PorcoRosso (紅の豚 Kurenai no buta, 1992 Hayao Miyazaki)
Una simple frase bien vale toda una película, pero afortunadamente no es el caso de la séptima película de animación del mítico estudio Ghibli.
Trailer de Porco Rosso.
Los convulsos años 30’s italianos son el escenario de la dramática historia del piloto italiano de hidroaviones Marco Pagotto que voló para el ejército italiano. Un hechizo (nunca explicado) lo convierte en cerdo, un cerdo entre humanos, por lo que muda el nombre a Porco Rosso y de oficio: pasa a ser un cazarecompensas de piratas aéreos que operan en el mar Adriático. El hotel regentado por Gina es territorio neutral de cazarecompensas y piratas, y eje vertebrador de la historia narrada. Los piratas se alían para contratar a Donald Curtis, gran piloto americano de hidroaviones con la intención de acabar con Porco. En un primer encuentro Donald derriba a Porco. Este marcha a Milan para reconstruir su hidroavión, allí la jovencísima Fio y su inmensa familia le construyen un potente hidroavión. Ambos vuelven al Adriático donde Porco se enfrenta en una suerte de festival de nuevo con Curtis. En esta ocasión vence pírricamente, la llegada de la aviación fascista italiana dispersa la congregación. Y en un salto adelante Fio cierra la historia sin aclarar nada sobre lo que acontece a Porco… y a Gina (que en secreto está locamente enamorada de Marco).
Gina con Porco Rosso. |
Estamos ante la historia de un resilente que antes de abrazar el fascismo, se exilia en tierra de frontera (un personaje semejante al Ricki Blaine de Casablanca (1942, Michael Curtiz). Con una historia de amor no resuelta con Gina, muy poco llegamos a saber de su pasado, pero algunos de sus flash-back nos permite disfrutar de algunos de los momentos más líricos de la película; como la nube-rio de hidroaviones abatidos, que hace las veces de cielo o valhalla.
No negaré que hay partes sonrojantes, el enfrentamiento con los piratas del aire, y comportamientos infatiloides: el enamoramiento patológico de Curtis con el primer palo de fregona con faldas que pase por delante de su nariz. Pero existen verdaderos momentos épicos: el despegue del hidroavión en el rio, la nube-rio de hidroaviones caídos y el remanso de paz donde uno desearía exiliarse de este mundanal lodazal: la isla-base de Porco. Pero me quedo con el mensaje claro y meridiano antifascista, nunca tan necesario como en estos días: Antes cerdo que fascista.
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PacoMan |
En 1968 nace. Reside en Málaga desde hace más de cuatro lustros.