayo de
los paradigmas culturales que determinados poderes oscuros han establecido para
tener a la gente convertida en un rebaño. Los críticos han formado parte de un
negociado dentro de esa gran estrategia cultural de embrutecimiento de las
masas y de conversión del mundo cultural en un cipayo. Pero bueno, es una
responsabilidad subalterna. Que en los últimos 40 años de vida española todos
los escritores supuestamente importantes se hayan amamantado en las ubres de
determinado grupo mediático es un chiste.
…”
Donde viene a decir que había que
lamerle el culo a Polanco
y/o Cebrian
(Presidente y Consejero delegado del Grupo Prisa (donde destaca
el periódico El País)). Ya les hubiera gustado dominar el establishment español en estos últimos cuarenta años. Si bien es
cierto que el Grupo Prisa ha apoyado al poder y el poder lo ha favorecido, esto
es especialmente cierto con el PSOE del presidente Felipe González (1982 a 1996)
y que Prisa no fue especialmente crítico con los gobiernos del presidente Aznar
(PP, 1996 a 2004). Con el presidente
Zapatero (PSOE, 2004 a 2011) estas relaciones idílicas se acaban rompiendo. Y no
es hasta que Rajoy (PP, 2011 hasta hoy) aprueba la conocida “Tasa Google” (Ley
de la propiedad intelectual Enero 2015) cuando Grupo Prisa ha vuelto a
apostar por apoyar (y ser apoyado recíprocamente) al poder. Bueno para ser
honestos la Tasa Google ha conseguido que todos los periódicos nacionales con
edición en papel se plegaran a defender al PP de Rajoy. Desde el 2004 Prisa ha ido
perdiendo influencia en la sociedad española a ojos vistas. Por eso sorprende
que alguien como Prada, que medra a la perfección en los medios de comunicación
ultraconservadores siga apegado a una situación sociopolítica del pasado.
Es cierto que cuanto más lejos se
está del poder, más se confunden sus límites y más complicado es identificar a
quienes lo detentan. Si nos ponemos en la piel de uno del más de un
millón de andaluces (casi el 13% de la población) que vive en pobreza extrema
diferenciar entre PP y PSOE, jueces, periódistas, empresarios, sindicalistas es
una quimera: todos son lo mismo. Ahora bien, desde la atalaya privilegiada que
ocupa Prada en el panorama cultural y periodístico español: uno de los
imprescindibles del periódico ABC (sólo hay que
consultar los premios literarios (y quien los otorgaba) que ha ido
ganando), de la radio COPE y Intereconomíatelevisión, deben de existir
abismales e insalvables diferencias entre las facciones-familias políticas
dentro del partido en el gobierno. A pesar que el PP en la versión más
conservadora de su historia gobierna desde 2011, debe ser demoledor ver como
los dos representantes del OpusDei en el gobierno en funciones, están amortizados y no renovaran cargo de ministro en el cada
vez más probable nuevo gobierno de Rajoy. Hablo del ministro de Economía Luis de Guindos y del
funesto ultra católico ministro de interior JorgeFernández Díaz. Por no añadir la “espantá”
del también miembro del Opus Dei, esperpéntico y lamentable exministro de
Educación, Cultura y Deportes José Ignacio Wert.
Y seguro que le tiene que escocer que Javier Ignacio MarotoAranzábal fuera nombrado vicesecretario del PP en junio de 2015 y a los
pocos días se casase con un hombre. Es
comprensible, pero de ahí a querer presentarse como un outsider del poder, un
librepensador perseguido por su ideología no sólo hay un abismo, sino muy poca
vergüenza.
by PacoMan
*******
Para ser escritor reconocido tienes que ser un lacayo del régimen.
