El
23 de marzo de 2018 a las 20 horas se nos citó en tiempo y forma en el bar La
marítima de Málaga a los miembros y simpatizantes del Club de Literatura Fantástica en Málaga (CLFM) para tratar la obra
de la escritora Ursula K LeGuin. En esta ocasión en formato homenaje. Los
miembros que quisimos nos preparamos un texto de la extraordinaria escritora
americana. Yo dudé entre Los desposeídos
(1974) y La mano izquierda de la
oscuridad (1969) cualquiera de ellas es extraordinaria y su relectura me
produciría un inmenso placer. Bueno cualquier obra de Ursula, pero me centré en
esas por su alto contenido político. Como el amigo Juan Alberto Guzmán se adjudicó
la novela de 1969 yo acabé eligiendo Los
desposeídos.
El CLFM es un spin-off, una agrupación derivada (o evolución) de la TerMal que ya ha aparecido más
veces en este su blog defensor de lo bueno allí donde se encuentre. El
escritor, faneditor, ensayista y coordinador de CLFM: Manuel Berlanga publicó
en su blog nuestros trabajos (incluido este que ahora
introduzco): berserkr.ex. La CLFM tiene varios
formatos, pero uno especialmente satisfactorio es cuando tenemos la suerte de
poder contar con el autor para discutir con él sus obras. Seguro que más pronto
que tarde podré compartir algo relacionado con alguna de estas sesiones.
Le Guin
es una referencia de la literatura, particularmente de la fantástica. En un
momento histórico nada favorable para medrar en un mundo de hombres como era la
literatura de Ciencia Ficción americana de los 60’s y 70’s su apabullante
calidad le abrió un inmenso hueco no sólo en los EE.UU. sino en el resto del
mundo. Leer sus obras es un placer no sólo recomendable sino obligatorio para
entender la situación actual del género.
No me alargo, no quiero hacer una entradilla más larga que la propia entrada.
by PacoMan
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Ursula Kroeber Le Guin tenía 45 años cuando en
1974 escribe The Dispossesed: ambiguous utopia, traducido al castellano
como Los desposeídos por Matilde Horne, en la única traducción que existe de esta joya. Traducción desafortunada
(por no decir mala) que todo hay que decirlo. En 1983 se editó por primera vez
en castellano, se ha vuelto a editar hasta en cinco ocasiones, siempre por
Minotauro y siempre con la misma traducción de Matilde.
A mi pobre entender estamos ante una de las
obras cumbres de la ciencia ficción madura, pasada ya la época dorada del
ingenirerismo pueril de Asimov, Clark y Heinlein llega la madurez de mano de
Bradbury, Le Guin , Pohl y Herbert todos ellos coetáneos de los anteriores pero
con sus épocas de influencia en el fandom posteriores a estos. Ciencias (y algo
con menor rango científico como la economía política) y no delirios
ingenieriles desplazan el centro de atención de la ciencia ficción americana, y
por ende mundial.
En 1974 los EE.UU. son la primera potencia
mundial pero la URSS le sigue muy de cerca los pasos y dista mucho de estar
derrotada o vislumbrarse su derrota. De hecho en el Pacífico los americanos
siguen encajando duros reveses y el desastre de Vietnam es ya una realidad. El
tramposo Nixon se ve obligado a dimitir, ese verbo que los herederos del
tardiofranquismo (el régimen político en España en el 74) se niegan a conjugar
a pesar de que se les sorprenda mintiendo, robando y violando la ley sistemáticamente.
En esa misma época una madura y clarividente Ursula nos regala una magnífica
novela sobre dos modelos económicos antagónicos: el capitalismo-consumista del Planeta Urras y el comunismo (anarquía
para los que confunden socialismo real con comunismo) del satélite Anarres. A
través de los ojos del físico anarquista Sherek que como un disidente es
acogido por los americanos (¡uy! ¿en que estaré pensando?) por los urras y es a
través de esos ojos limpios de hechos dados por descontado como se pone en
evidencia lo atroz de nuestro consumismo, del machismo galopantes de los
setenta y demás críticas furibundas. En capítulos alternos nos narra la
infancia del protagonista en su luna comunista que dista mucho de ser un paraíso. En esta fase más crítica de la novela el
taoísmo y feminismo de la autora se percibe con más fuerza, aunque en honor a
la verdad es la estulticia humana lo que abochorna al lector página tras página,
como si de un periódico español de 2020 se tratara.
Ursula K. Le Guin retratada en 1972. AP. |
Y a media novela el espectador Sheveck se
convierte en protagonista del más importante avance científico del ciclo Hain
(en que se inscribe esta novela): el ansible.
Úrsula no se complica la vida, la llegada de
los disidentes anarquista a la Luna no es más que un remedo de la expulsión de
los puritanos a América, y así con casi todo. El foco lo pone en otro sitio, en
la facilidad con que plantea la bisexualidad, la ausencia de religión, el
igualitarismo, el equilibrio con el medio ambiente y no en el mero attrezzo de
la historia.
En resumen, literatura, pero literatura de la
buena. Da la casualidad que es ciencia
ficción, pero no permitas que el árbol o el nombre del mundo no te deje ver el
bosque.
By
PacoMan
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by PacoMan
En 1968 nace. Reside en Málaga desde hace más de tres lustros.
Economista y de vocación docente. En la actualidad, trabaja de Director Técnico.
Aficionado a la Ciencia Ficción desde antes de nacer. Muy de vez en cuando, sube post a su maltratado blog.
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