Aprovechando
que reírse aún no es delito. Un cuento humorístico: Los fistros de Tetis.
Hoy es un placer presentarles un cuento humorístico de
Ciencia Ficción de dos malagueños: Daniel Henares y Augusto López. Además Daniel
es termalita,
por si hacían falta más señas. No es muy usual acercarse a la ciencia ficción
desde la perspectiva del humor. Probablemente la juventud del género y su
consiguiente falta de autoestima le impida reírse de sí misma. No facilita la cuestión el hecho que muchos
autores y aficionados aspiren a que su amado género ingrese en el club de los
géneros mainstream, convertirse en la
nueva novela negra; el último género que se levantó del mundanal fango a las
límpidas alturas academicistas. Mucha suerte.
A pesar de los pocos cultivadores del humor en la CiFi hay
gloriosos autores: Frederic Brown con Su
marciano vete a casa (1955), Stanislaw Lem y sus dos antologías de 1968
sobre las aventuras del Pilot Pirx o
más recientemente el ingenioso John Scalzi, hacen brillar
este chiringuito. Y no hablo del cine de CiFi de humor por… por… porque no me
da la gana.
A nadie se le escapa que esta época de pura Contrarreforma,
no sólo es mala época para el humor sino para la libertad de expresión. Los
chistes que nos hacían reír a mandíbula floja hace dos décadas, hoy son
machistas, sexistas, supremacistas, xenófobos, de mal gusto, racistas,
políticamente incorrectos, sacrílegos, decadentes, inconvenientes, prohibidos,
ofensivos, susceptible de lapidación en las redes sociales… malos tiempos para
la lírica y para vivir.
Golpes Bajos (1998) Malos tiempos para
la lírica
Los amigos Daniel y Augusto no sólo hacen un cuento
humorístico, sino que es el guión de un programa para “Málaga al día” de radio Onda Azul. La ciencia ficción radiada ha tenido una gran
importancia y no sólo en España. No voy a recordar esos seriales eternos en las
tardes del triste franquismo. Diego Valor,
en los cincuentas, fue el más importante de los dedicados a la Ciencia Ficción.
El epítome de la ciencia ficción en la radio, sin duda, lo alcanzó Orson Wells
y su versión de La Guerra de los Mundos
en 1938. ¿Qué se puede decir de aquello? ¡Si hasta hicieron una película! En esta
época de imágenes, la última palabra (mejor dicho el último fotograma) la pone
el cine y se acabó: punto final. Todo lo demás es insustancial, irrelevante, ya
nadie lee. Esos millones de libros escritos se perderán para siempre, como
lágrimas en la lluvia, es tiempo de… centrarse y hablar de Los fistros de Tetis.
Volvamos, es ponerme a hablar de cine y me animo. ¿Quién
quiere leer si se puede ver una peli? Todavía ningún productor se ha interesado
en convertir esta historia en un corto de CiFi o algo más, pero ¡Ya tenéis
disponible el enlace
para escucharlo! ¡Viva el sonido!, ¡muera la letra! Aunque el video matara al
artista de la radio:
The Buggles (1980) Video
Killed the Radio Star
El cuento que nos ocupa tiene un alto componente local.
Utiliza como pivote central la cosmogonía de un humorista malagueño, trinitario
para más señas: Chiquito de la Calzada. Chiquito salta a la fama a mediados de los noventas, con 62
años, y ha dejado una fuerte impronta por su humor blanco, plagado de neologismos del absurdo: fistro, pecador de la pradera, Ay canemor, ¡Jarl!, ¿Te da
cuen? Muletillas que trascendieron su contexto y se generalizaron en el hablar
de las gentes.
Chiquito de la Calzada |
Es muy fácil encontrarse a Chiquito por el centro de Málaga,
durante años hemos comido en el mismo restaurante todos los martes. Mi especial
pudor me ha impedido dirigirme a él, pero he visto a cientos de personas
abordarle mientras comía pescaito con
su señora: siempre amable y simpático, nunca defraudó a sus fans y alguno
merecía el fuego eterno. Chiquito es como aparenta ser, en 2012 falleció su
esposa y ya no ha vuelto a ser el mismo: 85 años le contemplan.
Sirva este cuento de homenaje a los humoristas, a los
últimos héroes, y si son de ciencia ficción son nuestra última esperanza… que
la fuerza os acompañe.
by PacoMan
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Compartimos con ustedes este video de Nacho Iribarnegaray que les resultará bastante ilustrativo a todos los no malaagueños.
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Los fistros de Tetis.
Daniel Henares y Augusto López.
Hernando dormía la mona debajo de un eucalipto, se había colado en el camping abandonado de los Baños del Carmen saltando la tapia. Era un sitio solitario y más o menos tranquilo. Un crujido lo despertó y cuando abrió los ojos quedó boquiabierto. Miró la botella como para asegurarse de que solo era vino, porque lo que veía no era posible.