Una Entrevista a Juan Manuel De Prada
Juan Manuel de Prada: «Para
ser escritor de mérito tienes que ser un lacayo del régimen establecido»
Juan Manuel de Prada, fotografiado en un hotel de la Gran Vía madrileña - MAYA BALANYÁ |
El autor ajusta
cuentas consigo mismo y con el mundo editorial en su nueva novela, «Mirlo
blanco, cisne negro»
En este caso, cualquier parecido entre
la ficción y la realidad no es fruto de la casualidad, sino de la causalidad. Juan Manuel de Prada (Baracaldo, 1970) se ha valido de toda
la experiencia acumulada desde que empezara a publicar, mediada la década de
los 90, para construir un retrato, duro y satírico, del mundo editorial en «Mirlo blanco, cisne negro» (Espasa). La novela, que hoy llega a las librerías y esta tarde será
presentada en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid, tiene mucho de confesional, sí, pero también escarba en los
pecados capitales que todo escritor se aventurará a cometer a lo largo de su
carrera.
Define la novela como
un ajuste de cuentas consigo mismo y con el mundo editorial. ¿Por qué? ¿A qué
se debe ese ajuste de cuentas?
Porque uno, de vez en cuando, tiene que hacer una recapitulación de la vida,
de las circunstancias ambientales que te han marcado, pero también de tus
errores propios. Hacerlo al modo convencional, autobiográfico, me parecía
excesivamente pomposo e incluso grotesco. En cambio, sublimarlo literariamente
y hacer una pura ficción, pero amasada con mi experiencia personal, me parecía
un proyecto literario interesante. En toda mi literatura siempre hay una
confrontación entre quien uno es y quien cree ser, y aquí lo planteé entre dos
figuras literarias, que podrían ser dos alter ego de mí mismo, mezclados con
elementos de pura ficción, que me permitieran contemplarme con cierta ironía y
al mismo tiempo ser muy sincero con el lector a la hora de mostrar mis
preocupaciones literarias, mis inquietudes, mis pesares, mis entusiasmos, etc,
etc.
Ha reconocido que el
90% de la novela es ficción, pero hay un 10% que no lo es.
Todo lo que se cuenta en la novela es ficción. No hay ninguna cosa que se
cuente que me haya ocurrido a mí.
Pero sí ha visto que
ha sucedido.
Es una destilación de mi experiencia, de las vicisitudes por las que ha
atravesado mi vocación literaria.
Lo que quiero decirle
es que existen claras similitudes entre Álex, Saldaña y usted.
Sí, es una mezcla, tienen elementos míos y elementos que nada tienen que
ver conmigo.
Por no mencionar al
famoso escritor, que todos sabemos quién es, que tiraba a la piscina los libros
que no le gustaban.
Inevitablemente, puesto que narro una relación de magisterio, la
experiencia que yo he tenido como discípulo de mis maestros, desde Umbral a Cela, está presente en la novela. Lo cual no quiere decir que el personaje de
Saldaña sea Umbral, ni Cela, pero sí tiene rasgos de su personalidad, como los
tiene de la mía, junto con otros puramente ficticios.
En ese sentido, me
gustaría plantearle el debate, que ahora está encima de la mesa, sobre los
límites entre realidad y ficción, dónde termina una y empieza la otra.
César González Ruano, parafraseando a Eugenio D’Ors, que había dicho que
todo lo que no es tradición es plagio, dijo: «Todo lo que no es autobiografía
es plagio». Es decir, la escritura se alimenta de la experiencia propia, es
algo inevitable y natural. Es perfectamente legítimo utilizar tu propia vida y
tu experiencia como materia prima literaria, y eso de forma radical.
Como hace en esta
novela.
Como en este caso, claro. Más allá de que yo en este libro haga un
striptease personal, muy profundo y muy duro conmigo mismo, todo está muy
sublimado. Esto me parece perfectamente legítimo. El escritor percibe el mundo
a través de sus lentes, con su propio cristal coloreado, y esto a algunos les
gustará y a otros no. Frente a cualquier pretensión de leer este libro como una
novela en clave, y más allá de que tenga un componente de sátira del mundo
literario, fundamentalmente es una purga del corazón y la persona más vapuleada
soy yo.
Pero todos ponemos
nombres a esas «jóvenes promesas» y «viejas glorias» que aparecen en la novela.
Pero sería falso, porque las «jóvenes promesas», englobadas bajo el nombre
de «nocilleros»…
Hombre, es la Generación
Nocilla, dígalo.
Sí, Generación Nocilla que nunca se reconoció en esa designación. Es un
término que todos han rechazado de forma unánime y compulsiva.
