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1. Si piensa que Kafka es otro jugador de fútbol o si cree que
Truman Capote es un pelotero de las grandes ligas, es recomendable un chapuzón
de buena lectura, pero no lea solapas o simplificaciones sumarias sobre
determinado libro por la Internet, deje la piratería y el caradurismo para los
politicastros de oficio.
2. Otro aspecto a tomar en cuenta es la hortografía: importante,
pero no de bital himportansia. ¿Oh zí? Vueno hezcryva y luego ze dará cuenta
cuando se burlen.
3. La concordancia tiene un requisito básico: lógica, pero el
chivo es chivo y berrea sin ton ni son en las espléndidas llanuras del alma
inmortal, aunque uno muera en París con aguacero y todo huela a huevos fritos y
uno busca a la Maga entre los pliegues de las sábanas. De eso es precisamente
de lo que se escribe: de Rayuela y Vallejo.
4. La puntuación posee su normativa así las comas los puntos los
signos de interrogación los dos puntos las rayitas entre palabras siempre que a
uno le de cómo ganas para que el párrafo respire y cuando emplee los signos de:
puntuación, utilícelos y colóquelos; correctamente.
5. La reiteración de sonidos en la frase pueda que una vez pase,
pero en esa fase uno a veces sufre un desfase y además repetir palabras es
también un poco inadecuado y como sabe lo inadecuado es inadecuado y punto.
6. Evitar las repeticiones es de gran ayuda, ya que evitando
repetir se ayuda al sentido claro de la oración que ayuda a entender lo que se
escribe y que uno lo que quiere es ayudar a que lo entiendan y si no tiene
cuidado no ayuda y puede caer en lo que ya ha repetido y así hasta que el
lector despierte.
7. Deje el floripondio, lo churrigueresco y lo barroco para Lezama
Lima, Alejo Carpentier, Severo Sarduy y compañía. Escriba con sencillez, pero
no por ello deje de encarar ideas profundas y recuerde lo dicho por Savater:
“Gustos sencillos y mente compleja”.
8. No abuse de los gerundios equivocándose. Evitando siempre,
sobre todo, de no estar empezando una frase con uno. O sea, un gerundio.
9. La construcción de una frase o un párrafo no es cuestión de
albañilería transcriptora, deje de escribir como mecanógrafa, no use tanto
Google y sea creativo e inesperado. “En los arrumacos postreros sueñan los
hombres utopías efímeras como nubes pasajeras, que pedalean en la línea del
horizonte como equilibristas de circo”.
10. No trabaje paʾ lapa, recuerde que perro huevero aunque le
quemen la trompa y trate de no ser un Sancho en refranes comunes, recuerde que
para ser un escritor inmortal águila no caza moscas.
11. Revolución en la revolución. No soy monedita de oro. El arte
es el arte. La miasma es la miasma. Gallegos es Gallegos. Deben evitarse las
antiguallas y las tautologías que oscurecen y anacronizan el texto.
12. Lugar inadecuado en la frase para dejar levitando un verbo, el
final de un párrafo lo es. Ni que fuera un ovni. (Más claro ni el agua
cristalina que sucumbe a la contaminación).
13. ¡¡¡Por el amor a todos los clavos de Cristo!!!, no exagere con
eso de las exclamaciones. Ni de LAS MayúsculaS. Tenga presente, además, que la
cantidad de puntos suspensivos es siempre fija....... (¡tres son más que
suficiente!)…….. Hasta Louis–Ferdinand Céline que hacia bailar y cantar los
textos entre tantos signos lo tenía clarito: “¡Comprometidos, seguro! ¡Y de qué
manera!... ¡Hasta el escroto!... ¡En tres, cuatro, cinco, seis partidos,
absolutamente sorprendentes! (…) ¡Un buen pasado político, un buen editor, y
dos, tres abuelas metidas en toda Europa, y listo, se lo lleva!”.
14. Cuidado en las conjugaciones cuando escribáis y volteéis para
adelante.
15. No utilice, jamás, nunca, never doble negación ni palabras
gringas, el castellano tiene una gran riqueza, okay.
16. Evite usar palabras y frases populares porque así no
conseguirá un cambur en el gobierno y además el texto le queda más chimbo que
billete de dos mil o con Negro Primero. No se haga un caído de la mata a la
hora de escribir. Mosca, escribir es un bonche si tiene la música adecuada como
un corrido–guaracha de Beethoven o el Alma llanera en Neofolklore.
17. Aunque se usen poco, es importante emplear los apóstrofeʾs con
sentido de precisión. Naʾguará de exacto.
18. No olvide poner las tildes necesarias. Mas aun cuando todavia
es importante conocer cual es la significación de una palabra, en caso de que
haya una opcion con tilde y sin ella. (Tilde es un palito ladeado sobre una
letra y que el vulgo llama acento ortográfico y no ortopédico, ojo).
19. Procure “no poner” comillas “innecesariamente”. No es un
recurso para “resaltar” sino para “aludir” una “voz foránea” al texto. Y si
pone es gallina y si escribe es periodista u/o escritor. (Tampoco se utiliza
u/o).
20. Trate de que nunca los infinitivos aparezcan demasiado.
21. Si asiste a una tertulia literaria parezca un imbécil
silencioso y haga sólo gestos de gran conocedor, pero no abra la boca, recuerde
a Groucho Marx: “Es preferible parecer un idiota, que abrir la boca y
confirmarlo”.
22. Jamás haga citas de memoria, consulte directamente la fuente.
Haga fichas o anote en una libreta y trate de no hacerse un lío con el nombre
de los autores o el título de algunas obras. Jorge Luis Vallejo, Gabriel García
Rulfo o Andrés Buenmozo por Andrés Bello. País volátil no es la novela de
Adriano González León, tampoco Los pequeños seres de Garmendia trata de
extraterrestres, no existe El código Armando Reverón, ni La Metástasis de Kafka, ni Cien años de soledad y
pico; Fedor Dostoievski no es un jarabe ruso para la tos.
23. Y tenga presente que los consejos, recomendaciones,
instrucciones y demás yerbas no sirven para nada. Escriba como le salga y
después no se queje ni se deprima cuando se enfrente a la crítica iracunda que
jamás perdona y never forever está conforme.
Carlos Yusti en Barcelona, con la estatua de Colon al fondo, al final de la Rambla donde desemboca en el puerto.
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Carlos Yusti (Valencia, 1959). Es pintor y escritor. Ha publicado los libros Pocaterra y su mundo (Ediciones de la Secretaría de Cultura de Carabobo, 1991); Vírgenes necias (Fondo Editorial Predios, 1994) y De ciertos peces voladores (1997). En 1996 obtuvo el Premio de Ensayo de la Casa de Cultura “Miguel Ramón Utrera” con el libro Cuaderno de Argonauta. En el 2006 ganó la IV Bienal de Literatura “Antonio Arráiz”, en la categoría Crónica, por su libro Los sapos son príncipes y otras crónicas de ocasión. Como pintor ha realizado 40 exposiciones individuales. Fue el director editorial de las revistas impresas Fauna Urbana y Fauna Nocturna. Colabora con las publicaciones El correo del Caroní en Guayana y el Notitarde en Valencia y la revista Rasmia. Coordina la página web de arte y literatura Códice y Arte Literal
Tomado de Letralia
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