La inspectora Ana Segado jugueteaba con el móvil mientras su superior le detallaba la agenda del día. Aún recordaba el sueño que había tenido esa noche: era poca amiga de lo insólito e intentaba huir de él. No podía, algo en su interior le decía que las cosas ya nunca iban a ser como antes y que en ese sueño loco parecía estar la clave de todo.
Un extraño objeto con forma de huevo y de color gris bajó con lentitud y en completo silencio del cielo hasta posarse ante el vagabundo. Una pasarela se extendió y bajaron cuatro hombres. Vestían igual y caminaban raro, como dando saltitos.
–Segado, hay una urgencia.
–Habla con Damián, yo estoy hasta arriba con el caso del turista múltiple.
–El jefe dice que tú.
–Pues yo digo que no.
–¿Sin saber de qué se trata?
Ana Segado tragó saliva y se atrevió a decirlo:
–¿No tendrá que ver con unos alienígenas? ¿Verdad?
Uno de los hombres miró a Hernando, el cual quedó paralizado de miedo. Empezó a acercarse con su curioso andar y el indigente reaccionó por fin y corrió como nunca antes lo había hecho, salto la tapia en un santiamén y cayó por el otro lado. Mientras huía le pareció que lo llamaban pero no entendió qué decían. ¡Vaya abducción de la que he escapado! Pensaba mientras corría por las calles desiertas en la madrugada malagueña.
–Joder qué lista eres. Un vagabundo refirió ayer por la mañana a una patrulla de la local un encuentro con supuestos extraterrestres. La cosa se hubiera quedado ahí, de no ser porque otros ciudadanos nos han llamado por lo mismo.
–A ver si son unos noruegos de despedida de soltero, como lo del año pasado.
–Son cuatro y hablan de un modo muy especial. Ah y tienen poderes. Y buscan algo.
El día siguiente amaneció como otro cualquiera de agosto. En la Taberna del Olvido, Miguel iba preparando el establecimiento para abrir a mediodía. Estaba absorto cuadrando las cuentas del día anterior cuando unos golpecitos en la ventana llamaron su atención. Miró y vio a cuatro extraños tipos vestidos muy raro. Hizo un gesto con la mano indicando que estaba cerrado, pero los tipos volvieron a golpear. Qué incordio, pensó, estos guiris no se enteran de nada. Abrió la puerta para pedirles que se fueran, pero antes de que pudiera reaccionar estaban los cuatro dentro.
–Fistro -le dijo uno, –queremos vino dulce.
–Vinito, vinito. –Dijo otro.
Miguel estaba un poco alarmado, ya que esos tipos de guiri tenían poco, hablaban malagueño bien castizo. Se le pasó por la cabeza que quizá querían robarle. Así que les pidió que esperaran mientras iba a por una botella.
–Caballo blanco, caballo negro. –Cantó uno de ellos mientras el dependiente se alejaba.
Volvió con el teléfono y lo agitó amenazante
–Váyanse o tendré que llamar a… –El teléfono quedó colgando en su mano mientras contemplaba a los cuatro tipos haciendo profundas reverencias a un barril de vino dulce.
–Ustedes están locos. –Logró decir Miguel.
Los cuatro estaban concentrados en sus alabanzas y no le prestaron atención. Uno de ellos abrió el grifo del barril y colocó la boca debajo. Miguel miraba como el tipo tragaba, después se apartó y otro de los intrusos realizó la misma operación. El dependiente estaba harto y empezó a marcar el número de la policía, pero cuando iba por la mitad el teléfono se le cayó de la mano y empezaron a temblarle las piernas. Uno de los hombres, el que había bebido primero, estaba cambiando. Su piel se volvió azulada y algo parecido a unas branquias aparecieron en su cuello. Pero lo peor es que el ser azul miró a Miguel y dijo:
–¡Por la gloria de mi madre! ¡Lo hemos encontrado!
–Y eso es lo que pasó, inspectora. ¿Quiere ver las imágenes de las cámaras de seguridad?
La inspectora Segado elaboró un plan de acción. Los extraños seres cambiaban al beber vino dulce y ése sería el método que usarían para detectarlos. La estrategia estaba clara: ofrecer vino moscatel por doquier hasta acorralarlos. Pronto corrió el rumor de que Málaga estaba siendo invadida por extraterrestres; los móviles, redes sociales y peluquerías ardían de indignación.
Entre la invasión y la feria el nivel etílico de los malagueños se disparó. Algunos decían que era mejor no encontrarlos y tener vino dulce gratis de por vida. Sin embargo, para decepción de muchos, al final los cuatro seres extraplanetarios fueron detectados montados en el saltamontes de la feria. Al parecer los movimientos bruscos también los devolvían a su forma original.
Los detuvieron y los llevaron a la Plaza de la Merced donde, pese a la tibia oposición de las autoridades, se estableció un juicio popular para averiguar sus intenciones y ver qué harían con ellos. Los extraterrestres escogieron un portavoz y éste empezó a hablar.
