La pasajera CESIA HIRSHBEIN, venezolana de origen alemán, es narradora, ensayista, investigadora y docente universitaria. Ha desempeñado su labor educadora tanto en Venezuela como en Israel e Inglaterra. Ha publicado ocho libros, tanto de creación como de investigación y estudio de la literatura venezolana. Vive en Caracas, donde es profesora titular en la Universidad Central.
Leamos a continuación sus respuestas a nuestra encuesta:
1.- Cuando recibí la invitación de Les Quintero y Graciela Bonnet para escribir una reflexión sobre la pandemia con plena libertad del formato, de inmediato y sin pensarlo mucho, me vino a la mente lo que recién me había sucedido en aquellos primeros días: Salí de Caracas por siete días y nunca me imaginé que ese viaje se prologaría de modo indefinido. Esta contribución me dio un espacio muy grato para ordenar dentro de mi mente cómo venían sucediéndose los acontecimientos.
Agradezco a las editoras que me hayan ofrecido la oportunidad de repensar y expresar lo que sentía en los momentos iniciales de la pandemia en la que era todo tan incierto y sigue siendo.
Además, dentro de lo difícil que ha sido para todo el mundo vivir esta situación, encontré un estímulo dentro del confinamiento, para darme a la tarea de iniciar la escritura de mi nuevo libro.
2.- Debo confesar que no ha sido un camino fácil el vivirlo, concentrarme y trabajar en lo mío que es la literatura. Comparo mi estado de ánimo y disposición, sobre todo en los primeros dos meses, a los del movimiento de una ruleta rusa. Tengo mis días buenos y otros no tanto. He tenido también unos bajones en lo que me han sobrepasado, el no poder tomar un libro ni abrir la computadora, con una sensación de estar metida en una película de terror como protagonista. Días en los que las noches se juntaban a las madrugadas y en los que las interminables series televisivas eran los sedantes compañeros de mis desvelos para ayudar a adentrarme en un sueño no muy tranquilo.
Ahora avanzo en mi nuevo proyecto. ¡Tengo listo el primer borrador del primer capítulo! Lo siento como un logro. Y sigo con mis ejercicios para limpiar la mente y también me dedico a la creatividad culinaria que me ha resultado una actividad entretenida.
Lo que tengo claro en es que no debo dejarme llevar por el desánimo ni por la inercia, pase lo que pase, siempre hacia adelante.
3.- En cuanto al futuro, pues lo único que puedo decir es que vivo, como los que me rodean, el día a día. Es imposible en estos momentos visualizar lo que vendrá, ni siquiera el día de mañana.
Yo “Me había ido por siete días” en marzo, y como muchos otros, no he podido regresar a Venezuela. Así están las cosas.
De todos modos, agradezco a Dios haber podido llegar en este confinamiento a un lugar que me ha sido en extremo hospitalario, al igual que haber sido atendida en forma espléndida por unas personas que me han recibido con los brazos abiertos.
Graciela Bonnet
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