martes, 28 de enero de 2014

¿Que debe entrar por la puerta para que el derecho a la intimidad no salte por la ventana?:

La Constitución







Es normal que en los estados democráticos encontremos muchos episodios de encontronazos del derecho a la información y el derecho a la privacidad de las celebridades (el tan cacareado acoso de los fotógrafos o paparazzis a las estrellas mediáticas) y en menor medidas de las personas públicas por su dedicación a la política.

Sin embargo, lo que, en una democracia, cuesta mucho más de encontrar es un listado de nombres y apellidos con su respectivo número de la cédula de identidad, fecha y destino de vuelos de miembros de la oposición y periodistas de medios de comunicación opositores al actual gobierno. Si a eso le sumamos que el emisor de esa información es una ministra del actual gobierno, cabe la duda razonable sobre la firmeza de los fundamentos del derecho del estado democrático venezolano. 

Pero lo peor está aún por llegar. La aludida ministra defiende su actuación poniendo en duda cualquier derecho a la intimidad de los ciudadanos a los que gobierna y al igual que la Inquisición se atribuía la obligación de velar por la ausencia de herejías en la fe de los creyentes, la ministra de Comunicación e Información se atribuye la protestad de velar por la honorabilidad de los fondos que financian los viajes de estos individuos, sin mediar inspección policial ni orden judicial. A estas alturas ya no queda ninguna duda sobre el respecto a la constitución venezolana de la ministra Delcy Rodríguez, como se evidenciara en el artículo de Marianne Díaz Hernández que sigue a esta pobre presentación.



Se podría decir más alto… pero mejor pedir prestadas las palabras que Unamuno pronuncio el 12 de Octubre de 1936 en el paraninfo de la Universidad de Salamanca con motivo de la inauguración del curso académico. Fruto de un acalorado enfrentamiento dialéctico, el general franquista José Millán-Astray grita:

«¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!»

A lo que el rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno, contesta:


«Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque para convencer hay que persuadir.»



by PacoMan
 
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VENEZUELA, EL PAÍS DONDE LA PRIVACIDAD ES UN OXÍMORON


5 ENERO, 2014 



MARIANNE DÍAZ HERNÁNDEZ




En días pasados, la Ministra venezolana de Comunicación e Información, Delcy Rodriguez, difundió a través de su cuenta en Twitter (@DRodriguezMinci) una lista contentiva de presuntos destinos de viajes al exterior de líderes de oposición venezolanos (incluyendo algunos periodistas contrarios al gobierno).





Twiter con 27 Nombres, DNI, destinos y fecha de salida



Delcy Rodríguez @DrodriguezMinci



No te pierdas la lista de los destinos en el extranjero de vacaciones de  dirigencia opositora. 4:42 AM - 2 ene 2014






A pesar del revuelo que levantara la actuación de la ministra en redes sociales, usualmente no acostumbro emitir opinión sobre este tipo de juegos de humo, que sólo sirven para distraer a la opinión pública durante algunos días y luego, a otra cosa: el partido de béisbol o la coronación de la Miss de turno acapararán la atención de quien esté conectado. Sin embargo, días después, la ministra se pronunció a través de un comunicado en los siguientes términos:



Permítanme aclarar que no todo lo personal es privado, menos aún en el ámbito funcionarial donde la responsabilidad pública se impone. Por ejemplo, es de interés público conocer de los fondos a través de los cuales se cancelaron los costos de vuelos privados al exterior. ¿Fueron donaciones? ¿Pago de favores? ¿Fondos familiares? (…) Privado es la intimidad del hogar, que es constitucionalmente inviolable. Privado es la salud de las personas; objeto incluso de protecciones profesionales derivadas del ejercicio de quienes cuidan la salud de las personas; verbigracia, el secreto profesional en materia de salud. Incluso hasta el secreto profesional de protección de la fuente periodística. (…) A los que amenazan con acciones judiciales, por informar asuntos de interés público, comunicacional y de dominio NO PRIVADO, les informo que yo también tengo Inpreabogado, y con muchísimo gusto los espero en los tribunales de la República.
 


