17-Mar- 2012
Michelle Roche Rodríguez
Michelle Roche Rodríguez
Lugar
Común reeditó los cuentos infantiles de Yolanda Pantin. Con las
aventuras de los dos animales, la autora pasó de la poesía a la
narrativa luminosa.
La noche en que Vampiro chocó con la puerta del cuarto donde dormía
Ratón fue el inicio de la relación poco común entre los dos animalitos,
una amistad tan sólida que ya cumple más de 20 años.
Sus
aventuras son de tal ingenio que los libros donde se cuentan llevan ya
dos ediciones. A la cooperativa editorial Lugar Común le corresponde la
más reciente, que tiene la propiedad de haber convertido a los
personajes creados por Yolanda Pantin en galanes de radio y actores de
teatro, gracias a la edición hecha en el estudio de sonido AGPD Sound,
que acompaña la publicación bellamente ilustrada por Jefferson Quintana y
la obra de teatro producida por Palo de Agua.
Niños y adultos.
El libro, que ya está a la venta, es una trilogía de cuentos integrada
por Ratón y Vampiro se conocen (1991), Ratón y Vampiro en el castillo
(1992) ambos editados como parte de la colección infantil de Monte
Ávila que entonces dirigía María Elena Maggi y uno que se mantuvo
inédito hasta ahora, El regreso de Ratón y Vampiro.
En el año
1993, el primer texto fue seleccionado entre los mejores libros para
niños del Banco del Libro e incluido en la Lista de Honor de la IBBY,
Organización Internacional del Libro Infantil.
Yolanda Pantin. Fotografia: Jonathan Manzano |
"Comencé a escribir estos libros con mis hijos, Efraín y Jimena, porque quería regalarles otra parte de mi poesía, que en aquel entonces era oscura y dolorosa", recuerda Pantin y agrega que su obra entonces, que ya contaba con dos poemarios publicados, estaba transitada por una gran cantidad de murciélagos. Uno se escapó para conocer la luz junto con Ratón.
El
regreso de Ratón y Vampiro, escrito más de una década después de los
dos primeros, fue un intento de Pantin para acercarse a sus sobrinos y
coloca a los animalitos en las cotidianidades de los caraqueños, como
montarse en el Metro, hacer una cola o sacarse la cédula.
Letras y tablas. "Lo
que más nos gustó de la trilogía de cuentos es que sus personajes
tenían potencial para convertirse en íconos de la literatura infantil
venezolana", señala Garcilaso Pumar, que dirige la cooperativa editorial
junto con Luis Yslas y Rodrigo Blanco.
Pantin considera que uno
de los aspectos más interesantes de la reciente edición de sus textos es
que, al llevarlos al teatro, tuvo la oportunidad de observar en vivo la
reacción de los niños. "Es como un chorro de energía que me ablrió las
compuertas para las posibilidades creativas. Es muy raro para mí que
trabajo con la poesía, porque en este género no esperamos a más de 500
lectores, mientras que en este caso los niños, que gritan, ríen y se
acercan al escenario, son tan protagonistas de la obra como mis
personajes".
Entre las claves del éxito de los cuentos se
encuentran justamente los personajes que afrontan problemas cotidianos
con humor y sin falsos moralismos. Desmitifican la idea de que la
literatura para niños es simple.
"Acorde con las razones para el
reconocimiento que tienen los libros infantiles venezolanos en el
exterior, Ratón y Vampiro es una apuesta a las capacidades de los
pequeños lectores. Pantin tiene una confianza muy grande en los niños
que leen y por eso no tiene necesidad de explicarles sus historias. Esto
es muy grato, porque la literatura infantil suele caer en la
literalidad y la presunción de que debe haber una moraleja explícita.
Lo
mismo pasa con Quintana, cuando hizo la interpretación gráfica de sus
palabras", indica Pumar sobre el aporte del libro y agrega que la misma
confianza en el interlocutor se mantiene en la obra de teatro.
Antes
de que finalice el año, los editores de Lugar Común esperan tener dos
títulos más en la colección de libros infantiles. Mientras tanto, Pantin
termina de afinar una colección de relatos para niños sobre la mascota
que acompañó a su familia durante 14 años.
Tomado de El Nacional
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