" Tenemos que ser cuidadosos para no crear nuevos problemas mientras resolvemos los ya existentes".
Entrevista a Sir Arthur C. Clarke
Entrevista a Sir Arthur C. Clarke: "La Humanidad sobrevivirá a la avalancha de información "
por Nalaka Gunawardene.
Diciembre 5 , 2003
Traducción de Jaime Paz para Pórtico Luna
Diciembre 5 , 2003
Sir Arthur C. Clarke es conocido como el más grande de los escritores de ciencia ficción y un viviente visionario de nuestros tiempos. Su obra durante las pasadas seis décadas —más de 100 libros, 1000 artículos e historias cortas- no solo ha ayudado a la humanidad a encontrar su camino en tiempos de cambios rápidos, sino también ha discutido las implicaciones sociales y culturales de la tecnología.
En
1945, con tan sólo veintitantos años, fue el primero en proponer
el concepto del uso de redes de satélites en la órbita terrestre
para la televisión y las comunicaciones. Su visión se convirtió
en realidad a mitad de los años 60, y dentro de una misma generación,
la Humanidad ha llegado a confiar de forma crítica en las redes de satélites
de comunicación colocados en lo que actualmente se conoce la Orbita Clarke,
alrededor de 39600 kilómetros sobre la Tierra.
Sus
libros de ciencia ficción y los hechos de la ciencia han inspirado a
generaciones de astronautas, científicos e inventores tecnológicos.
Entre ellos está Tim Berners-Lee, el ingeniero informático británico
que inventó la World Wide Web, inspirado por un relato que Clarke escribió
en sus años de adolescencia (‘Marque F para Frankenstein’).
En
la víspera de la WSIS (La Cumbre mundial sobre la Sociedad de la Información)
y días antes de su 86 cumpleaños, Sir Arthur C. Clarke ha conversado
con el escritor científico Nalaka Gunawardene en su casa de Colombo,
Sri Lanka.
Usted
inventó las comunicaciones por satélite e inspiró la WWW
mediante uno de sus relatos cortos. Se pregunta sobre las fuerzas y procesos
que Ud. Ha ayudado a desencadenar?
Como
le he dicho, si yo no hubiera propuesto la idea de los satélites de comunicación
geosíncronos en 1945, alguien lo habría hecho tarde o temprano.
Era un concepto bastante obvio. Yo no esperaba ver que los satélites
de comunicación se convirtieran en una realidad en tan sólo dos
décadas. Pero como especie tenemos un profundo deseo de comunicarnos
—luego si algo es tecnológicamente viable, lo conseguiremos tarde
o temprano. Si usted duda de esto, solo tiene que pensar en cuán rápido
se ha extendido Internet.
A
veces pienso en cómo pasábamos el tiempo libre antes de que llegaran
la televisión por satélite e Internet... y entonces me doy cuenta
de que he pasado más de la mitad de mi vida en los ‘tiempos oscuros’!
Los satélites, la televisión, Internet, los teléfonos móviles,
correo electrónico —todo ello es la respuesta tecnológica
al profundamente arraigado deseo humano de comunicarnos y acceder a la información.
Una vez alcanzado un progreso sin precedentes en el campo de las comunicaciones
durante el último medio siglo, debemos parar a pensar en las implicaciones
sociales, culturales e intelectuales de lo que hemos creado.
Usted
ha sido un ardiente defensor del uso de la televisión por satélite
para la educación y la información. Cree que los canales por satélite
de hoy día cumplen las expectativas?
Sin
duda alguna, la televisión es el más maravilloso de los medios
de comunicación jamás inventado —puede ser usado para educar,
informar, entretener e incluso inspirar. Pero gran parte del contenido de la
televisión se ha ganado justamente su etiqueta genérica, el ‘Gran
Vertedero’.
Pero
no estoy me extrañan los ataques a la televisión debido a algunos
programas verdaderamente espantosos. Creo que todos los programas de televisión
tienen algún contenido educativo. El tubo de rayos catódicos —y
ahora la pantalla de plasma- es una ventana abierta al mundo. Muchas veces es
una ventana tenebrosa, pero poco a poco he llegado a la conclusión de
que haciendo balance, incluso la mala televisión es preferible a ninguna
televisión en absoluto.