Ahora bien, quien tenga memoria (un bien cada vez más escaso en nuestro convulsionado país) quizás recuerde que, hace algunos años, la organización no gubernamental Espacio Público solicitó ante el Tribunal Supremo un recurso de amparo constitucional, ante la negativa de la Contraloría General de la República Bolivariana de Venezuela de otorgar respuesta a la solicitud de información que realizaran con respecto al salario base y otras erogaciones que devengan el Contralor General de la República y las remuneraciones del resto del personal de la Contraloría General de la República. A dicha solicitud, la Sala Constitucional dio respuesta en los siguientes términos:



(omissis) la protección de la vida privada es un derecho fundamental reconocido por nuestro ordenamiento constitucional, en principio, sin ningún tipo de distingo, enmarcado en los denominados derechos de la personalidad. (…) Es así como, entre los intentos para definir la delimitación del derecho a la intimidad la doctrina constitucional destaca la teoría de las esferas, de factura alemana, según la cual, grosso modo, se distinguen varios ámbitos de acción del individuo: el centro más cercano al individuo corresponde al secreto; la periferia atañe a la individualidad de la persona; y, entre ambas, una intermedia referida la intimidad, en la que se sitúa todos aquellos aspectos que se desean mantener al margen de la injerencia de terceros. (…) Por otra parte, el carácter reservado de la declaración de impuesto sobre la renta, o de la declaración de bienes que los funcionarios públicos realizan ante la Contraloría General de la República demuestra que tal información no es un dato de difusión pública, pues se trata de información que se contrae a la esfera privada o intimidad económica de los funcionarios. Aun en la doctrina norteamericana actual, se ha pretendido superar la concepción pasiva de la privacidad, concebida como ausencia de información sobre nosotros en la mente de otros; sustituyéndola por una concepción activa de la privacidad que reconoce el control y disposición sobre cuándo, quién y para qué se puede acceder a la información que nos concierne, el denominado derecho a controlar la información acerca de sí mismo (the right to control information about oneself), lo cual implica que la información privada o intima está sometida al control de sí mismo, y es al funcionario quien le corresponde discrecionalmente decidir si otorga o no la información de sí mismo. (Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, 15 de julio de 2010. Negrillas nuestras)



En dicho fallo, asimismo, la Sala dejó sentado el siguiente criterio:



De modo que, esta Sala determina con carácter vinculante, a partir de la publicación de esta decisión, que en ausencia de ley expresa, y para salvaguardar los límites del ejercicio del derecho fundamental a la información, se hace necesario: i) que el o la solicitante de la información manifieste expresamente las razones o los propósitos por los cuales requiere la información; y ii) que la magnitud de la información que se solicita sea proporcional con la utilización y uso que se pretenda dar a la información solicitada.


Cabe acotar que en ocasión del citado fallo, el Magistrado Pedro Rondón Haaz expresó su voto de disentimiento, alegando que los solicitantes habían exigido únicamente la información salarial de los funcionarios, y no así su identidad individual, lo que sitúa este caso en una esfera incluso más restringida que la información que ha difundido la Ministra sin el menor rubor.

Creo que las citas lo dicen todo, pero quiero acotar que una buena cantidad de los ciudadanos cuya información se ha divulgado no son funcionarios públicos, de modo que los argumentos de la Ministra en este sentido no tienen ninguna validez, por una parte, y por otra, quizás sea pertinente analizar si el daño causado a la intimidad de las personas afectadas ha sido, para utilizar los términos de nuestra insigne Sala Constitucional, “proporcional con el uso que se ha pretendido darle”. O si es acaso que el derecho humano fundamental a la vida privada, establecido en el artículo 60 de la Constitución, se aplica y se desaplica a conveniencia de los órganos del Estado.

Toda persona tiene derecho a la protección de su honor, vida privada, intimidad, propia imagen, confidencialidad y reputación.

La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y ciudadanas y el pleno ejercicio de sus derechos.

Art. 60, Constitución de la República Bolivariana de Venezuela




 Tomado de La vida no tiene instrucciones


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by PacoMan




En 1968 nace. Reside en Málaga desde hace más de tres lustros.

Economista y de vocación docente. En la actualidad, trabaja de Director Técnico.

Aficionado a la Ciencia Ficción desde antes de nacer. Muy de vez en cuando, sube post a su maltratado blog.