Y también paraguas
bajo el que alguno se ha resguardado.
Bueno, el escritor mediocre siempre trata de acogerse a marbetes colectivos
para disfrazar su mediocridad. En mi época también ocurrió con la Generación X
o la del Kronen, etc, etc.
Bueno, usted en su
momento fue una «joven promesa».
Yo dejé de ser una joven promesa, primero por razones cronológicas
inevitables, y segundo porque quienes vieron en mí una promesa rápidamente
dejaron de verla porque se dieron cuenta de que no iba a ser un escritor que
siguiera los cauces establecidos. Y nunca seré vieja gloria porque no me
reconocerán la gloria dada mi trayectoria.
¿En qué sentido?
Porque es cierto que es un escritor premiado, reconocido.
De opositor al régimen.
¿A qué régimen? ¿Al
político, al cultural?
Al régimen cultural, al régimen establecido, a la modernidad. Yo soy un
escritor que me precio de no haber caído en la degradante esclavitud de ser un
hijo de mi tiempo. Esta es una novela escrita desde ese no lugar que es saber
que eres un desclasado o una persona rechazada de ese mundo que satirizas, pero
que has llegado a conocer.
¿Le preocupan, en ese
sentido, las reacciones de aquellos que se sientan aludidos? Estoy pensando en
personajes de la novela como Fumanchú o el Chulo de Cervantes.
Pero es que no hay una alusión directa. Me encantará ver quiénes se dan por
aludidos porque he pretendido simbolizar tipos humanos: el escritor casticista,
el escritor con pretensiones cosmopolitas, el escritor de éxito que escribe
literatura esotérica… Son tipos literarios que no pretenden…
«Nunca seré vieja gloria porque no me reconocerán la gloria dada mi trayectoria
de opositor al régimen»
Es decir, que no le
preocupan sus reacciones.
No, por favor, yo ya he recibido todos los varapalos habidos y por haber.
En la novela se define
a los críticos como «eunucos que saben cómo se hace pero no pueden hacerlo».
Tiene que ser una putada, saber cómo se hace, pero no poder hacerlo.
¿Es esa la opinión que
usted tiene de la crítica en España?
No, esa es la opinión de Saldaña.
Bueno, pues le
pregunto por la suya.
No, la mía no sería tan brutal, entre otras razones porque Saldaña es una
persona impía, inclemente. Yo soy una persona mucho más caritativa y que mira
con mayor comprensión las debilidades humanas. La llamada crítica literaria es
un oficio en vías de extinción que ha cooperado en la creación de una gran mentira,
que es un canon literario falso, en donde para ser escritor de mérito en España
tienes que ser un lacayo del régimen establecido. Es decir, tienes que ser un
escritor «progresista», un lacayo de los paradigmas culturales que determinados
poderes oscuros han establecido para tener a la gente convertida en un rebaño.
Los críticos han formado parte de un negociado dentro de esa gran estrategia
cultural de embrutecimiento de las masas y de conversión del mundo cultural en
un cipayo. Pero bueno, es una responsabilidad subalterna. Que en los últimos 40
años de vida española todos los escritores supuestamente importantes se hayan
amamantado en las ubres de determinado grupo mediático es un chiste.
¿Tan importante es
salir en Barataria, aunque aparezcas en la foto con cara de «Jonathan Franzen
con almorranas», como usted dice en el libro?
Bueno, lo fue. Yo he sido, con perdón por la inmodestia, el único escritor
de relieve que ha logrado afianzar una carrera literaria al margen de esta
mafia de décadas. Todavía hoy conozco a escritores de mi generación, o más
jóvenes que yo, que fingen adhesión a los paradigmas culturales vigentes para
que esta mafia les de una limosnilla. Lo cual es trágico, porque ya es una
mafia en descomposición, lo que pasa es que las mafias en descomposición son
más peligrosas todavía porque asesinan con mayor virulencia y crueldad.
O sea que sí cree que
es una mafia terminal.
Sí, sin duda. La pena es que han arrastrado consigo a lo que es la vida
cultural, porque han creado un público cretinizado.
Ha mencionado la
responsabilidad, subalterna, de los críticos y yo voy más allá y le planteo la
que tenemos los medios, los periodistas. En la novela hay una crítica muy clara
al periodismo cultural.