–Nosotros somos gente perita, del espacio, pero perita. No sean hombres malos y violentos, escúchennos al menos.
La gente estuvo de acuerdo y debido al puntillo incluso se vieron sonrisas de simpatía.
–Sí. Que hablen. –Dijeron algunos.
–En nuestro hogar, que los terrícolas llamáis Tetis, tenemos una antigua leyenda.
El vino seguía corriendo y la gente cada vez estaba más entusiasmada.
–¡Tetis! –Dijo uno, –será que tiene forma de teta.– La gente se moría de risa, y es que a un malagueño le hace falta poco para reírse y a un malagueño lleno de vino dulce, nada.
–Nuestra leyenda dice que existe un elixir que produce felicidad, relajación y tiene un saborcito estupendo. Es vuestro vino dulce. Por fin lo hemos encontrado.
–Sí. Pero cómo sabíais que lo teníamos. –Dijo Miguel, el del bar, que no se fiaba un pelo.
–Nuestra tecnología es avanzada. En las parabólicas de Tetis se coge canal sur, aunque llega con veinte años de retraso, y ahí descubrimos la existencia del elixir mágico que ustedes llaman moscatel. También descubrimos a chiquito y se nos pegó la forma de hablar.
–Ajá. Así que queréis robarnos el vino, y seguro que de paso destruir la Tierra y esclavizar a la humanidad. –Dijo uno con muy mala pipa.
–Anda hombre. Si son la mar de simpáticos. –Protestaron otros. –Y la nave tan chula que tienen. Parece una escultura del CAC.
–Habíamos venido a llevarnos la receta y producirlo en nuestro planeta. –Dijo el extraterrestre. –Pero hemos estado debatiendo y bueno, nos gusta el ambiente. Playita, feria, vino, cachondeo ¿Qué más se puede pedir? Así que queremos solicitar la nacionalidad, la planetalidad o lo que corresponda.
Un murmullo de sorpresa y duda se extendió entre los congregados.
–Sí, pero ¿qué ofrecéis a cambio vosotros? –Gritó un tipo.
–Los secretos de nuestra tecnología.
–¿Cuáles son? ¿Cuáles son? –gritó la gente.
–Teletransporte, viajes en el tiempo, una fuente de energía limpia e ilimitada y un remedio para eliminar la resaca.
–¡Un remedio para eliminar la resaca! ¡Qué increíble! –Exclamó uno.
Y entonces la gente empezó a corear entusiasmada.
–¡Que se queden! ¡Que se queden! ¡Que se queden!
La inspectora Ana Segado observaba a la multitud con curiosidad indiferente. Una melodía proveniente del móvil la sacó de sus pensamientos. No se sorprendió al ver quien era.
–¿Santo y seña? –bramó una voz al otro lado del teléfono.
–No te digo trigo por no llamarte Rodrigo.
–¡Jarl! –respondió satisfecha la voz. –El plan marcha muy bien.
–No sospechan nada. Ni siquiera yo lo hacía, hasta que el sueño me devolvió mi identidad verdadera.
–Así es, agente Grijander. Es usted la más eficaz. Pronto podremos comprar el Málaga y el Unicaja y de ahí a conquistar el mundo. ¿Te da cuen?
–¡Jarl! –respondió.
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En 1968 nace. Reside en Málaga desde hace más de tres lustros.
Economista y de vocación docente. En la actualidad, trabaja de Director Técnico.
Aficionado a la Ciencia Ficción desde antes de nacer. Muy de vez en cuando, sube post a su maltratado blog.
Y colabora con el blog de Grupo Li Po
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Daniel Henares
Guerrero.
Nacido en 1983. Malagueño de nacimiento y residencia.
Aficionado a la literatura en general y al género fantástico en particular.
Sigue, cual obediente hormiguita, apilando escrito sobre escrito en su blog www.danielhenares.com
Le gusta vivir a ritmo de blues y dormir siempre que es
posible. Hay quien dice que es un filósofo callejero y también quien dice que solo es un charlatán que no paga la cuenta. Juzgue
usted, si le apetece, y si no échese una siesta, que siempre viene bien.
Buenas noches.
Nací en Málaga, en 1967. Soy escritor, gestor cultural,
profesor de español para extranjeros e imparto talleres de escritura creativa.
Como dramaturgo cuento con varias obras estrenadas y en el
campo de la gestión cultural, destacar trabajos y colaboraciones con la
Universidad de Málaga, Dickinson College y muchas otras instituciones y
empresas.
He trabajado como guionista de televisión, series para
internet, actividades culturales y campañas publicitarias. Otra faceta que he
desarrollado ha sido la editorial, concretamente en la dirección de revistas
y fanzines literarios:
Para información sobre mis obras literarias u otros
trabajos: www.augustolopez.es/augusto-lopez
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