Y colabora con el blog de Grupo Li Po
 


domingo, 26 de enero de 2014

Por el Derecho a Morir Dignamente





Todos sabemos que, tarde o temprano, vamos a morir. La muerte es un punto fijo al que nadie quiere acercarse, nadie quiere asumir que se trata de un punto final. Por eso, preferimos cerrar los ojos y hacer como si no existiera; pero existe, y enfrentarla adecuadamente es uno de los mayores retos que tiene por delante la sociedad.

     No obstante, también debemos ser conscientes de que esta perspectiva sobre la muerte no es compartida por todo el mundo. Hay personas para las que, por diferentes motivos, la muerte puede significar un alivio. ¿Debe la sociedad permitir que el individuo tenga capacidad de elección sobre su muerte? ¿Debe, incluso, ayudar a morir a aquellos que así deciden hacerlo? Es un debate difícil, porque parece entrar en conflicto directo con el derecho a la vida, base fundamental de todo ordenamiento jurídico. Pero, ¿debería existir también un derecho a la muerte?   

      Para la asociación Derecho a Morir Dignamente, la respuesta es un rotundo “Sí”. Defiende el derecho a la eutanasia y a la libre disposición de las personas sobre su vida y su muerte. En el siguiente artículo, su presidente en Madrid, Fernando Marín, analiza un poco el tema y nos da sus razones para explicar la postura de DMD. Una voz que merece ser escuchada.

Nieves Delgado

Docente de secundaria y escritora



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La muerte voluntaria: un elefante en una cacharrería.

 Fernando Marín, Asociación DMD Madrid. fmarin@eutanasia.ws


Al oír hablar de muerte voluntaria, a bote pronto, lo primero que uno puede pensar es que nadie quiere morir. Es posible que “desde la vida”, en posición de personas la mayoría sanas, con un proyecto vital mucho o poco satisfactorio, el deseo de morir irrumpa en nuestra cotidianeidad como un elefante en una cacharrería, causando ruido y desorden, en una sociedad que culturalmente ignora la muerte y estigmatiza al suicida como un trastornado mental.


Antes de seguir, para evitar interpretaciones maleficentes sobre la Asociación DMD, aclararemos algo. Primero. Desde el respeto a la libertad de todo ser humano para decidir cuándo y cómo finalizar su vida, este texto no habla del suicidio como problema de salud pública, sino exclusivamente de la excepcionalidad: la muerte voluntaria y el suicidio racional, decisiones de las que se pueden dar razones, no para justificarlas -que no es asunto nuestro-, sino para explicarlas y tratar de comprenderlas.


Segundo. Entre las razones para morir existe un concepto fundamental que es la irreversibilidad. Este componente objetivo, el deterioro de la vida sin posibilidad de mejoría, es imprescindible para explicar la muerte voluntaria (por qué morir), pero no es suficiente, requiriendo de otras variables tan subjetivas que son mucho más difíciles de manejar o colocar en un informe clínico. ¿Cómo se mide el sufrimiento de un ser humano que siente que su vida enferma ha perdido todo sentido, que su biografía está completa y que por ello desea morir?


Mar Adentro.2004


Estaríamos de acuerdo en que nadie quiere morir, así, sin más. Los enfermos que deciden morir no sienten una atracción macabra hacia la Parca, no están “seducidos por la muerte” (como dice un libro publicado en 2009, que es un compendio de disparates). La referencia determinante no es la muerte, sino la vida. Desean morir porque aman todo aquello que hace que la vida sea humana: la libertad, la independencia, la relación con los demás y con el mundo, el arte, la literatura, la música… Efectivamente, nadie quiere morir “porque sí”, pero algunas personas prefieren la muerte a seguir soportando una vida que les impide realizarse como personas, continuar con su proyecto y disfrutar de su existencia: “No me da miedo la muerte, lo que quiero es dejar de vivir así”, decía una mujer unos días antes de morir.


¿De verdad existen personas que desean morir? Obviamente sí, de lo contrario no existirían asociaciones como Derecho a Morir Dignamente (DMD), ni leyes que regulan la eutanasia, ya sea para despenalizarla en algunas circunstancias (como en Holanda, Bélgica o Suiza) o para castigarla en todos los casos, como en España (situación que, por cierto, no la evita, sino que la desplaza a la clandestinidad, como así lo reconocen los médicos cuando se les pregunta). Los casos que periódicamente aparecen en los medios de comunicación demuestran que siempre ha habido gente que desea decidir cuándo y cómo morir. Los miles de socios de DMD, algunos de los cuales solicitan la Guía de Muerte Voluntaria y la utilizan, son otra prueba de este hecho.