Obviamente,
tenemos que trabajar muy duro para mejorar el contenido de los programas de
televisión. No hace mucho tiempo, tuve la reconfortante tarea de usar
enlaces de satélites para dirigirme a Rupert Murdoch y Ted Turner (aunque
no al mismo tiempo!). Les di algún consejo sobre el buen y el mal uso
de la televisión por satélite.
Recuerdo
que hace muchos años, un primer ministro británico había
acusado a los magnates de los periódicos de disfrutar del ‘privilegio
de la ramera a lo largo de los tiempos —poder sin responsabilidad’,
yo diría hoy, que la pantalla de televisión es más poderosa
que la noticia impresa, y digan lo que digan, la responsabilidad debería
figurar siempre como resultado final.
Defiende
usted una regulación más estricta de la televisión por
satélite e Internet?
Creo
que es tecnológicamente imposible para ningún gobierno poder controlar
(directamente) transmisiones procedentes de la órbita terrestre. Algunos
países han prohibido las antenas parabólicas privadas, otros han
experimentado con el bloqueo de Internet, pero a largo plazo la gente encontrará
maneras ingeniosas para esquivar estos controles.
No,
la prohibición no es la respuesta. Ya que frecuentemente sufrimos el
azote de la contaminación de la información, encontramos difícil
imaginar su incluso más mortal opuesto —la carencia de información.
Me siento muy molesto cuando escucho discusiones —normalmente de aquellos
que han sido educados más allá de su inteligencia- sobre las virtudes
de mantener felices a las personas dejándolas en la ignorancia.
Sobre
la idea de mantener a la televisión al margen, déjeme citar una
fuente inesperada. Durante los últimos años 50, Sudáfrica fue
el único país rico en el mundo que no tenía una televisión
nacional. El ministerio a cargo de las emisiones rechazó inexorablemente
tenerla. "La televisión significará el final del hombre blanco
en Africa", dijo. Esto fue una observación extremadamente perspicaz.
Desde su punto de vista, el ministerio estaba perfectamente en lo cierto.
Si
el lápiz es más poderoso que la espada, la cámara puede
ser más poderosa que ambos. No me sorprendería si todos los gobiernos,
tanto si son liberales o no, hicieran algún intento de controlar —o
manipular- lo que aparece en la televisión. Pero los satélites
de comunicación e Internet han hecho mucho más difícil
para los gobiernos realizar una censura.
Arthur C Clarke en la playa Hikkaduwa, fotografía de Rohan de Silva |
Está
usted totalmente opuesto a cualquier forma de censura?
La
censura es un fenómeno complejo, y es difícil hacer un juicio
generalizado. Hay veces en las que, en el interés de la mayoría,
algún tipo de censura puede ser usada durante un tiempo. Realmente, hay
asuntos sobre los que virtualmente todo el mundo está de acuerdo en censurar.
Pornografía sádica, incitación a la violencia contra minorías
raciales o étnicas son dos ejemplos.
Pero
lo que no podemos hacer es luchar por una sociedad de la información
sin permitir el libre flujo de información, lo cual es un primer requisito.
Simplemente tenemos que convertirnos en mejores gestores, navegadores y usuarios
de información —digamos que lo que necesitamos es madurez en el
tratamiento de la información.
La
Era de la Información ha abierto muchas puertas para nuestras mentes
ávidas por explorar. Ahora, la cuestión no es tanto ‘¿Qué
información quiero?’, sino ‘¿Qué información
es la que no quiero?’. Nunca antes en nuestra historia hemos sido capaces
de disfrutar de tan tremenda cantidad de esa sencilla y humana libertad de elección.
Ahora
nos enfrentamos a la responsabilidad de discernir. Tal y como nuestros antepasados
sabían perfectamente que nadie les iba a forzar a leer una biblioteca
completa con miles de libros, nosotros estamos dando la alarma inicial del peso
absoluto de la información disponible —y entendiendo que no es la
información en sí misma lo que determina nuestro futuro, sino
solamente el uso que podemos hacer de ella.
Con
lo cual usted confía en que la Humanidad sobrevivirá a la actual
avalancha de información.
