Imagen tomada de Enciclopedia Humanidades. |
Capitulo 1
Cuando el vertiginoso desenvolvimiento de la vida nos atiborra de soberbia biliosa y de una prosaica visión del mundo y en las noches cuando volvemos de estudiar o trabajar con el peso de la sociedad a cuestas, a veces después de comer o de bañarnos salimos al jardín, al balcón o quizás subimos la colina mas cercana y sin razón aparente alzamos la vista al cielo y observamos el mayor espectáculo de la creación nos pueda dar, nuestro pequeño barrio, miles de millones de estrellas que conforman nuestra galaxia: La Vía Láctea, la única que nos es dada a ver a simple vista. Tal visión serena e inunda de perplejidad a cualquiera y por supuesto surgen las preguntas:¿Que son esos cuerpos?, ¿están diseminados al azar?, ¿habrá leyes que rijan su comportamiento?.Precisamente ese es el campo de estudio de la Astronomía, una ciencia que prácticamente nació al surgir la humanidad. A lo largo de esta serie de programas trataremos de dar a conocer mas al publico esta ciencia y su historia desde los observatorios de piedra hasta los mas modernos telescopios y radiotelescopios, y de como cada época tiene una forma de ver el universo.
Ahora daremos inicio a nuestro recorrido histórico precisamente cuatro mil años antes de Cristo. Las mismas preguntas que nos hacemos hoy nosotros acerca del cielo, con mayor razón se las haría el hombre de de esa fase tan temprana de la humanidad. En la soledad de la noche el hombre comenzó a observar y se dio cuenta de que cada noche las estrellas salían en el mismo orden. Vio como ciertos grupos de estrellas le recordaron las siluetas de figuras conocidas y así nacieron las constelaciones. Cuando la escritura apareció ya los astros tenían nombre, sobre todo esos cinco errantes que luego denominaríamos planetas y que hoy llamamos Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Para los viajeros las estrellas eran guías que le indicaban el camino. Para los pueblos agricultores las fases lunares y el trayecto anual del rutilante Sol le decían cuando sembrar, cosechar o cuando iba a llover. Como podemos ver esta primitiva astronomía era eminentemente utilitaria pero lo realmente importante de ella es que con sus observaciones del ciclo de crecimiento y de decrecimiento de la luna y de su revolución se originó la noción empírica y elemental del mes, compuesto por cuatro semanas justo el mismo numero de fases de la luna y la primitiva idea del año formado por doce lunaciones. Esto básicamente fue utilizado para predecir eventos importantes relacionados con la agricultura, como sequías, inundaciones o lluvias.
Pero las aplicaciones practicas de estos conocimientos empíricos no son tan importantes por esto, sino porque sentaron las bases de todo el proceso científico posterior desde la geometría pitagórica, pasando por la física einsteniana hasta la teoría de fuerzas magno-unificadas. al vez no le parecerán muy importantes estas primitivas observaciones, pero podemos afirmar sin temor a equivocarnos que si hace cuatro mil años antes de Cristo alguien no se hubiese puesto a preguntar ciertas cosas acerca del cielo y de la Tierra, probablemente no hubiesen existido Galileo, Newton, ni Einstein. Colón no hubiese llegado a América, ni el hombre a la luna, y hoy usted estaría escuchando este programa ni yo narrándolo porque el mundo sería muy diferente y porque probablemente usted ni yo estaríamos aquí.
FIN
Próximo capitulo
"La alborada de la civilización"
GRUPO ECO-ANTROPOLÓGICO G.E.A
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