Sin embargo, algunos expertos, profesionales en contacto diario con moribundos, prefieren negar la evidencia: que hay un elefante en la cacharrería. Afirman que cuando un enfermo manifiesta su deseo de morir es porque está deprimido, es decir, no sabe lo que quiere, o porque no está bien atendido por un equipo de cuidados paliativos capaz de aliviarle el sufrimiento. Tales afirmaciones obedecen a que ven el mundo como les gustaría que fuera y no como es, prevaleciendo su creencia personal en la sacralidad de la vida, sobre los objetivos profesionales: ayudar a vivir y ayudar a morir en paz a los pacientes.


Sentirse triste, perder el interés o el placer por las cosas de la vida, andar justitos de autoestima, dormir mal, comer fatal, el cansancio, la dificultad para concentrarse y la falta de expectativas en que la situación mejore, son síntomas de depresión, pero también del proceso de deterioro irreversible. ¿Tiene sentido hablar de depresión en este contexto? Probablemente no, pero este tema “es otro cantar” sobre el que ahora no procede profundizar. Y, en cualquier caso, ¿Por qué esa esa persona no puede decidir cuándo morir?


Por otra parte, quien afirme que con cuidados paliativos los enfermos avanzados no sufren es un ignorante o un necio. Sin ninguna duda, la medicina paliativa ha demostrado su eficacia mejorando el dolor y el confort de los enfermos terminales, pero la vida es mucho más que estar tumbado cómodamente en un sillón (en el mejor de los casos), hablamos de palabras mayores como: sentido, esperanza o dignidad, que están fuera del alcance la medicina. Los cuidados paliativos no son la tierra prometida, todo lo que pueden hacer frente al sufrimiento que es consecuencia de un sentimiento de indignidad es reconocerlo, acompañarlo, consolarlo y respetarlo.


La Dama y la Muerte.2010

“Si puedes curar, cura;

si no puedes curar, alivia;

si no puedes aliviar, consuela; (Edad Media)

y ayuda a todo el que puedas a morir en paz,

respetando siempre su voluntad” (Siglo XXI).

(Texto aparte titulado: Aforismo medieval “actualizado”)


Un ejemplo de esta metáfora del elefante y la cacharrería fue el caso de Inmaculada Echevarría, una mujer que durante los últimos diez años de su vida vivió en un centro en el que recibía unos cuidados paliativos excelentes, hasta que dijo: “¡basta, aquí me quedo!”. El problema no es el elefante (la voluntad de morir), sino la cacharrería: la rigidez del sistema sanitario, la relación médico paciente paternalista, los sectores fundamentalistas que tratan de imponer sus creencias (como la iglesia y los colegios de médicos), la indiferencia hacia el sufrimiento de los políticos y el ruido de algunos medios de comunicación, que amplifican mentiras y tergiversaciones, haciendo propaganda de miedos infundados, de una forma que poco tiene que ver con el derecho a la información.


El testimonio público de Inmaculada y de personas, son un impulso importante para que la muerte decidida por uno mismo deje de ser un problema (un elefante). Se trata de mostrar al mundo por qué morir, de dónde nace esa voluntad, cuáles son las dudas, cómo se lleva a cabo el proceso de toma de decisiones, qué nos retiene y qué nos empuja a dejarlo todo y enfrentarnos a la nada, con el fin de allanar el camino a los que vienen detrás, facilitar la reflexión, el afrontamiento y aportar algo a una sociedad en la que no se sabe morir:


Se muere mal cuando la muerte no es aceptada,
se muere mal cuando los que cuidan
no están formados en el manejo de las reacciones emocionales
que emergen de la comunicación con los pacientes,
se muere mal cuando la muerte se deja a lo irracional,
al miedo, a la soledad,
en una sociedad, donde no se sabe morir.
 Consejo de Europa, 1981


¿Por qué morir? Esa es la pregunta que aborda el documental Arderás, al que le invitamos a colaborar, dejando como parte de su legado su testimonio, un gesto altruista que esperamos contribuya a mejorar el proceso de muerte de todas las personas. ¿Cómo se llega a la conclusión de que la mejor opción es morir, cómo se toma la decisión de adelantar su muerte?