Sin
duda alguna. Hay quien está genuinamente alarmado por la inmensa cantidad
de información disponible para nosotros en Internet, la televisión
u otros medios. Para estas personas, puedo ofrecer un pequeño consuelo,
sugiriéndoles que se pongan en el lugar de nuestros antepasados en el
tiempo en que fue inventada la imprenta. ‘Oh, Dios mío!, exclamaban,
‘ahora podrá haber miles y miles de libros. ¿Cómo los
vamos a leer todos?’
Sorprendentemente,
la historia nos ha enseñado que nuestra especie sobrevivió a la
primera avalancha de información, y podríamos decir, incluso,
que avanzó gracias a ella. No estoy demasiado preocupado con la proliferación
de información si se usa con el propósito para el que se ha creado.
La tecnología conlleva una responsabilidad que estamos obligados a considerar.
¿Qué
hay de la División Digital que las Tecnologías de la Información
y las Comunicaciones han ayudado a crear?
Una
preocupación grande es que no todos nosotros tenemos los mismos beneficios
de estas tecnologías. La revolución en las comunicaciones ha pasado
de largo de decenas de millones de personas, y algo se debería hacer
al respecto.
Estamos
alcanzando el punto en nuestra evolución tecnológica en el que
podemos —y debemos- dedicar más tiempo y recursos a resolver problemas
como la pobreza, pérdida de la privacidad y la desigualdad.
Virtualmente
todo lo que deseamos hacer en el campo de las comunicaciones es en este momento
tecnológicamente posible. Las únicas limitaciones son financieras,
legales o políticas. En un tiempo, estoy seguro, la mayoría de
estas también desaparecerán —dejándonos únicamente
con las limitaciones que nuestra propia moralidad nos imponga.
¿Espera
realmente que los líderes políticos y empresariales de hoy día
tomen decisiones y elecciones moralmente correctas?
Bien,
esperemos que lo hagan, en el interés de todo el mundo!. Frecuentemente
me describo a mí mismo como optimista. Yo creía que la raza humana
tenía el 51 por ciento de posibilidades de supervivencia. Desde el fin
de la Guerra Fría, he revisado esa estimación al 60 o el 70 por
ciento. Tengo una gran fe en el optimismo como una filosofía, si simplemente
nos ofrece la oportunidad de cumplirnos profecías.
La
Era de la Información ofrece mucho a la Humanidad, y me gustaría
pensar que vamos a remontar los desafíos que presenta. Pero es vital
recordar que la información —en el sentido de los datos en bruto-
no es conocimiento; que el conocimiento no es sabiduría; y que la sabiduría
no es perspicacia. Pero la información es el primer paso esencial
para todo lo demás.
¿No
es un peligro que las herramientas tecnológicas pueden hacer creer a
los que toman decisiones que las máquinas pueden resolver todos los problemas?
Seguro.
Los ICTs deberían ser una parte de una solución muy amplia que
necesita ser aplicada con cuidado y atención. Las tecnologías
de la información y las comunicaciones deberían ser parte
de la solución, pero no la única solución.
Siempre
ha habido discrepancias en el mundo —la división digital es sencillamente
la última manifestación- Creo que tenemos que dar algunos pasos
atrás desde la bomba digital, y primero intentar saltar a la ‘División
Analógica’, que por tanto tiempo ha afectado a las comunidades y
países menos preparados.
Un
ordenador en cada aula es una meta noble —siempre que haya una aula física
en primer lugar. Un ordenador multimedia con conexión a Internet tiene
un uso muy limitado en una escuela cuyos techos tienen goteras -o que ni siquiera
tienen techo. La máxima prioridad en estos casos es tener la infraestructura
básica y los profesores adecuados.
Y
tenemos que ser cuidadosos para no crear nuevos problemas mientras resolvemos
los ya existentes. La era de la información ha sido dirigida y dominada
por una pequeña armada de individuos que han reformado nuestro mundo
más rápido que cualquier líder político jamás
lo ha hecho. Y esta ha sido la parte fácil. Ahora tenemos que aplicar
estas tecnologías para salvar vidas, mejorando las viviendas y sacar
a millones de personas de la miseria y el sufrimiento. En otras palabras, nuestro
objetivos debe ser redirigidos de los — al débil.
