miércoles, 9 de agosto de 2023

Miguel Rodríguez: Los empresarios venezolanos estaban acostumbrados al subsidio y a estar pegados en la ubre del Estado

Una entrevistade José Pulido

Miguel Rodríguez

 


Una entrevista que le hice hace mucho tiempo a Miguelito Rodríguez. La dejo hoy aquí, para quienes no la leyeron y para quienes deseen leerla


ESTADÍA BREVE PERO INTENSA

Miguel Antonio Rodríguez Fandeo es poseedor de una inteligencia que siempre ha sido el mascarón de proa de su personalidad. Esa inteligencia, que lo agita, hace que parezca acelerado, como si estuviera corriendo mentalmente en una competencia donde resulta difícil ganarle. Quienes le conocen a fondo lo consideran, además de sabio y voluntarioso, un hombre tan firme en sus convicciones que dicha firmeza llega a adquirir visos de pasión.

Hijo de Nicanor Rodríguez y Arcelia Fandeo de Rodríguez, nació en el año 1953. Se graduó de economista en la Universidad Central de Venezuela y con apenas 21 años de edad fue profesor en la Escuela de Economía de la UCV, entre 1974 y 1977.  En 1983 obtuvo el PHD de Yale. Precisamente en Yale fue profesor de Economía desde enero de 1982 hasta mayor de 1983.

Fue asesor de Cordiplan, del Sela y de las Naciones Unidas y también se desempeñó como profesor en el IESA. Fue ministro de Estado, jefe de Cordiplan, entre 1989 y 1992 y  se transformó en el presidente más breve que ha tenido el Banco Central de Venezuela: desde el 28 de febrero al 31 de marzo de 1992. Una brevedad que, sin embargo, resultó bastante intensa.

-Mi experiencia en el Banco Central de Venezuela, no fue tanto en la presidencia, donde sólo estuve dos meses, sino en el directorio: fui tres años director del Banco Central, como ministro de Cordiplan. Viví, con mucha intensidad, toda la experiencia de la política económica por un lado y de la política monetaria y cambiaría por el otro.

Esos tres años en el Banco Central arrancaron prácticamente desde comienzos de febrero del año 1989, hasta que salí de la presidencia del BCV en el año 92. Fue un período muy rico en materia de política económica.

-¿Por qué le parece interesante ese período?

-La política económica que comenzó en febrero de 1989, representó un cambio radical en Venezuela, porque nos presentamos con un programa económico que iba a corregir en un año una serie de desequilibrios. Un año que iba a ser difícil para el país.

La economía venezolana había tenido desde el 1988, grandes déficits en el sector público, en la balanza de pagos, agotamientos en las reservas internacionales, toda esa serie de problemas que tenían que ver con desequilibrios coyunturales, obviamente por las políticas económicas que se venían aplicando en el periodo anterior.

Se percibió con mucha claridad, que tenían que producirse cambios  sustanciales en la estructura de la economía venezolana, para que una vez corregidos esos desequilibrios, la economía pudiera retomar un ritmo de crecimiento acelerado y de control paulatino de la inflación en los años subsiguientes.

-Y se hablaba insistentemente de privatización.

-Una vertiente de la política fue el planteamiento de hacer cambios en la estructura del sector público de la economía venezolana, donde teníamos que introducir el concepto de la privatización. El Estado venezolano debía concentrarse en las cosas que tienen que hacer los Estados, y salirse poco a poco de la esfera productiva. Ese era uno de los cambios sustanciales.

Ya el petróleo no era el de las grandes bonanzas de los años 70 y de la primera parte de los años 80. Tenía que haber cambios en la estructura de ingresos del sector  público y también en la estructura de los subsidios que se había permitido el Estado venezolano en la época de abundancia.

Se planteaba la necesidad de introducir la reforma tributaria, como un elemento central en el programa de cambios estructurales.

