La nueva narrativa que llegó con internet
Viernes, 30 de noviembre de 2012
Un cuento de 120 caracteres; los pensamientos
imposibles de un niño curioso; un texto casi tan largo como un libro,
tan difícil de dejar de leer como una gran novela; la poesía automática
de los buscadores, todos géneros narrativos nacidos o fortalecidos en la
era de la web.
Hay muchos más ejemplos, como la transformación
del género epistolar con el desembarco del correo electrónico o la
novela en Twitter. Pero en este recorrido por las nuevas -o renovadas-
formas de contar, hemos elegido hablar de estos cuatro casos:
Ficción >141 caracteres
Empezamos con Twitter, ya que la red social está en estos días organizando un clic festival de ficción en su plataforma, que se extenderá hasta el 2 de diciembre. Nuestro primer caso es el de los cuentos brevísimos, como este:
Entonces la margarita, queriendo saber si la querían, se deshojó a sí misma y murió.
Su autora es Gabriela Agudo y fue publicado por la cuenta de Twitter
clic
@microcuentos, que concentra algunos de los ejemplos más
interesantes del género, que tiene aroma a haiku japonés (poesía de tres
versos y poquísimas palabras):
Sentarse junto a ella mientras duerme, mirarla; esperar a que empiece la película muda de sus sueños. (Vicente Luis Mora)
La cuenta @microcuentos pertenece al venezolano
Lenin Pérez Pérez, "creativo publicitario y lector voraz de ficción",
quien le contó a BBC Mundo que comenzó el proyecto hace tres años y
medio para "explorar las posibilidades literarias de lo breve".
Empezó publicando casi indiscriminadamente, pero
luego empezó a filtrar los textos apócrifos y hoy solo suma los de
autores a los que puede rastrear, consagrados o aficionados.
De hecho, dice, "no siempre los autores consagrados son quienes obtienen más RTs (que son más citados por otros tuiteros)".
¿Existe una fórmula para escribir cuentos breves? "Pues no", admite Pérez Pérez, "no existe siquiera una fórmula para reconocerlos". Y dice que a veces hay discusiones "bizantinas" sobre si un texto publicado en @microcuentos es o no un cuento.
Uno de sus favoritos es este, anónimo:
Pobre loro: por juego le enseñé a decir tu nombre y se enamoró.
La cuenta de Pérez Pérez no es la única dedicada a la publicación de microrrelatos, hay otras varias, como
clic
@cuentos_cortos, donde se publicó esta narración:
Caminó durante horas, hasta que su cuerpo no pudo mas. Se quitó su armadura humana y su espíritu desapareció. (via
clic
@Mr_Darko)
Y también hay autores que se dedican a explotar el género en la red social. El español Pep Bruno (
clic
@pep_bruno) se ha planteado el desafío de publicar -al menos-
un cuento corto todos los días en su cuenta de Twitter. Este es uno de
los más recientes:
Salí por televisión (y no encontré el modo de volver). Os sigo desde el otro lado.
Algunos no se dejan restringir por los 140
caracteres, y estiran las posibilidades del medio hasta, inclusive, la
novela. Es el caso del colombiano
clic
Héctor Abad, quien está hace tiempo jugando una suerte de
cadáver exquisito unipersonal, componiendo en Twitter la novela "Los mil
trinos y un trino". O también
clic
Rafael Vives, quien hila tuits para componer cuentos cortos, pero no tanto, generalmente surrealistas.
Pero la de Abad y Vives es otra historia.
Mientras tanto, ustedes, lectores de BBC Mundo, ¿se atreven a enviarnos
un relato de microficción? Háganlo a través de
clic
Facebook o
clic
Twitter, y no se olviden de colocar la etiqueta #ficcionbreve.
Poesía mitad humana mitad robótica
El sitio web
clic
googlepoetics.com es un experimento que expone el resultado lírico que puede tener la interacción humano-máquina.
Sus creadores se dieron cuenta de que el sistema
de sugerencias de Google, que va ofreciendo completar las opciones de
búsqueda a medida que se escribe, es un impensado creador de poesía,
parte obra de la máquina, parte de los humanos que van creando las
tendencias de búsqueda.
El sitio es en inglés, pero en BBC Mundo hicimos
algunos experimentos con el mismo principio. Colocamos en la caja del
buscador Google uno o dos términos de búsqueda y dejamos que el sistema
sugiriera opciones en base a ellos. El resultado es una lista de 4
líneas, que pueden leerse como versos de un poema breve. Aquí, dos
ejemplos:
¿Se atreven ustedes a hacer sus propios experimentos y enviarnos una captura de pantalla vía
clic
Twitter, utilizando la etiqueta #poesiadegoogle y mencionando @bbcmundo?
Cosa de niños...
- Gael, ¿querés un chocolatín?
- No, mami, hoy ya comí un alfajor a la mañana y otro a la tarde. No es necesario tanto dulce, ¿no?