Sí. El periodismo cultural, en su época más floreciente, hacía seguidismo
de esta mafia repugnante. Desgraciadamente, los periodistas de otros medios más
independientes del dinero, que al final es la dependencia mayor de esta mafia,
hicieron seguidismo de esto, de tal manera que aceptaron de forma demencial que
los únicos escritores buenos que había en España eran los que le lamían el
ojete a esta mafia. Esto ha sido así durante décadas. La dura realidad es que
todo periodista cultural miraba a esta mafia para ver si le pasaba la mano por
el lomo y le perdonaban la vida. Hoy, con la descomposición de esta mafia, te
puedes encontrar con un periodismo cultural más libre, pero también la
dramática precarización del periodismo ha impedido esa liberación de rehenes de
forma plena. Hoy el periodismo cultural se desarrolla en unas condiciones mucho
más precarias que hace veinte años. Quizás, la mayor diversidad o la mayor
amplitud de miras que pueda haber hoy en muchos periodistas es aplastada por la
precariedad de los medios para los que trabajan.
¿Le preocupa la
reacción de los lectores? Porque describe un mundo que a la gente que te
encuentras por la calle le puede interesar menos que a usted, o a mí, o al
mundo editorial y periodístico en general.
Yo me precio y me glorío de tener unos lectores no sólo muy leales sino
sobre todo muy militantes. Quizás por ser un escritor maldito y denostado por
toda esta mafia, también hay unos lectores, evidentemente pocos, porque vivimos
en una sociedad cretinizada, que saben lo que encuentran en mí: una
contestación sin componendas al mundo. En este sentido, creo que estos lectores
van a disfrutar con este libro tan confesional, tan sincero.
¿Y qué les diría a
quienes usted considera parte de esa «mafia» y, al escucharle, digan que esta
novela está escrita desde el resentimiento?
Bueno, eso cualquier persona que lo lea sabrá que es mentira, porque es una
novela donde, sobre todo, hay una terrorífica fustigación a mí. Es un libro
escrito contra mí, donde la censura mayor es a quien traiciona la vocación.
Está la tentación del joven escritor, que busca el éxito, el aplauso del mundo,
y está la tentación de quien, habiendo vencido ese reclamo del éxito, traiciona
su vocación por otras razones.
«Que en los últimos 40 años todos los escritores supuestamente importantes
se hayan amamantado en las ubres de cierto grupo mediático es un chiste»
La descripción que
hace del panorama editorial en España es bastante desalentadora. Yo me imagino
a un joven escritor leyéndolo y diciendo: «¡Dios mío, dónde me estoy
metiendo!».
Pero esto no nace del resentimiento, en el sentido de que soy un escritor
que nunca ha tenido problemas para publicar, pero hay una visión muy crítica,
sí. Es que yo a un joven escritor le digo: no traiciones nunca tu vocación, es
sagrada, es la llama que Dios puso dentro de ti, pero ten cuidado, porque si
entregas esa llama a los mercaderes la van a sofocar. A un joven escritor le
recomiendo que, hoy por hoy, se busque un medio de vida, porque eso le va a
permitir ser más fiel a su vocación. Y lo hago desde el escarmiento, de quien
quiso convertir su vocación en un medio de vida.
¿En qué momento Juan
Manuel de Prada dejó de ser un mirlo blanco y se convirtió en un cisne negro?
Mirlo blanco quisieron que fuera, incluso los jefes de la mafia, para hacer
la literatura que a ellos les convenía; en cuanto vieron que no la iba a hacer
me convirtieron en un maldito que corrió el riesgo de convertirse en un cisne
negro, en el sentido que le da la novela, de una persona con el alma anegada de
alquitrán, con el corazón endurecido y destruido. En mis comienzos, hasta que
gano el Planeta, corro el riesgo de convertirme en ese mirlo blanco halagado
por la mafia, y en un determinado momento de mi vida, en el que sufro una
quiebra personal muy profunda, que hace que pierda la fe en mi vocación, pude
haberme convertido en un cisne negro, pero afortunadamente no fue así.