La base tributaria venezolana fuera del territorio era prácticamente inexistente, teníamos que empezar a crearla. Por eso fue que se dieron todos esos pasos desde temprano en 1989 y particularmente con la introducción de la reforma tributaria en el Congreso.

-La deuda externa fue otro tema preponderante en esos tiempos…

-Otro elemento muy cercano al problema del sector público era que había que hacer una gran reestructuración de la deuda externa de Venezuela, que era prácticamente la totalidad de la deuda pública del Estado venezolano.

En aquel momento existía muy poca deuda interna, casi toda la deuda pública era externa, por eso inmediatamente, a mediados de ese año,  asumimos el reto de reestructurar la deuda venezolana bajo el marco del Plan Brady, que había arrancado en México. Sabíamos que México iba a ser el primer país, que iba a completar la negociación, por razones geopolíticas, como efectivamente lo hizo, en septiembre-octubre del año 89, pero Venezuela fue el segundo país.

-¿En qué consistía la virtud del plan Brady?

-Venezuela anunció en febrero el acuerdo con la Banca, el esquema del Plan Brady, que significaba una reducción importante de la deuda, pero sobre todo una reducción en el servicio de la deuda: estaba en más de cuatro mil millones de dólares por año y lo bajamos a unos mil doscientos millones de dólares.

-¿Fue difícil introducir cambios en la economía privada?  

-Ese era otro aspecto importante. ¿Cuáles eran las características bajo las cuales se había desarrollado la economía privada en Venezuela? el modelo tradicional latinoamericano de sustitución de importaciones, que se empezó a adoptar en América Latina en los años 30, y en Venezuela en los años 50. 

Venezuela llegó con 20 años de atraso a la  sustitución de importaciones, porque era un país muy pobre en los años 30: no tenía demanda interna para un proceso de industrialización, como si lo tenían Argentina, Brasil, México y Chile.

Se había agotado el modelo de sustitución de importaciones en América Latina, basado en esos esquemas de altísima protección arancelaria, que era importante para que arrancaran las industrias  pero que después las hicieron ineficientes en el tiempo.

En Venezuela la sustitución de importaciones había sufrido ese tipo de agotamiento y no permitía que la economía pudiera crecer de manera acelerada. Había que transformar esa economía dependiente, ineficiente, altamente protegida, en una economía competitiva a nivel internacional, donde se promovieran exportaciones distintas al petróleo, a las tradicionales y se hiciera además una sustitución eficiente de importaciones. No que tú importaras porque fueras protegido, sino porque fueras eficiente en tu esfera productiva.

Por eso se planteó la reforma comercial, como se hizo temprano a partir de junio de 1989, cuando se anuncia que se empieza a regularizar la situación de la disminución de los aranceles, la eliminación de las licencias, las prohibiciones de importación,  y la reforma comercial que va a trabajar en los años subsiguientes.

-¿Cómo fue la política monetaria en su período?

-Se eliminó Recadi y se estableció una tasa de cambio única, competitiva, bajo esa definición. Yo fui uno de los líderes en el directorio del Banco Central, planteando que se hicieran los ajustes permanentes en el tiempo de la tasa de cambio, para evitar que la moneda se sobrevaluara.

En el directorio, le indiqué muchísimo al Banco Central que fuera haciendo los ajustes cambiarios convenientes, pero también la necesidad de instrumentar una política monetaria distinta en Venezuela, donde no se hiciera la fijación de las tasas de interés por decreto, sino que efectivamente empezara a jugar el mercado monetario, y que se fijaran a través del mercado las tasas de interés en la economía, como ocurre en  todos los países normales.

En los países normales, el ejercicio de la política monetaria se hace a través de la compra y venta de títulos de deuda pública en el mercado, lo que se llama operaciones en mercado abierto, y lamentablemente Venezuela no tenía un mercado de título de deuda pública, por eso tuvieron que crear los famosos bonos cero cupón, que eran bonos emitidos por el Banco Central. Porque no existía el mercado de bonos del Ministerio de Hacienda, del Tesoro, como existe en Estados Unidos, o en otros países,  que han emitido títulos propios con los cuales tratan de absorber la  liquidez excedentaria  que pueda existir en el mercado en un momento dado.