Hamlet. 1948


“Ser o no ser… He ahí el dilema. ¿Qué es mejor para el alma, sufrir insultos de Fortuna, golpes, dardos, o levantarse en armas contra el océano del mal, y oponerse a él y que así cesen? Morir, dormir… Nada más; y decir así que con un sueño damos fin a las llagas del corazón y a todos los males, herencia de la carne, y decir: ven, consumación, yo te deseo. Morir, dormir, dormir… ¡Soñar acaso! ¡Qué difícil! Pues en el sueño de la muerte ¿qué sueños sobrevendrán cuando despojados de ataduras mortales encontremos la paz? He ahí la razón por la que tan longeva llega a ser la desgracia”(…)

Hamlet es un ejemplo del juego psicológico que se produce en la persona que desea morir, pero no acaba de decidirse. Morir no es fácil, enfrentarse a la finitud, terminar con todo.

Continuará…




Tomado de Arderás 


Ahora disfruten del cortometraje animado español La Dama y la Muerte del año 2010 que muestra de manera jocosa un acercamiento al tema de la muerte







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Nieves Delgado.



Nieves Delgado (Coruña) Estudió astrofísica y actualmente ejerce como profesora de educación secundaria en la comunidad autónoma de Galicia. Escribe relatos de ciencia ficción y terror que han sido publicados en las revistas digitales “Portalycienciaficción” , “Ianua Mystica” y “Los zombis no saben leer”, así como en la web “Sitio de Ciencia-Ficción”. Así mismo, su relato La Condena formó parte de la Antología SdCF de Relatos de Ciencia Ficción 2012. En el año 2014 su cuento Casas Rojas fue incluído en  la antología de relatos de ciencia ficción en español escritos por mujeres Alucinadas.

Podéis leer algunos de sus relatos en su perfil de Wattpad:



La ficha bioliteraria de Nieves Delgado fue tomada de Ficción científica.



jueves, 23 de enero de 2014

“Usted ha alcanzado el triunfo literario en España si….”

por So Blonde



Todo escritor  que se precie debe tener un saco con coderas de cuero


Estimados Amigos


Nuestro llamado público desde esta palestra virtual que pedía que un escritor venezolano se atreviese a describir las caracteristicas de un escritor de prestigio en nuestro país, tal como lo hizo Andrés Burgos, aún no ha sido respondido pero nuestra amiga So Blonde con gusto nos envía este texto desde España.
 

Deseamos disfruten de la entrada.




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 10/Ene/2014




Hay un momento en el que un autor se plantea si es un “Consagrado” o sigue siendo un “Wanabe”, para los que os encontréis en esta tesitura de duda existencia aquí van algunos puntos que os pueden ayudar. Tenéis que marcar con un círculo los números en los que os sintáis representados, luego hay una tabla de resultados, igual que en la Superpop.



1. Vendes una mierda pero en los portales de descargas de ebooks tus libros son lo más pirateado y cuando le das al enlace te aparece un pop up que dice: “¿Quiere follar con mujeres maduras?”



2. Te encuentras en el Emule con relatos que escribiste hace diez años en el seminario aquel de taller de cuentos en el que te inscribiste. Lo que antes podías responder con un: “Sí, no, depende” o “Con leche, por favor” ahora lo contestas con frases como: “Café, ¿somos nosotros los que tomamos el café o él nos toma a nosotros?”



3. El fandom, tanto de lectores como de escritores, intentan impresionarse entre ellos citando alguna obra tuya como “Mi última lectura”.



 4. Algún capullo de los del punto anterior suelta la bomba de: “Yo lo estoy releyendo. He encontrado matices que se me escaparon en la primera toma de contacto con el autor”.



5. Los reseñadores de medios importantes comienzan sus críticas rememorando la juerga que se corrieron contigo después de la última presentación.



6. Un alguien te llama “maestro moderno” o “genio de nuestro tiempo” y tú no sientes vergüenza ajena ni miras hacia atrás ni nada, es más, sonríes con benevolencia. 

Lucia Etxebarría




7. Lucia Etxebarría se mete contigo y suelta en su muro que “eres un claro ejemplo de escritor generado por el falopatriarcado” o que “eres un producto que denigra el papel de la mujer que tanto ha costado alcanzar”.