Nalaka Gunawardene con sir Arthur Clarke, foto deShahidul Alam |
¿Qué
mejoras tecnológicas puede prever en el futuro próximo en las
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones?
Es
difícil pensar en algo que no vayamos a ser capaces de hacer con estas
tecnologías en el futuro próximo —cuando todo nuestro actual
hardware está conectado mediante constelaciones de satélites en
órbita. Por supuesto, como las memorias y los anchos de banda siguen
creciendo, seremos capaces de hacer las mismas funciones más rápidamente
y mejor, aunque algunos cuellos de botella deberían ser solventados.
Veo
el reconocimiento de voz como el mayor paso hacia delante —que también
superarán las actuales limitaciones de alfabetización y harán
los ICTs verdaderamente accesibles para millones de personas.
Los
sistemas de reconocimiento de voz que se están poniendo en uso evita
los teclados a los usuarios, y pueden dictar órdenes directamente. Pero
estos sistemas todavía tienen algunas limitaciones: mientras son muy
valiosos para los que trabajan solos, imagínese el caos que se puede
generar en una oficina llena de gente hablando!
Además,
el software tiene que competir con una enorme diversidad de acentos en los que
se habla un mismo lenguaje. No puedo resistirme a citar mi propio primer intento
de configurar uno de los mejores sistemas que hay en la actualidad. Cuando dije
‘Ahora es el momento para que todos los buenos hombres vengan a ayudar
al grupo’, el programa reveló su impresionante vocabulario con una
sorprendente incorrección política: ‘Ahora es el momento
para que todos los hombre buenos vengan a ayudar al apartheid’
(Nota del Traductor:
En inglés, el programa confundió las palabras party —grupo-
y apartheid)
Pero
es sencillamente una cuestión de tiempo antes de que la capacidad mejore,
y las aplicaciones de reconocimiento de voz proliferarán. Mejores y más
sensibles sistemas de reconocimiento de voz allanarán las dificultades
actuales y nos harán menos dependientes de los teclados.
¿Qué
viene después? ¿Ordenes directas desde el cerebro?
Sí,
el dispositivo input-output definitivo ignoraría todos los órganos
sensitivos del cuerpo y proveería señales directamente al cerebro.
Exactamente cómo se conseguirá es cosa de los bioingenieros, pero
en ‘3001: La Odisea Final’, describí precisamente un dispositivo
de ese tipo, a quien llamé ‘Braincap’. Un factor que podría
retrasar su implantación a nivel general es que el que lo lleve puesto
probablemente tendría que ser completamente calvo para poder usar el
casco herméticamente cerrado. Por lo que la fabricación de peluquines
se convertirá en un gran negocio en algunas décadas....
Finalmente,
como escritor, ¿cómo cree que las ICTs cambiarán el uso del
lenguaje?
Los
cambios son más perversos y más dramáticos de lo que nos
damos cuenta. Yo no envío mensajes de texto por teléfono móvil,
pero entiendo que eso ha dado lugar a la aparición de nuevas abreviaciones
en Inglés!
Los
ordenadores han generado palabras y frases en nuestro lenguaje, las cuales han
sido — carentes de significado tan solo hace unas pocas décadas.
¿Podrían haber entendido nuestros abuelos tu angustiado grito de
socorro "Mi laptop ha chocado?" Y ¿qué habrían hecho
ellos con palabras como ‘megabytes’, ‘hard drives’, ‘back
ups’ o ‘Googling?
Toma,
por ejemplo, el uso principal de la palabra ‘bota‘ (en inglés
‘boot’) en la actualidad. Según la leyenda IT, el sustantivo
‘bota‘ fue transformado en un verbo (boot: arrancar, iniciar) cuando se hizo necesario darle una patada a un ordenador contumaz para ponerlo en su sitio.
Y
tenemos otro ejemplo de una palabra familiar que ha cambiado su significado
completamente —¿qué habría pensado una madre de principios
del siglo XX si le dijera que su nieto pasaría la mayoría de su
tiempo —en el trabajo y también en los juegos- acariciando a un
ratón (mouse)?
Pulse aquí para leer la entrevista en inglés
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