viernes, 28 de febrero de 2020

"Ahora han creado un organismo con el objeto de controlar las autoridades universitarias... "

Entrevista al escritor, docente y político venezolano LUIS BELTRÁN PIETRO FIGUEROA








Estimados Amigos

Hoy compartimos con ustedes la opinion de LUIS BELTRÁN PIETRO FIGUEROA sobre la actual Ley de Universidades de Venezuela y algunos otros aspectos relacionados.

Esperamos disfruten de la entrada.


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LUIS BELTRÁN PIETRO FIGUEROA | 16 DE SEPTIEMBRE DE 1970 


"El político verdadero es un educador del pueblo"

Por Gilberto Alcalá



Para el doctor Prieto, tal como está el sistema educativo, los gastos que se destinen a él se pierden. “Los muchachos no tienen destino… no saben a donde ir”.

—¿Tiene una evaluación del sistema educacional del país?



—Sigue planteada la diversificación de la enseñanza para lograr un mejor aprovechamiento y la modernización del sistema educacional. Tal como está la situación, desde la primaria y la secundaria no hay sino un solo callejón: la universidad.



—El Gobierno hizo algunos arreglos de diversificación, un reciente decreto.



—Pero eso no significa nada. Tampoco el Gobierno sabe a dónde ir en materia educativa. Se decreta, pero ¿dónde están las escuelas para cumplir el programa que quieren hacer?



Al preguntarle cómo se modernizaría el sistema, sostiene que la enseñanza en primaria tiene que dejar de ser alfabetizadora solamente para comenzar a impartir conocimientos que vayan formando hombres útiles al país. También cree que en secundaria se debe hacer la diversificación a través de escuelas que preparen al joven en profesiones de acuerdo con las necesidades del país. Eso rebaja indudablemente la gran afluencia de jóvenes que van a buscar una carrera a la universidad, porque el estudiante en secundaria ha conseguido una especialidad básica para ir al mercado de empleo.


—¿Por qué no significa nada el sistema decretado por el Gobierno?

—Porque son medidas desacertadas, porque lo que hicieron no se reduce sino a un cambio de nombres. Le ponen nombres nuevos a cosas viejas.

Y en su concepto, el educacional tiene que estar adaptado a las necesidades de desarrollo del país. Cita como ejemplo que en Estados Unidos hay 6.000 profesionales clasificados, “mientras aquí nadie es capaz de saber cuáles son las verdaderas necesidades de profesionales que tiene el país”. Las escuelas, los liceos y las universidades se siguen rigiendo por los sistemas tradicionales.

—¿Por qué no hemos logrado estructurar un buen sistema educacional en función del progreso del país?

—Porque no se ha aplicado una ley cónsona con lo que requiere la nación.

—¿Qué piensa del criterio de la educación privada?

—La educación privada quiere que la reforma sirva para fomentar el negocio de la educación, y yo sostengo que la educación no es un negocio sino un servicio público. La escuela privada debe ser colaboradora de la escuela pública y ajustarse a sus requerimientos.

—De acuerdo con su tesis de la reforma integral, ¿cómo califica la reforma a la Ley de Universidades recientemente promulgada?

—Se trata de una reforma montada en el aire. No va al fondo del problema universitario. El problema no está en el nombramiento del rector ni en la forma como se debe elegir ese rector. Es un problema de organización de fondo: de sus escuelas, de sus facultades. Nuestras universidades tienen una organización colonial, especialmente copiada de la universidad francesa.

Es una universidad napoleónica –expresa con énfasis–, ya en el centro del jardín. Una universidad con facultades, escuelas e institutos separados. No hay unidad, de lo que menos tiene es de unidad y de universalidad.

Y se detiene un poco para agregar: “Esta ley no arregla nada. Sólo tiene que ver con el nombramiento de las autoridades y con la creación del Consejo Nacional de Universidades”.

—Por cierto, se dice que ese organismo fue ideado por usted hace mucho tiempo.

—Sí, lo ideé yo, pero distinto. Propuse un consejo de elección universitaria para coordinar las dos universidades existentes: la Central y la de Los Andes. Y no era un consejo por imposición, sino por elección. Y era un órgano de la universidad, no un establecimiento por encima de la universidad. Ahora han creado un organismo con el objeto de controlar las autoridades universitarias; no tiene que ver con el funcionamiento de la universidad; son facultades de fiscal y hasta judiciales. En resumen, sin la reforma general no se puede hacer reforma universitaria.

—Definitivamente, en su criterio, la ley va contra la autonomía.

—No solamente contra la autonomía, sino contra la universidad como institución. Se quiere desprestigiar la universidad nacional para crear las privadas y poner los instrumentos de la enseñanza a favor de la oligarquía.

—¿En cuál de los campos se ha sentido usted más realizado: como educador o como político?

—Para mí las dos cosas están íntimamente ligadas. La política también es una forma de hacer magisterio. El político verdadero es también un educador del pueblo.

—¿A pesar de las críticas fuertes que le hacen a los políticos en el sentido de que confunden a las colectividades asumiendo hoy una posición y otra mañana?

—Sí, porque los que se hacen acreedores a esas críticas no son precisamente políticos, y es porque no todos los que ejercen la política son políticos.

—¿Cuáles son las condiciones que debe llenar un político?

—Son varias, pero especialmente la moral. Se puede ejercer la política como se ejerce el comercio, por ejemplo, sin ser comerciante y, hay algunos que ejercen la política siendo comerciantes.






































































































































































































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