-En ese tiempo que fue presidente del Banco ¿qué tipo de acción importante le tocó realizar?

-Nos tocó atacar duramente los brotes especulativos iniciales que surgieron a raíz de la crisis política. Siempre la gente se asusta y empieza a tratar de sacar los dólares y especular con la divisa. Las políticas que adoptamos en ese momento fueron fuertemente restrictivas, y más bien la cosa se había montado en 70 bolívares por dólar, que terminé bajando en 64. Entregué la presidencia en 64 bolívares por dólar, pero eso fue una cosa coyuntural.

-¿Cómo fue la relación con el sector petrolero?

-La política petrolera fue un elemento central de la reactivación sustancial que vivió la economía venezolana. En el año 1990 se aprobó en la asamblea de PDVSA un programa expansivo de inversiones petroleras en el país. Esas inversiones petroleras tuvieron un efecto multiplicador muy fuerte en la economía. El crecimiento del 7 por ciento, del 10 por ciento y todavía  del 7 por ciento en el año 92, que básicamente es un crecimiento del primer semestre del año 92, es una combinación de las políticas que describí, con una política de fuerte inversión en el área de infraestructura por parte del Gobierno central y de los gobiernos regionales y el fuerte programa  de expansiones de Pdvsa.

Eso tuvo efectos multiplicadores muy grandes en la economía porque teníamos una tasa de cambio competitiva. Cuando tienes una tasa de cambio competitiva el componente importado de los proyectos de inversión petrolera es muy bajo.

-¿Cómo puede luchar contra la inflación una institución como el BCV si el aparato mantiene su gigantismo y la deuda externa parece aumentar?

-No puede. Eso es una tremenda equivocación. En realidad la inflación en los países, en las economías, se origina fundamentalmente como producto del desequilibrio fiscal. Nosotros los economistas llamamos a la inflación "el impuesto inflacionario", porque  la inflación termina siendo el impuesto que los Gobiernos le cobran a la gente, cuando no aprueban los impuestos a nivel legislativo, por razones políticas, porque les preocupa que la población los vaya a sacar del Gobierno en la próxima elección si establecen un sistema de impuestos.

Cuando no cubres los gastos del Gobierno con los impuestos ordinarios, los Gobiernos terminan cobrándote un impuesto que se llama inflación. Lo que hacen los Bancos Centrales, irresponsablemente, con los gobiernos  en los países de alta inflación, es que financian una parte muy importante de ese déficit fiscal con creación de dinero.

-¿Qué ocurrió finalmente con la deuda externa y la deuda interna, en el período que usted estuvo en el Gobierno y en el BCV?

-En el año 1989 la deuda pública venezolana era fundamentalmente la deuda externa, pero ya eso no es así. El monto total de la deuda externa posiblemente sea el doble de la deuda interna: la deuda interna es la que más ha crecido. La deuda interna, que no existía, ya es la mitad de la deuda externa, que ha crecido relativamente poco. Pero el servicio de la interna ya casi iguala al servicio de la externa porque las tasas de interés internas son mucho mayores.

Ahora hay que lanzarse a un programa más agresivo en materia de reducción de la deuda, porque la carga de la deuda es mucho mayor, por el crecimiento de la deuda interna. Si quieres que el Estado venezolano cumpla con las cosas que tiene que hacer en materia educativa, de salud pública, en programas de inversión de infraestructura, en un sistema judicial decente, eso va a significar un aumento del gasto público en todas estas áreas. ¿Cómo lo puede aumentar si el 35 por ciento se va en el servicio de la deuda?

-¿Cómo se puede pagar la deuda?, ¿no es un círculo vicioso?