En la novela, Saldaña
le dice a Álex que «la literatura es el arte de escribir algo que se leerá dos
veces». ¿Usted escribe para ser recordado?
Hombre, al menos para ser leído dos veces sí, porque todas las masas
cretinizadas y sus apóstoles de la mafia dicen que soy un escritor muy pedante,
o sea que se ve que soy un escritor al que hay que leer dos veces para
entenderlo bien (ríe)... No, no creo nada en la posteridad literaria. A medida
que he ido creyendo más en la inmortalidad del alma y en la resurrección de la
carne, la gloria literaria me ha ido pareciendo más banal porque, si voy a
disfrutar de una maravillosa vida eterna, ¿qué más me da que cuatro merluzos me
reconozcan y me metan en un canon absurdo que dentro de veinte años estará
reducido a escombros?
En el libro dice dice
que «las novelas ya no pueden competir con la vida en estos tiempos tan
turbulentos». Viendo lo sucedido en las últimas semanas con el PSOE y el
estancamiento político que vivimos, se comprende esa frase. El esperpento se
queda corto; nuestros políticos han inventado un nuevo género literario.
Todos los estrépitos que te provoca la realidad no son historias
novelescas, porque no son historias humanas. En el fondo, todo ese estrépito es
algo deshumanizado, en donde la disputa por el poder se produce entre lacayos
que sirven a otros poderes que están por encima de ellos. Por referirnos a la
facción o negociado de izquierdas, que ahora ha tenido esta crisis: la dura
realidad es que el PSOE ha sido siempre un lacayo de un poder plutocrático, al
que han obedecido siempre de forma rigurosa; desde los pactos de la Moncloa,
contribuyendo a la destrucción de las garantías laborables del trabajador;
luego realizaron la reconversión industrial y destruyeron la agricultura;
redujeron a fosfatina la industria naval y siderúrgica; y así sucesivamente,
hasta llegar a la reforma del artículo 135 de la Constitución. Entonces, claro,
que estos pájaros, estos cipayos de la plutocracia se nos vendan como los
defensores de los trabajadores es un chiste que solamente gente cretinizada
puede aceptar. Solamente gente en quien puede más la reacción pavloviana de ver
un puño y una rosa, o de ver en unas siglas la palabra socialista y obrero,
puede pensar que estos señores están defendiendo sus necesidades y sus
aspiraciones.
Bueno, teniendo en
cuenta que en nuestra última charla me dijo que la mitad de los españoles no
tenía a quién votar…
Y no lo tiene, pero tampoco tiene unos artistas, o unos pensadores, o unos
escritores que le represente. Ya basta de condenar a la clase política. Cuando
la gente se refiere a esta mafia de la que he hablado, lo simplifica diciendo
que es una mafia de izquierdas y que el artista que no es de izquierdas no
tiene entrada. Esto no es del todo falso. Izquierdas y derechas son aceptadas
mientras sean sistémicas. Esta mafia acepta a escritores de derechas, ahí tiene
a Vargas Llosa, pero siempre y cuando ese derechismo acepte los paradigmas
culturales del sistema. Muchos de esos presuntos intelectuales de izquierdas
con los años se han ido haciendo de derechas; los grandes escritores
consagrados por esta mafia eran señores que de jóvenes hacían mucho aspaviento
izquierdista y que ahora se han convertido en unos buenos burgueses que
defienden los intereses de su clase social. Pero el auténtico intelectual de izquierdas,
el pensador radical, el que se enfrenta a las convenciones establecidas,
tampoco es admitido. Es algo mucho más profundo. Es que en realidad se ha
generado, en términos políticos, pero también culturales, un ecosistema, unas
oligarquías, que se protegen mutuamente y expulsan a las tinieblas exteriores a
quien no acepte compartir sus códigos de reparto de poder. Y, efectivamente,
han dejado fuera a la mitad de la población española. Por eso yo, a pesar de
ser un maldito, todavía tengo a gente que cree en mí y compra mis libros,
milagrosamente.
