miércoles, 31 de mayo de 2023

CON RESPECTO AL PODER Y LA RAZÓN EN UNA DEVASTADA VENEZUELA

 




CON RESPECTO AL PODER Y LA RAZÓN


Ño Pernalete, personaje controvertido de la novela Doña Bárbara, refiere a Santos Luzardo (para aludirse a sí mismo) la historia de alguien que "no conocía la ortografía y no decía halar, sino jalar, ni hediondo, sino jediondo, y cuando su secretario - porque era jefe el hombre y tenía su secretario - le ponía con hache una de esas palabras que a él no le sonaban sino con jota, le decía: Está bueno, pero, ¡póngale un punto a esa hache!"

Rómulo Gallegos.


Esta escena, que magistralmente plasma Rómulo Gallegos, es leitmotiv de la historia de Venezuela.

Erika Farías


Para la época en que gobernó mi estado Erika Farías... se le encargó a un publicista colocar en la entrada de San Carlos, en letras gigantes, COJEDES INVICTA para que fuera una suerte de monumento a las victorias electorales de la revolución. 


El publicista, intentando razonar con quien lo contrababa, refirió: "Amigo, con todo respeto, el letrero debería decir COJEDES INVICTO... hay que respetar el género gramatical". A lo que el contratista alegó: "Si la jefa (la gobernadora) lo quiere así... entonces es así".  

Escudo del estado Cojedes


Siempre el poder doblega a la razón (al menos en mi país). Y volviendo al COJEDES INVICTA que creó la mencionada gobernadora: no sólo podía verse en la entrada de la capital: también en los periódicos, en twitter, en grafitis, ni hablar de que los acólitos del regimen lo referían a cada instante en programas de radio, en mítines políticos, en reuniones.


El lenguaje inclusivo y los acentos a las consonantes de nuestro alfabeto son inventos del poder y mientras tanto... 


FRANCISCO AGUIAR


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Francisco Aguiar. Escritor venezolano (San Carlos, Cojedes, 1985). Licenciado en Educación Mención Castellano y Literatura por la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (UNELLEZ). Cursó en 2014 el Taller de Formación Teatral que auspició la Compañía Nacional de Teatro (CNT). La revista Memoralia publicó en 2015 su monólogo La Alcantarilla. En 2018 participó en el XXII Festival Internacional de Poesía Cartagena de Indias (FIPCA). La OIM – Colombia publicó uno de sus poemas, a mediados de 2019, en la antología que se titula Pido la palabraHa publicado entrevistas, artículos y notas, en revistas, periódicos y blogs. Autor del libro El cuento más largo. 




sábado, 27 de mayo de 2023

Peter Singer: Sufrir es malo, sea cual sea la especie del animal que experimenta dolor

 



Entrevista con Peter Singer: "los animales tienen derechos o que deben ser considerados igual que los humanos."


Posted: 31 Aug 2012 01:49 PM PDT

 


Daniel Gamper. LA VANGUARDIA, Suplemento Culturas 23 de julio 2003 


Con su teoría utilitarista ("Ética práctica", Ariel) según la cual la moralidad de una acción depende de la cantidad de bienestar que promueve y sufrimiento que evita, Peter Singer se ha destacado desde sus primeras obras por poner a prueba el pensamiento teórico ante los dilemas más radicales de la existencia. Su defensa de la eutanasia ("Repensar la vida y la muerte", Paidós) le granjeó las iras de las audiencias en Alemania, donde no le dejaron hablar, y de los estudiantes de Princenton, que fundaron una asociación para oponerse a su contratación en el año 1999. Aunque tal vez donde más repercusión han alcanzado sus reflexiones sea en el movimiento de liberación animal. La contundencia y lógica de sus argumentos han convencido a no pocos de las bondades del vegetarianismo. Las dos semanas que pasó impartiendo clase en la Cátedra Ferrater Mora de Girona seguro que le sirvieron para ganar más adeptos a su causa: la libertad de pensamiento y la fuerza de la razón.


 

¿Qué tenemos en común con los animales no humanos que nos obligue a respetarlos éticamente?


.- Compartimos la capacidad de sentir dolor y de sufrir. Sufrir es malo, sea cual sea la especie del animal que experimenta dolor. 


¿Cómo sabe que sufren? ¿No está antropomorfizando a los animales?


.- Para la gente que ha convivido con animales, es evidente que sufren. Además, por ejemplo, con los mamíferos compartimos ascendencia y no es raro que nos parezcamos.


¿No deberíamos tener primero en cuenta a los seres humanos que sufren?

.- Esta misma objeción es una muestra de pensamiento "especieísta", es decir, supone que todo lo relativo a los humanos es más importante que lo relativo a los animales. Si tenemos en cuenta que en EE.UU en el 2002 murieron diez mil millones de animales para consumo humano, es obvio que nos hallamos ante un sufrimiento ético urgente e importante.


Para promover el movimiento de liberación animal, usted ha comparado nuestro trato con los animales al caso de la esclavitud de los negros.

.- No son casos completamente idénticos, pero el paralelismo es ilustrativo. En ambas situaciones existe un grupo que tiene el poder sobre el otro, usa este poder para aprovecharse de él y desarrolla una ideología para justificar su supremacía. Esta justificación implica opiniones desfavorables y no fundamentadas científicamente sobre las capacidades y cualidades del otro grupo, con la finalidad de hacer un uso egoísta de éste. 


¿Su compromiso con la liberación animal surge de su amor por ellos? 

.- Nunca me he sentido particularmente cercano a los animales; cuando era un niño tuvimos un gato durante unos años porque a mi padre le gustaban los gatos, pero cuando murió no lo sustituimos por otro. Desde que abandoné la casa paterna nunca he tenido animales de compañía. Por aquel entonces pensaba, naturalmente, que es malo ser cruel con los animales, pero no tenía nada en contra de comer animales.


¿Fue una decisión filosófica?

Efectivamente, fue sólo cuando me encontré ante el reto de justificar en los términos establecidos por mi sistema ético el modo como tratamos a los animales que empecé a ver las dificultades de justificarlo. Entonces desarrollé un sistema filosófico y me di cuenta de que no tenía ninguna justificación para comer carne. Fue el resultado de una argumentación filosófica estrictamente lógica. 


Existen teorías que sostienen que en el desarrollo de la humanidad en algún momento fue necesario comer carne para lograr que el cerebro alcanzara un volumen mayor en menos tiempo.

.- No está claro que esta teoría sea verdad, es una teoría plausible, aunque especulativa y discutible. Pero si aceptamos que es verdad, no creo que sea una objeción acerca de lo que deberíamos hacer hoy, porque eso es historia, prehistoria, es pasado. Nos hemos desarrollado hasta alcanzar un grado en el que nos podemos nutrir haciendo un buen uso de la agricultura. De ahí que aunque hubiera sido necesario comer carne en su momento, eso no nos justifica, en modo alguno para continuar con esa práctica. 


En general es la gente de las ciudades la que defiende posturas vegetarianas radicales que parecen surgir de una visión idealizada de la naturaleza. 

.- Hay que tomar en serio la afirmación de que si uno apenas tiene contacto con animales no sabrá nada de su naturaleza, de cómo son y de qué les gusta. Estoy de acuerdo en que tenemos la obligación de aprender tanto como sea posible sobre los animales. Pero no es siempre la gente de campo la que tiene el mayor o el mejor conocimiento sobre los animales. Es cierto que los conoce bastante bien, pero es posible que los conozca menos que algunos científicos que observan el comportamiento animal a lo largo de un amplio espacio de tiempo. Permitiendo que los animales se desenvuelvan en situaciones diversas y dándoles la oportunidad de elegir, cosa que los ganaderos no harían, pues están interesados en conseguir productos animales. Por lo que se refiere a la ética, no creo que sea una objeción decir que se trata de una ética producida por gente proveniente de las ciudades. No se trata de ser realista o no, es igual de realista decir que podríamos ser una especie vegetariana.


¿Qué ha sucedido desde la publicación de "Liberación animal"?

.- En primer lugar, hay muchos más vegetarianos en Europa, América y Australia de los que había hace 30 años. En segundo lugar, hay más discusión sobre agricultura ecológica, sobre crianza en granjas. Sólo hay que ver las modificaciones propuestas por la Unión Europea, que van a suponer una diferencia considerable para las vidas de cientos de millones de animales. 


¿Qué tiene que decir sobre las corridas de toros? 

.- Son un símbolo del derecho que se otorgan los humanos de hacer sufrir gratuitamente a los animales. Mientras se acepten las corridas de toros, la gente no objetará que se haga sufrir a los animales de muchas otras maneras. Me opongo a las corridas de toros por su impacto educativo y cultural sobre nuestras actitudes respecto a los animales. 


Usted escribió en "Ética práctica" que: "matar a un chimpancé es peor que matar a un ser humano que, debido a una discapacidad intelectual congénita, no es ni podrá ser nunca una persona".

.- Tenemos que estar realmente seguros de que se trata de gente realmente discapacitada intelectualmente, así que si el niño no está ni capacitado para reconocer a otra gente, ni para establecer relaciones sociales, ni para disfrutar de su vida, mientras que el chimpancé sí tiene una vida más rica y compleja que ese ser humano gravemente discapacitado, entonces creo que hay menos pérdida en matar a ese humano que a un chimpancé.


Esto es difícil de decir... 

El hecho de que nos cueste decir algo así es una evidencia de nuestra parcialidad como miembros de la especie humana. Nos gusta pensar que todos los humanos "tienen que" ser superiores a los animales no humanos. 


Sí, pero ¿para qué estos ejemplos tan radicales? 

Es para desafiar a la gente para que piensen en la naturaleza del especieísmo y en cómo debemos juzgar las vidas de la gente con grandes discapacidades. En ocasiones hacemos demasiado para preservar la vida de bebés que han nacido con graves discapacidades aún cuando los padres no desean que sigan viviendo. Esto causa un sufrimiento innecesario. Es la otra cara del especieísmo, no sólo el sufrimiento causado a los animales, sino a algunos humanos. 


Si se encuentra una cucaracha en la cocina, ¿qué hace con ella? 

No estoy seguro de que las cucarachas sientan dolor o tengan conciencia. Así que, aunque lo mejor es evitar que puedan acceder a la comida manteniendo los alimentos cerrados en botes de vidrio, si me encuentro una cucaracha en mi cocina, estoy dispuesto a matarla. 


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Peter Singer (Melbourne, 1946) es filósofo especializado en ética y principal representante del movimiento de liberación animal. Además de su célebre "Ética práctica" ha publicado "Liberación Animal" y "El proyecto Gran Simio" (Trotta), "Compendio de ética" (Alianza) y "Escritos sobre ética" (Taurus). Ha sido profesor en Melbourne, Oxford, Nueva York y California. Actualmente dirige en Princenton la cátedra DeCamp del Center for Human Values.

 

Tomada de Paperblog.


viernes, 26 de mayo de 2023

Evguéni Evtuchenko: Cuando hay tanto sufrimiento alrededor es inmoral ser completamente feliz.

Una entrevista de José Pulido

 

De izquierda a derecha: José Pulido y Evguéni Evtuchenko



No hay lado colombiano,

No hay lado peruano.

Solamente hay lado humano.





Esta es una entrevista que le hice a Evguéni Evtuchenko (Nizhneúdinskprovincia de Irkutsk18 de julio de 1932​-TulsaOklahoma1 de abril de 2017en 1984. Hace unos cuantos años. Ha pasado mucha agua por debajo de todos los puentes habidos y por haber.


UNA POESÍA COMPLICADA COMO LA VIDA DE LAS MASAS

En el rojo césped de la alfombra, en el mero centro del hotel, ha caído una nave que se desprendió del cosmos. La puerta metálica del ascensor se abre y sale un tripulante, alto como un poste, en mangas de camisa blanca. Se llama Evguéni Evtuchenko; es sonriente, impulsivo, inmediatamente habla el idioma de los terrícolas para expresar que está hambriento y que con tanta hambre no puede hablar. 

Es el más famoso de todos los poetas grandes de hoy, del presente, tan célebre que en 1963 la revista Life y todos los medios de comunicación del planeta le ofrendaban portadas, comentarios, fotografías, artículos, reportajes, entrevistas, como si Dios hubiese salido de un huevo en la Plaza Roja y llegara volando hasta el capitalismo, dispuesto a hacer su nido en esos lares. Es un poeta tan conocido que sus libros se venden por millones y Estados Unidos decidió (por alguna razón no expuesta todavía) no continuar enamorando a Evtuchenko, pero el nombre del poeta sigue circulando en el norte.

Ya no se dedica mucho a los recitales masivos, pero Evguéni Evtuchenko ha sido el poeta que ha recitado sus poemas ante más público en toda la historia de la humanidad: ni Maiacovski concentró tanta gente en un estadio o una plaza, como la que ha tenido embobada este escritor siberiano, cuya voz expresiva y honda ha conmovido a multitudes dentro y fuera de su país.

TRADUCCIONES

Su estadía en Caracas se debe a que la Asociación de Escritores de Venezuela, presidida por Ramón Urdaneta, le invitó con el respaldo de la Embajada de la URSS, ya que existe un convenio entre escritores de los dos pueblos, que facilita este tipo de actividades. Dicho convenio fue logrado por Urdaneta, en su primera gestión como máximo dirigente de los escritores y poetas venezolanos.

Evtuchenko tiene los ojos transparentes y azules. Algo debe estar sucediendo en el mundo, porque el hombre no es un cobarde ni un huidizo, no se muestra con el cerebro lavado: Algo debe estar pasando, porque esos ojos azules, un poquito agresivos, reflejan poder, sarcasmo, osadía.



Apenas termina de desayunar, abre su cajetilla de Marlboro, marca que prefiere desde hace más de veinte años, y se dispone a conversar con este diario. Están presentes Ramón Urdaneta, Petruvska Simne, Ian Burliai (Embajada), Yuri Isaev y Elena Dorante

—Me gusta desayunar como los georgianos: con sopa de mondongo —dice, luego que ha comenzado el día con un desayuno mitad criollo mitad gringo. 

En ese instante se le pregunta:

—Su último libro ¿está traducido al español?

—No. Mis poemas han sido traducidos a setenta lenguas, pero en español no me siento feliz, porque en español todavía no tengo buenas traducciones. Traducir poesía es como tocar una mariposa: Un movimiento sin tacto y se caen los colores de las alas y después la mariposa no vuela con el mismo cuerpo. Por eso sueño encontrar a alguien que pueda traducirme bien al español. Yo escribo en rima y también en versos libres, pero creo que es mejor no traducir mis rimas, si no se hace en buena prosa. 

Segundo cigarrillo. La administradora del hotel le dice al gerente que pida un autógrafo a Evguéni porque le admira “hace muchos años”.

—¿Qué escribe en estos días?

—Tengo una novela que es para mí muy importante. La he titulado El lugar de las fresas silvestres y el tema es un mosaico. Hablo de la vida pre revolucionaria, la de los primeros años de revolución, luego de la vida de un poeta, un geólogo, narro el último día de Salvador Allende como lo imagino: Lo conocí perfectamente. Es una novela muy libre, que no tiene forma geométrica. En Rusia se han vendido cuatro millones y medio de ejemplares. Pronto saldrá en Estados Unidos, en inglés y español.

—¿Cómo ha sido recibida esta novela en la URSS y en otros lugares?

—Ha habido muchas discusiones: Algunos críticos dicen que la obra es genial, otros me atacaron y dijeron que era una obra inmoral. Algunos críticos, hipócritas, me culparon de que esa novela glorifica y elogia el donjuanismo. Eso no es verdad. La he escrito con variedad, como una sopa rusa, que lleva todos los vegetales. Mi sopa incluye hasta carne de autor.

¿QUÉ LE SUCEDIÓ?

Había que preguntarle si se siente libre, si escribe lo que quiere, si es feliz, si es disidente. Con su segundo cigarrillo enciende su tercer cigarrillo. Quizás es el cuarto cigarrillo. “Tengo que explicar en detalles” expresa.

—Empecé a escribir desde muy joven, soy un poeta provisional desde los 15 años. No terminé la escuela ni la universidad, me expulsaron por mal comportamiento. Durante esos años publiqué ciento veinte mil versos. Hoy, he publicado tres volúmenes de poemas de toda mi obra y he seleccionado sólo cincuenta mil versos: El resto me parece que no ha pasado la prueba del tiempo. El setenta por ciento de lo que escribí, aunque siempre fue muy sincero, lo eliminé… la mierda también puede ser sincera.

Le han traído un jugo de melón, que se ha tomado con algo de sed. Sin embargo, no parece afectado en lo más mínimo por el sol del trópico.

—Durante su tiempo —continúa— Pushkin, el gran poeta ruso, vendía apenas tres mil ejemplares de sus obras. Cada libro costaba mucho y sólo los aristócratas podían leer. Para los años de la revolución de 1917, el setenta por ciento de los rusos era analfabeta. Vladímir Maiakovski realizó una revolución, al inclinar al pueblo hacia la poesía, leyéndole en estadios y plazas. Sus libros alcanzaron tirajes de veinticinco a treinta mil ejemplares. Boris Pasternak sólo pudo vender dos mil libros, siendo más complicado que Maiakovski. Este, con su poesía, hizo más primitivo el lenguaje de una manera adrede, para ser más comprensible a las masas.


Mayakovski en un retrato de 1924


—¿Esto qué significa?

—Que el poeta tiene que ser más adelantado que el pueblo para elevar la cultura. Es lo que sucede ahora. Nosotros, mi generación, quisimos renovar la tradición de Maiakovski sacando la poesía a los estadios. Cuando organizamos el recital de poesía de 1955, en la Plaza Maiakovski, se congregaron treinta y cinco mil personas. Nuestra generación escribía poemas dirigidos a las masas, pero ya no era necesario bajar el nivel sino elevarnos al nivel de las masas. Es lo que ha pasado con Pasternak: Cuando vivió era leído por una élite, ahora los obreros lo leen, lo entienden.

—¿Cuál es su propósito entonces?

—No bajar la poesía sino hacerla tan complicada como la vida de las masas. Quiero hacer poesía polifónica, quiero ser comprensible para todos los obreros y al mismo tiempo para el sabio más inteligente. Esa tarea es muy complicada: La poesía es ahora el género más popular de nuestro país.

—¿Es posible que haya un país donde se venda mucha poesía?

—Para mis volúmenes de la antología faltó papel y sólo se editaron setenta y cinco mil ejemplares y ha habido más de tres millones de personas haciendo peticiones para adquirirlos. Sin embargo, este libro ha sido objeto de especulaciones en el mercado negro de la poesía (se sonríe), costaba tres rublos cada ejemplar y en ese mercado negro lo venden entre setenta y cien rublos.

EVTUCHENKO Y EL CINE

Se ha conocido a través de las agencias internacionales, que Evguéni Evtuchenko acaba de terminar su primera película, Kindergarten, en cuya trama mira la Segunda Guerra Mundial a través de los ojos de un niño de ocho años.

—El guion es mío y la dirección también y en esa película tengo un pequeño papel, como un ajedrecista loco que se cree campeón mundial- dice el poeta. En realidad fue campeón de tenis de mesa y sabe jugar bastante el ajedrez. Quizás ese personaje, que se cree campeón de ajedrez, contiene toda la ironía de Evtuchenko.

—Yo me siento alumno del neorrealismo italiano, —comenta— y de Fellini. Mi película es una mezcla de Ladrón de bicicletas y Amarcord; el único actor profesional que trabaja allí es el de Mefisto, Klaus María Brandauer; yo le escribí que no tenía ni un dólar para pagarle, sólo la hospitalidad rusa. No lo conocía personalmente, él vino y trabajó gratis para nosotros, porque yo fui una especie de padrino de bodas suyo.

Sexto o séptimo cigarrillo. La cajetilla se ha desinflado. Las manos de Evtuchenko tienen algunas sombras de nicotina. Las uñas muestran restos de clorofila: eso parece mostrar que le gusta andar entre jardines, entre plantas.

Klaus me contó que, siendo un joven de 17 años, caminaba por las calles de Viena con un libro mío en la mano. En un parque, una muchacha leía el mismo libro y esto hizo que hablaran de ello; ella es ahora directora de cine y televisión y es su esposa. 

Esta película, de acuerdo a lo que manifestó Evtuchenko, es un mensaje para la humanidad, un mensaje contra la Tercera Guerra Mundial.

LOS MOSQUETEROS

Como primicia, Evtuchenko adelanta que hará una próxima película sobre las últimas páginas del libro de Dumas, cuando los mosqueteros mueren. Se titulará El fin de los mosqueteros. Los mosqueteros, de jóvenes, mataban por diversión, su heroísmo era utilizado por reyes y reinas, para resolver pequeñas intrigas, para estrechos intereses. Será una película con mucha filosofía.

Feliz, como un muchacho que se divierte, Evguéni Evtuchenko siente placer al apuntar:

—Yo seré un Dartagnan viejo; Peter Ustinov será Portos; un italiano hará de Athos; Brandauer será Aramis y Jean Paul Belmondo sería mi lacayo. Los lacayos se convierten en ricos y los mosqueteros vuelven a ser pobres, como cuando estaban jóvenes.

Evtuchenko habla luego de que ya no repite aquellos recitales ante multitudes; el año pasado cuando cumplió 50 años de edad, ofreció un recital a unas diecisiete mil personas.

Se le ha planteado la interrogante de por qué no lo hace con la frecuencia de otros tiempos. 

—No lo hago muchas veces porque es cosa muy peligrosa: Puedes hundirte en el más ruidoso aplauso, perder el control y eso es algo de dos filos. Creo que el escritor debe tener un gnomo sardónico dentro de su alma, que lo pinche. El escritor debe hacer humorismo de sí mismo y no olvidar que nuestra tarea es contar las experiencias de la gente que no escribe.

—¿Cuántos libros suyos se han vendido en la URSS hasta ahora?

—Se han vendido veinte millones de ejemplares y yo digo que soy poeta de los que no escriben poesía, soy narrador. La poesía debe ser confesión de ti mismo, y también la posibilidad de dar una voz con eco a quienes no pueden confiar sus propias experiencias. Soy un narrador, no invento cosas. Le tengo envidia a los poetas metafísicos: no tengo imaginación…

—Le pregunté antes si era feliz.

Sólo los idiotas pueden ser completamente felices, absolutamente felices: Cuando hay tanto sufrimiento alrededor no hay derecho a ser totalmente feliz: Es inmoral ser completamente feliz. 

—¿Cuáles son los momentos más difíciles para un escritor?

—El primero no ser reconocido. El momento en que nadie te reconoce. Luego ser reconocido y olvidar que se fue desconocido una vez. Sólo un escritor grande se comporta como si fuese un desconocido. Eso es muy importante, de lo contrario se pierde el sentido de la frontera que hay entre el bien y el mal. 

Evgueni Evtuchenko se ha quedado pensativo apenas la milésima parte de un segundo. Se ha tomado un jugo de naranja y ha encendido, con el último fósforo de una caja, el penúltimo cigarrillo Marlboro. Es un hombre muy libre y podría asegurarse que representa algo que tal vez nadie represente en el mundo con tanta fuerza: Evtuchenko es como el poder de la poesía por encima de todo. Esto le transforma en una combinación de utopía y mito. 

Él es, para el capitalismo, el atractivo número uno del socialismo, y para el socialismo es el desprejuiciado revolucionario, capaz de reflejar la parte buena y aprovechable que pueda tener el capitalismo.


En síntesis: Evtuchenko es la vida. Su poder radica en ser todo lo contrario al dogmatismo que robotiza al mundo.

Mueve sus manota-manzana-manopla-derecha, fuerte y sensible a la vez. Un diamante del tamaño del ojo de un pez brilla en su sortija, y sus ojos transparentes también brillan.

Mirando hacia el iluminado día venezolano, como un gran niño caído del espacio, Evtuchenko dice, respondiendo a otra pregunta: “Debe existir vida en otros planetas, estoy segurísimo”.

El Nacional, 16 de marzo de 1984.



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José Pulido. Fotografía de Gabriela Pulido Simne

José Pulido

Poeta, escritor y periodista, nació en Venezuela, el 1° de noviembre de 1945.

Vive en Génova, Italia. 

En 1989 obtuvo el Segundo Premio Miguel Otero Silva de novela, Editorial Planeta. En el 2000 recibió el Premio Municipal de Literatura, Mención Poesía, por su poemario Los Poseídos. Ha publicado cinco poemarios y nueve novelas. Desde el 2018 el Papel Literario de El Nacional creó la Serie José Pulido pregunta y publica las entrevistas que ha realizado a creadores y artistas.

(Ha fundado y dirigido varios suplementos y revistas de literatura. Si se requiere información detallada sobre estas publicaciones, favor solicitarla a este  correo: jipulido777@gmail.com)

Forma parte de la Antología Por ocho centurias, XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos, Salamanca, España, entre otras. Ha sido invitado a festivales en Irak, Colombia, Brasil, Chile, España y Génova. Participó, en 2012, como invitado de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que se celebran en SalamancaEn el 2018 y en el 2019 invitado al Festival Internacional de Poesía de Génova. 

Publicaciones más recientes:

El puente es la palabra. Antología de poetas venezolanos en la diáspora.

Compilación: Kira Kariakin y Eleonora Requena, para Caritas.

Poeti Uniti per il Venezuela, Parole di Libertà  (Poetas Unidos por Venezuela, Palabras de Libertad) publicado por Borella Edizioni, evento respaldado por la Associazione culturale Orquidea de Venezuela, con sede en Milán.

Poemario Heridas espaciales y mermelada casera editado por Barralibro Editores

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Una entrevistade José Pulido



Carlos Ayesta, fotógrafo venezolano: La fotografía es la síntesis emocional de una situación vista a través de una cámara

Una entrevista de José Pulido



















































sábado, 13 de mayo de 2023

José Rafael Pocaterra ni rectificó, ni sacrificó solo narró

 

José Rafael Pocaterra (1889-1955) siempre fue un escritor que estuvo en el ojo del huracán de los acontecimientos de su tiempo


NOTAS DESABROCHADAS


Pocaterra descolocado


Carlos Yusti, domingo 12 de septiembre de 2021


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Escribir de la realidad acuciante que nos rodea ya como que no se estila; además, los bodrios producidos por el realismo socialista, que nadie lee ni por curiosidad, son la prueba de ese abismo en el cual hoy los escritores no quieren caer. La realidad a veces resulta un aluvión caótico, sobre todo para el escritor de novelas y cuentos. Para algunos escritores puede servir como decorado para mover a sus personajes; para otros, la realidad es ese condimento crudo que sazona con vigor su narrativa; pero para los escritores con espíritu artístico, la realidad es sólo una obviedad bostezante, en ocasiones mediática más que sabida, que es necesario cernir con mucha literatura imaginativa y extravagante para darle un sentido estético envolvente en el que el lector también haga sus aportes para salir de la asfixia.


En un artículo el escritor nicaragüense Sergio Ramírez anota sobre el fracaso de esa novela que toma partido, esa que deja de ser ecuánime para mostrar las taras sociales y políticas convirtiéndose en una pancarta para la denuncia. Para Ramírez, mantenerse neutral con los acontecimientos es su regla: “Nunca tomar partido. Quizás los asomos de fracaso que uno encuentra en la novela de denuncia que se escribió en América Latina en la primera mitad del siglo está precisamente en que esa denuncia, demasiado obvia, llega hasta la imprecación discursiva. Novela militante, novela de tesis. Novela de partido”.


Desde esta óptica, un escritor como José Rafael Pocaterra (cuyo prontuario de no ser un escritor neutral es leyenda de hemeroteca) al parecer pasará al desván del olvido, si no es que ya está allí para alivio de la realidad y de la implosión política que se ha entronizado como una materia corrosiva en todos los intersticios sociales. Con todo esto del escritor como mirón neutral Pocaterra queda un poco descolocado, algo movido de ese pedestal del escritor como retratista imparcial de la sociedad que le tocó en suerte.



En su artículo, Ramírez escribe: “La intención deliberada de que la obra de ficción funcione como vehículo de propaganda política resulta condenada de antemano, porque la novela es el instrumento menos adecuado para esa tarea que se convierte en patética. La ahoga la obviedad, que es enemiga mortal de la complejidad, y el discurso narrativo arriesga a volverse infantil, por su simpleza didáctica…”.


Pocaterra siempre fue un escritor que estuvo en el ojo del huracán de los acontecimientos de su tiempo e incluso sus novelas y cuentos no podían escapar a su postura de contienda contra los desmanes políticos y contra esa literatura plagada de evocaciones proustianas. No por azar Pocaterra escribió: “Ni rectifico, ni sacrifico: narro”. A pesar de que sus libros tienen muchos de esos defectos que señala Ramírez, conforman una página destacada de la literatura venezolana, y uno de los mejores estudios sobre la vida y la obra del escritor es el escrito por María Josefina Tejera: José Rafael Pocaterra, ficción y denuncia.


En Pocaterra se combinó, no siempre en dosis equilibradas, el luchador social con el escritor, y en comparación con otros autores de su tiempo su estilo literario puede resultar pedestre. Sin embargo, su actitud de hombre de letras que no hace mutis frente a la abominación dictatorial puede decirse que es su mejor (y peor) escritura.


Algunas novelas de Pocaterra se quedaron patinando entre la denuncia y el panfleto, nunca calzaron los puntos suficientes para obtener el estatus de obras de arte y devinieron a la postre como novelas pancartas, donde la denuncia y la ironía dejaban al descubierto los trapos sucios de una sociedad miedosa, obsecuente y dispuesta a someterse a los caprichos de los sátrapas que usurpaban el poder para seguir medrando y sobreviviendo.


A pesar de todas las adversidades Pocaterra escribe su libro Cuentos grotescos, en el que retrata su mundo inmediato y su idea sobre una sociedad deformada (a veces con una monstruosidad esquiva y como oculta) que conforma algo así como una comparsa retorcida hasta la caricatura. Siempre he considerado éste un libro de cuentos como un mapa en negro de la ciudad de Valencia, una guía para llegar al lado oscuro del espíritu de una ciudad siempre pacata y conservadora, donde hay siempre algo oscuro (grotesco lo definió el escritor), bituminoso, que daña todos los sentidos.


Pocaterra percibió lo grotesco, o más bien lo vivió en carne propia, y lo convirtió en veta para su cuentística. Supo como ningún otro escritor ver ese lado poco amable de las historias con personajes algo deformes y cuya existencia opaca, o que roza los límites de lo inverosímil, subrayaba un horror en el que la desigualdad, la insolidaridad y el miedo eran los atributos sociales muy bien disimulados. No es gratuito que Josefina Tejera escribiera: “…se vale de la deformación grotesca para destacar, en determinado momento histórico, las desigualdades sociales, con el fin preciso de incitar un cambio y contribuir al progreso social. Con esa intención describe los aspectos más sórdidos y repulsivos de la vida humana e intensifica el desequilibrio de la realidad hasta sacudir al lector con lo desagradable…”.


La crítica canónica tiene a Pocaterra como un narrador que sacó al cuento de ese empaque preciosista y literario para encontrar el hueso de historias realistas sin efluvios metafóricos, o algo por el estilo. Es decir, un cuentista imprescindible que cualquier narrador debe leer para cumplir con la tarea. Y aunque algunos de sus cuentos pecan de intencionalidad, o tienen alguna moraleja, están algo alejados de ese realismo duro pregonado por su autor. Alba Lía Barrios destaca que en sus cuentos “…una y otra vez volvemos a tropezar con frases y párrafos enteros del romanticismo más farragoso y descubrimos ejemplos de una elegancia modernista orgullosa de sí misma”. Barrios también anota, como una característica a favor, el distanciamiento al momento de narrar; un distanciamiento “en el sentido brechtiano para significar ese efecto de lejanía emocional, de falta de identificación entre personajes y receptor…”. Ya esto le otorga cierto certificado de actualidad a sus cuentos. A pesar de ello Pocaterra no legó ningún decálogo del perfecto cuentista ni nada parecido, pero el prólogo para sus Cuentos grotescos dejó algunas pinceladas de su concepción narrativa: “El cuentista, es decir, el escritor que logra encerrar en pocas páginas lo vital, lo artístico y lo que necesite dos o trescientas para comunicar al lector en dos o tres días lo que él logre en pocos minutos, es la simiente del novelador copioso cuyo mérito es extenderse, explicar, explicarse, y cuando lo logra es porque la simiente prendió. De lo contrario, la generalidad de ‘fabricantes’ de intriga novelesca con sus tres clásicas dimensiones y la cuarta en veremos, no pasan de ser festones más o menos vistosos de un arco de cartón que al marchitarse toman la más triste forma de la basura: la marchitez vegetal y el papel sucio”.


El otro libro de Pocaterra, especie de eje central de toda su peripecia creativa, es sin duda Memorias de un venezolano de la decadencia. Obra que resiste todas las clasificaciones sumarias posibles. Obra polifónica por excelencia y que dentro del cuerpo escritural incorpora pequeñas historias. La que siempre ha llamado mi atención es la del fotógrafo Nerio Valarino, quien preso en La Rotunda se hizo pasar por loco y con una lata de sardinas comenzó a tomar fotos de todo. Lo que era un ardid de Valarino, ya que su intención era fotografiar el horror de La Rotunda, amargamente célebre cárcel de la dictadura gomecista. Valarino, con la complicidad de familiares y amigos, armó una pequeña cámara que disfrazó en su lata de sardinas. En la cárcel, cuando los guardias lo veían, asumían que el pobre hombre había perdido la razón y su manía era creerse fotógrafo, y lo dejaban en paz. Pocaterra cuenta este episodio de Valarino con genialidad magistral. Las Memorias son un compendio de muchas cosas. Inigualable vademécum que puede leerse, aunque incurra en un tópico, como crónica histórica, novela, panfleto, testimonio carcelario y un etcétera variado, pleno de sutiles complejidades.


La Rotunda. Preso político con grillete y perno.


Lo que hace actual a Pocaterra es que escribió siempre el mismo libro con la mirada fija en esa realidad retorcida en lo grotesco. Que sus Memorias no son historia, ni memorias, ni diario, ni novela, sino un libro que fue hacia distintas direcciones y que él se ocupó en reescribir sobre la marcha como buscando un nuevo procedimiento para narrar su experiencia y ese instinto particular que tuvo para ser un participante activo de los vaivenes sociales y políticos.


No fue nuestro clásico más sobresaliente, pero sí el que forjó una manera de ejercer de escritor desde ese sentido de la confrontación. Supo reconfigurar con su escritura, algo rústica, una realidad sociopolítica en extremo paralizada (y paralizante). Pocaterra creía con firmeza que la realidad saldría de esa dureza de ladrillo impuesta utilizando la literatura como mandarria, y más que escribir libros escribió fuertes mandarriazos para que la realidad adquiriera su movilidad gelatinosa, huidiza. Escribió para situarse en ese lugar difícil donde la literatura produce esa sensación incómoda de parecer servir para algo. Su agenda como escritor fue tachar de su agenda, a través de su escritura, la realidad.


Tomado  de Letralia.



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Carlos Yusti en Barcelona, con la estatua de Colon al fondo, al final de la Rambla donde desemboca en el puerto.

Carlos Yusti (Valencia, 1959). Es pintor y escritor. Ha publicado los libros Pocaterra y su mundo (Ediciones de la Secretaría de Cultura de Carabobo, 1991); Vírgenes necias (Fondo Editorial Predios, 1994) y De ciertos peces voladores (1997). En 1996 obtuvo el Premio de Ensayo de la Casa de Cultura “Miguel Ramón Utrera” con el libro Cuaderno de Argonauta. En el 2006 ganó la IV Bienal de Literatura “Antonio Arráiz”, en la categoría Crónica, por su libro Los sapos son príncipes y otras crónicas de ocasión. Como pintor ha realizado 40 exposiciones individuales. Fue el director editorial de las revistas impresas Fauna Urbana y Fauna Nocturna. Colabora con las publicaciones  El correo del Caroní en Guayana y  el Notitarde en Valencia y la revista Rasmia. Coordina la página web de arte y literatura Códice y Arte Literal


 Tomado de Letralia

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