Esta desopilante conversación se dio entre
Fiorella y Gael, madre e hijo. No salió publicada en un libro ni una
revista, tampoco pasó de boca en boca. Fiorella la publicó en Facebook.
Aunque existen ya en papel los libros de compilaciones de frases e ideas
ingeniosas de los niños, la novedad es que las redes sociales abrieron
la puerta a que cualquier mamá, papá, tío, tía, etc., pueda hacer lo
propio y compartirlo con sus contactos.
La mayoría, como Fiorella, son mamás, que citan
las frases ingeniosas y comentarios agudos de sus hijos en las redes
sociales. Mara, quien tiene dos hijos, las publica en Facebook y en su
clic
blog. El siguiente es un ejemplo de los diálogos que comparte:
- Mami ¿le puedo decir algo a dios?
- (Dudando) Mmmm, sí.
- Ah y, ¿cómo hago?
¿A ustedes se les ocurre algún diálogo con hijos, sobrinos, nietos, que quieran compartir? Compártanlo con nosotros vía
clic
Facebook.
Los formatos largos
Con el ingreso del periodismo al mundo de la web
la insistencia se volvió más y más hacia la compresión, condensación,
abreviatura de los textos. "La gente no quiere leer mucho, quiere
enterarse de todo en un vistazo", se decía. De hecho, todavía se dice, y
las audiencias le reconocen valor a la brevedad.
Pero tras el escenario central ocupado por lo sucinto, en los
márgenes -paradójicamente- fue haciéndose un lugar el texto de largo
formato. El motivo, según Bobbie Johnson, es que "los formatos largos
son muy buenos -en ocasiones la única manera- para desentrañar la verdad
acerca de las ideas complejas que dan forma a nuestro mundo". Johnson
es periodista y cofundador de
clic
Matter (la cita es del video de presentación del proyecto),
una revista digital que lleva la tendencia de la narrativa extensa al
extremo: se publica una vez por mes y contiene un solo, muy largo,
artículo, que se vende a 99 centavos de dólar en formatos para libros
electrónicos, móviles y tabletas. Va por el número uno, el tiempo dirá
si su apuesta fue acertada.
Pero textos largos ya hay y había antes de
Matter. Lo que pasó en la web es que alguien identificó el apetito por
ellos, sobre todo desde que surgieron proyectos como Instapaper (que
permite almacenar textos para ser leídos sin conexión, más tarde), los
los lectores de libros electrónicos, tabletas y móviles inteligentes.
Entre esos pioneros en registrar la tendencia están
clic
longform.org y
clic
longreads.com. Los dos sitios aparecieron en 2010 y compilan
textos largos de diversas fuentes. Longreads tuvo su origen aún antes,
como una cuenta de
clic
Twitter.
Al lanzar longreads.com, Mark Armstrong, su fundador, publicó en su
clic
blog un texto en defensa de lo extenso. Dice allí: "Algunos ya lo entienden. The Atlantic, Lapham's Quarterly, Esquire, Vanity Fair
y otros están colocando la etiqueta #longreads a sus textos más largos.
Estos medios entienden algo que otros no: este es el futuro de las
publicaciones en línea. El mundo está listo para más textos largos".
"Mi impresión es que esta moda por los textos largos se dio por dos
razones: primero, por la aparición de las tabletas y los lectores de
libros electrónicos, que tienen interfaces más sencillas en las que el
usuario se concentra en una sola tarea; segundo, porque cada vez leemos
más lo que nos recomiendan otros a través de redes sociales, y es más
probable que alguien comparta un artículo genial, ameno y extenso que
una nota periodística breve y sin chiste", le explica a BBC Mundo Iván
Santisteban, uno de los fundadores de
clic
Canasta Básica, uno de los equivalentes en español de longreads.com y longform.org.
El título del sitio está inspirado en el nombre
que se le da en América Latina a la lista de productos esenciales que
requiere una familia, porque Santisteban y quienes lo acompañan en el
proyecto consideran que los textos que eligen constituyen "lecturas
esenciales".
Los criterios de selección de Canasta Básica son
simples: que el texto tenga más de 2.000 palabras, que no sea pago, que
no esté sólo en PDF y que pueda leerse en una una sola página (lo que
hace fácil transferirlo a un lector de libros digitales).
Pero hay algo más, dice Santisteban: "si el
artículo te interesó tanto que lo leíste de principio a fin, y luego
quisiste compartirlo con algún amigo, probablemente deba ir en Canasta
Básica".
Para él, este artículo de Leonardo Haberkorn, "
clic
El pueblo que quiso salir en televisión" (publicado
originalmente por la revista Gatopardo), sobre un pueblo uruguayo que
vivió una tragedia televisada, resume todo lo que debe tener un buen
texto largo de no ficción.
Si quieren enviarnos un relato breve
(de 140 caracteres o menos), un poema de Google (captura de pantalla) o
un diálogo ingenioso con un niño, pueden hacerlo vía
clic
Twitter,
clic
Facebook,
clic
Google+ o utilizando el siguiente formulario.
* Campos obligatorios.
Tomado de la BBC
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