8. Alejo Cuervo te llama “viejo amigo” en una mesa redonda del Saló de Barcelona



9. Puedes ir sin maquillar a los sitios y nadie se mete contigo: “Ella está por encima de esas cosas, es indómita y libre como sus textos” o puedes mirar directamente las tetas de las nenas sin reproche: “Él es así, un hombre pasional y voluptuoso, igual que su prosa”.



10. Tus colegas del barrio ya no te llaman “El Topo” o “La Magdalenas” ahora te citan por el apellido, igual que en el cole y en la mili.



11. Puedes adoptar pose de estar estreñido en las fotos y nadie te llamará capullo. También puede comprarte americanas con coderas.



12. Gente que no conoces de nada se sienta en tu mesa y te confiesan que también son escritores y que eso os hermana. Ellos no han publicado porque se mantienen íntegros (no como tú, puta del sistema) pero agradecerán un prólogo o un blurb promocional.



13. Te sueltan la frase: “Es para escribir un libro.” Cada vez que te van a comer la oreja con una anécdota que te importa menos que una mierda de raposa, que, por cierto, son así lobuladas.



14. Te ponen al mismo nivel que escritores que están ya muertos. Me refiero a nivel literario no a que huelas igual.


Alejo Cuervo



15. Puedes decir: “Mi agente en USA”, “Mi editor actual” o “Mi equipo de documentación “y la gente lo verá como algo normal.



16. En una revista universitaria alemana el catedrático de literatura latina se escribe 3000 palabras (en alemán parecen menos porque las arrejuntan) sobre la profundidad de tus primeras novelas y la evolución hacia la trascendentalidad que demuestran tus últimos trabajos.



17. Sales en la tele con títulos tan acojonantes como “Escritor”, “Pensador” “Intelectual” o “Filosofo” y la gente escucha tu opinión aunque sea sobre la depilación del escroto de los canguros.



18. Nenas o nenes, jóvenes, lustrosos y macizos, empiezan a acercársete en las fiestas. Hay un nombre importante en el mundo editorial que nadie pronuncia en tu presencia por “aquello que tuvisteis” por lo visto esto te marcó y redefinió toda tu obra.



19. Vas pedo o fumado todo el día y le gritas a las farolas. Tus pupilos, pues has creado escuela, lo toman como atributos indiscutibles de la genialidad de tu espíritu, incluso cuando te meas encima.



 20. La gente te quiere en sus presentaciones, en sus firmas, en sus lecturas, en las comuniones de sus hijos. Aportas menos que un tercer pezón pero gustas en las fotos.



21. Una becaria de El País XL te llama de vez en cuando para preguntarte gilipolleces del estilo: “¿Cuál sería su viaje soñado?” o “¿Qué recomendaría como regalo del día del Santo Prepucio?”



22. Tienes archienemigos, suelen ser con los mismos que te intercambias los números 1, 2 y 3 de la listas de ventas. En realidad no los conoces pero siempre que tenéis ocasión os ponéis a caer de un burro.



23. Nunca vas a actos en los que estén los archienemigos porque “No sé qué puede pasar, yo es que me pierdo.” En realidad no pasaría nada y por eso mismo no vas. Además, no te has partido la cara desde el cole y ahora ya te da pereza. 




Respuestas:


Has marcado 7 o menos: Pues sigue jugando. Todavía estás a medio hacer, no sabes si eres pera o manzana pero la adolescencia es una etapa muy bonita, oye.



Has marcado entre 7 y 16: Vas bien pero te falta un poquito de la pátina del tiempo, algún exceso y un par de éxitos editoriales que deriven en serie de producción propia. Es el momento de un librito sobre la Transición o la Guerra Civil, para mostrar que eres un autor serio, maduro y comprometido con la Historia.



Has marcado entre 17 y 23: Eres una leyenda viva de las letras. Dentro de nada estarás en los libros de texto y los púberes te dibujaran gafas, bocadillos con frases graciosas y penes que expulsarán cosas en tu cara. Lo mismo consigues un condado o un premio literario con tu nombre. El sumun sería que tus frases inmortales llegasen a formar parte de la voz en off de un anuncio de coches pero, joder, eso es complicado que esto no es rock & roll.




"Tan real como quieras que sea, nene."