Tomado de ABC
Graciela Bonnet
Nació en Córdoba, Argentina, en 1958. Es Licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela (1984). Ha trabajado 25 años como correctora de pruebas y supervisora de ediciones por contrato para todas las editoriales venezolanas, entre ellas Monte Avila, Planeta, Biblioteca Ayacucho, ediciones de la Casa de la Poesía, Pomaire, Eclepsidra, Santillana, Editorial Pequeña Venecia, La Liebre Libre. Experiencia de tres años como redactora free lance para una editorial de libros de autoayuda. Escritora fantasma (sin firma) realizó investigaciones para crear libros, novelas, tesis y monografías.Es dibujante amateur. En 1997 el grupo editorial Eclepsidra publicó su poemario "En Caso de que Todo Falle." En 2013 editorial Lector Cómplice editó "Libretas Doradas, Lápices de Carbón" En el año 2000 participó del encuentro de Mujeres Poetas en Cereté, Colombia.
Y su blog es: Graciela Bonnet Vertiente Recíproca
*******
Joan Antoni Fernández nació en Barcelona el año 1957, actualmente vive retirado en Argentona. Escritor desde su más tierna infancia ha ido pasando desde ensuciar paredes hasta pergeñar novelas en una progresión ascendente que parece no tener fin. Enfant terrible de la Ci-Fi hispana, ha sido ganador de premios fallidos como el ASCII o el Terra Ignota, que fenecieron sin que el pobre hombre viera un céntimo. Inasequible al desaliento, ha quedado finalista de premios como UPC, Ignotus, Alberto Magno, Espiral, El Melocotón Mecánico y Manuel de Pedrolo, premio éste que finalmente ganó en su edición del 2005. Ha publicado relatos, artículos y reseñas en Ciberpaís, Nexus, A Quien Corresponda, La Plaga, Maelström, Valis, Dark Star, Pulp Magazine, Nitecuento y Gigamesh, así como en las webs Ficción Científica, NGC 3660 y BEM On Line, donde además mantenía junto a Toni Segarra la sección Scrath! dedicada al mundo de los cómics. Que la mayoría de estas publicaciones haya ido cerrando es una simple coincidencia... según su abogado. También es colaborador habitual en todo tipo de libros de antologías, aunque sean de Star Trek ("Últimas Fronteras II"), habiendo participado en más de una docena de ellas (Espiral, Albemuth, Libro Andrómeda, etc.). Hasta la fecha ha publicado siete libros: "Reflejo en el agua", "Policía Sideral", "Vacío Imperfecto", “Esencia divina”, “La mirada del abismo”, “Democracia cibernética” y “A vuestras mentes dispersas”. Además, amenaza con nuevas publicaciones. Su madre piensa que escribe bien, su familia y amigos piensan que sólo escribe y él ni siquiera piensa.
*******
Alberto Hernández
Nació en Calabozo, estado Guárico, el 25 de octubre de 1952. Poeta, narrador y periodista. Se desempeña como secretario de redacción del diario “El Periodiquito” de la ciudad de Maracay, estado Aragua.
Fundador de la revista literaria Umbra, es miembro del consejo editorial de la revista Poesía de la Universidad de Carabobo y colaborador de publicaciones locales y extranjeras. Su obra literaria ha sido reconocida en importantes concursos nacionales. En el año 2000 recibió el Premio “Juan Beroes” por toda su obra literaria.
Ha publicado los poemarios La mofa del musgo (1980), Amazonia (1981), Última instancia (1989), Párpado de insolación (1989), Ojos de afuera (1989), Bestias de superficie (1993), Nortes (1994) e Intentos y el exilio (1996). Además ha publicado el ensayo Nueva crítica de teatro venezolano (1981), el libro de cuentos Fragmentos de la misma memoria (1994) y el libro de crónicas Valles de Aragua, la comarca visible (1999). Recientemente ha publicado «Poética del desatino» y «El sollozo absurdo».
*******
by PacoMan
En 1968 nace. Reside en Málaga desde hace más de tres lustros.
Economista y de vocación docente. En la actualidad, trabaja de Director Técnico.
Aficionado a la Ciencia Ficción desde antes de nacer. Muy de vez en cuando, sube post a su maltratado blog.
Y colabora con el blog de Grupo Li Po
Enlaces relacionados:
Actualizada el 02/03/2024
19/06/2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario