POSICIÓN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS FÍSICAS MATEMÁTICAS Y NATURALES ANTE LA FIRMA DE CONVENIOS CON EMPRESAS FORÁNEAS PARA LA EXPLORACIÓN DE RECURSOS MINERALES
Los trabajos y las investigaciones en las Ciencias de la Tierra son
claves para el bienestar de los habitantes de toda nación. Deben
llevarse a cabo de manera continua, incorporando el trabajo ya
realizado y las nuevas metodologías que surjan de la investigación, no
sólo nacional, sino mundial. Un área puede haber sido estudiada pero el
desarrollo de nuevos conocimientos representa la oportunidad de realizar
nuevos hallazgos importantes. Esto significa que afirmar que “vamos a determinar, de una vez por todas los recursos minerales de un área o una región o un país” es una expresión de ignorancia de la naturaleza misma del trabajo y la utilidad de las Ciencias de la Tierra.
Los trabajos y las investigaciones en las Ciencias de la Tierra son claves para el bienestar de los habitantes de toda nación. Deben llevarse a cabo de manera continua, incorporando el trabajo ya realizado y las nuevas metodologías que surjan de la investigación, no sólo nacional, sino mundial. Un área puede haber sido estudiada pero el desarrollo de nuevos conocimientos representa la oportunidad de realizar nuevos hallazgos importantes. Esto significa que afirmar que “vamos a determinar, de una vez por todas los recursos minerales de un área o una región o un país” es una expresión de ignorancia de la naturaleza misma del trabajo y la utilidad de las Ciencias de la Tierra.
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La Ley de creación de la Academia, que data de 1917, contempla la constitución de Comisiones Permanentes que se ocupen de “estudiar y someter a la Academia los informes de materias que sean sometidas a su competencia”. Una de ellas es la Comisión de Geología
y Minería, la cual se complementa con el Comité de Asesoría Técnica en
Ciencias de la Tierra que reúne destacados investigadores del área. Por
ese motivo y en atención a la información aparecida en la prensa
nacional relativa al contrato firmado por el Gobierno de Venezuela “en
septiembre de 2012 con la corporación Citic Group de China que estipula
el asentamiento de 27 campamentos geológicos en todo el país, durante 5
años, con 352 ingenieros que generarán los mapas para planificar la
minería de la nación…”, la Academia hace pública su opinión al respecto.
Las Ciencias de la Tierra son el conjunto de conocimientos necesarios
para el uso y el manejo de los recursos naturales, la detección de los
riesgos naturales y la minimización de sus efectos, la estimación de las
secuelas de cambios climáticos y ambientales. Para cumplir su cometido,
las ciencias de la tierra requieren de un proceso continuo de
formación de profesionales e investigadores que provean información
básica oportuna, relevante y utilizable. Nuestro país atiende a esas
necesidades a través de instituciones gubernamentales como el Instituto
Geológico-Minero Nacional (INGEOMIN) en el caso de la cartografía
geológica, geofísica y geoquímica, y en las universidades en actividades
de investigación, docencia y prestación de servicios.
Los trabajos y las investigaciones en las Ciencias de la Tierra son
claves para el bienestar de los habitantes de toda nación. Deben
llevarse a cabo de manera continua, incorporando el trabajo ya
realizado y las nuevas metodologías que surjan de la investigación, no
sólo nacional, sino mundial. Un área puede haber sido estudiada pero el
desarrollo de nuevos conocimientos representa la oportunidad de realizar
nuevos hallazgos importantes. Esto significa que afirmar que “vamos a determinar, de una vez por todas los recursos minerales de un área o una región o un país” es una expresión de ignorancia de la naturaleza misma del trabajo y la utilidad de las Ciencias de la Tierra.
La exploración y cuantificación de los recursos minerales no debe ser
activada como una acción espasmódica a ser resuelta a través de
contrataciones. Si bien servicios específicos de explotación en áreas
delimitadas y con propósitos prefijados, es posible acometerlos con el
concurso de empresas privadas nacionales o extranjeras, pero siempre
bajo la estricta tutela de la organización responsable del estado.
Hacerlo de otro modo, con empresas extranjeras, va contra la política de
alcanzar la soberanía científica y tecnológica y representa un
desconocimiento de la existencia y capacidad del personal venezolano que
ha actuado en el pasado, que trabaja en la actualidad y que se prepara
para hacerlo en el futuro.
No se conoce ejemplo alguno de nación soberana que le haya encargado a
compañías de otranación la integridad de esa actividad. En cambio, lo
que se considera apropiado y provechoso es el intercambio de
conocimientos, las visitas científicas, las pasantías de adiestramiento y
la colaboración en proyectos de investigación. Cada nación debe ser
la que conozca más íntimamente sus recursos naturales y en
consecuencia, la que decida la forma de hacer uso de ellos.
Explícitamente deben ser profesionales nacionales quienes hagan las
interpretaciones de los resultados de las observaciones de campo y de
los datos geológicos, geofísicos y geoquímicos y la conservación de las
bases de datos que dichas investigaciones arrojen, de manera que la
información se quede en el país y no sea aprovechada en nuestro
desmedro.
Venezuela dispone de una cobertura de mapas geológicos de escalas
variables desde 1:25.000 a 1:250.000. Lamentablemente, el notable
esfuerzo en el levantamiento geológico minero por parte del Ministerio
de Energía y Minas, para después declinar a fines de los años ochenta
del siglo pasado, subsistiendo con grandes dificultades sólo en la UCV,
ULA, UDO y USB, que son las universidades nacionales que imparten
estudios de estas disciplinas.
La gran tradición venezolana en Ciencias de la Tierra está respaldada
por más de un siglo de actividades de exploración e investigación de
probada alta calidad. Por tanto consideramos innecesario y a toda luz,
inconveniente, delegar estas actividades en empresas foráneas, sin
haberse preguntado, por ejemplo, si actualmente está INGEOMIN
profesionalmente preparado para dirigir esas actividades y si ha sido
dotado del financiamiento para hacerlo. Igualmente hay que preguntarse
si a las universidades se les ha asignado suficientes recursos para
disponer de una infraestructura adecuada y reclutar personal de alto
nivel, o si disponen de las facilidades para las imprescindibles -pero
costosas- prácticas de campo.
En nuestra opinión, si el Gobierno ahora ha decidido realizar y
financiar un gran plan nacional de exploraciones geológico-mineras,
antes de tomar la decisión de contratar esa actividad con compañías
foráneas, ha debido convocar a los profesionales de más alto nivel en el
área con que cuenta el país, tanto de los institutos de investigación,
como el de las universidades nacionales y los de la práctica profesional
privada. Son ellos, no cabe duda, quienes deberían aportar su
experiencia y conocimiento de las geociencias del país, para acometer
tanto las actividades de campo y laboratorio, como para la formación de
nuevas generaciones de profesionales en el área, preferiblemente dentro
del marco de una política clara para el desarrollo del sector para los
próximos decenios.
Por lo antes expuesto, la ACFIMAN hace un llamado para que se rescinda el contrato suscrito con el GRUPO CITIC,
que pone en riesgo altos intereses estratégicos del país, no propicia
el verdadero desarrollo sustentable, va en desmedro de la calidad de la
ciencia nacional y de nuestras instituciones y la utilización plena de
la capacidad de los profesionales venezolanos.
Claudio Bifano Antonio Machado Allison
Presidente Secretario
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