-Para liquidar esos pasivos que son la deuda, tú tienes que liquidar activos. Este debe ser uno de los objetivos centrales del programa de privatización. El programa de privatización no es solamente pasar al sector privado actividades que le son propias, sino utilizar esos activos valiosos que tienen los países, para liquidar  la deuda y hacer la reforma fiscal y abrirle el paso presupuestario a todas estas cosas que son fundamentales que el Estado adelante.

-¿Qué tiene Venezuela para vender?

-Tiene muchísimas cosas. Tiene una cosa que se llama Pdvsa. Pero eso en Venezuela es un tabú. Yo planteé que se colocara el 20 por ciento de las acciones de Pdvsa en los mercados internacionales y en la Bolsa de Caracas. Y eso, con el resto de las privatizaciones del Estado venezolano, serviría para liquidar la totalidad del endeudamiento público de Venezuela, la deuda interna y la deuda externa.

-¿Por qué el empresariado venezolano tampoco ha parecido entender a Miguel Rodríguez?

-La respuesta es muy sencilla: por la misma razón que la gente no quería entender que este era el gran país rentista de América Latina. Todos los países tienen algo de rentistas, todos tienen algo de subsidios, es una norma latinoamericana. Pero el país más subsidiado y más rentista era Venezuela porque el petróleo pagaba toda la cuenta.  

Por eso fue que cuando planteé la necesidad de una reforma tributaria con la creación del IVA, me cayó encima todo el mundo.

Cuando planteamos la reforma comercial de disminuir los aranceles, se opuso todo el sector industrial. Yo les decía: acabamos de hacer una devaluación del 250 por ciento, ya con eso están protegidos la industria y todo el sector agrícola. Aquí no va a quebrar nadie, porque la tasa de cambio es la que le da la gran protección, pero no podemos seguir con los niveles de aranceles del 100, del 150 por ciento, eso es una locura, es un disparate.

-Y ellos también decían "Paquetico Rodríguez nos quiere acabar"…

-Sí: me llamaban "Paquetico". Todo el mundo estaba subsidiado, todo el mundo tenía intereses creados y no se habían dado cuenta que el petróleo no era el petróleo del primer Gobierno de Carlos Andrés Pérez y del Gobierno de Luis Herrera y de los primeros dos años del Gobierno de Lusinchi.

Toda la gente del sector privado en Venezuela, aquellos que fueron opositores tremendos, cuando me consiguen ahora me dicen "Miguel: tú tenías razón. Es el manejo de la política cambiaria no de la política comercial".  Pero como era  la primera vez que se planteaban estas cosas en Venezuela…y no era que yo no lo explicara. Yo se los explicaba hasta la saciedad. Pero estaban acostumbrados al subsidio y a estar pegados en la ubre del Estado.


MIGUEL RODRÍGUEZ:VENEZUELA PUDO SER LA ECONOMÍA MÁS SÓLIDA DEL MUNDO | TESTIMONIOS | TERCERA PARTE



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José Pulido. Fotografía de Gabriela Pulido Simne

José Pulido

Poeta, escritor y periodista, nació en Venezuela, el 1° de noviembre de 1945.

Vive en Génova, Italia. 

En 1989 obtuvo el Segundo Premio Miguel Otero Silva de novela, Editorial Planeta. En el 2000 recibió el Premio Municipal de Literatura, Mención Poesía, por su poemario Los Poseídos. Ha publicado cinco poemarios y nueve novelas. Desde el 2018 el Papel Literario de El Nacional creó la Serie José Pulido pregunta y publica las entrevistas que ha realizado a creadores y artistas.

(Ha fundado y dirigido varios suplementos y revistas de literatura. Si se requiere información detallada sobre estas publicaciones, favor solicitarla a este  correo: jipulido777@gmail.com)

Forma parte de la Antología Por ocho centurias, XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos, Salamanca, España, entre otras. Ha sido invitado a festivales en Irak, Colombia, Brasil, Chile, España y Génova. Participó, en 2012, como invitado de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que se celebran en SalamancaEn el 2018 y en el 2019 invitado al Festival Internacional de Poesía de Génova. 

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