Crónicas del Olvido
**Alberto Hernández**
Andrés bello. |
1.-
Siempre Andrés Bello. Hizo de todo: desde crear una gramática hasta escribir poesía. Y siempre fue el primero en casi todo. Aquí y en otros países. Pero es en Venezuela donde menos se le respeta. El genio de Andrés Bello fue una luz ambulante: en Venezuela, Inglaterra, Chile y dejó la impronta de un estudio de la lengua castellana que en la misma España es de uso frecuente. Lingüista, poeta, agrimensor de nuestra historia, abogado, redactor del códigos civiles, nuestro autor es un desconocido en el ambiente cultural donde ambulan mediocres, aturdidos por falsas conciencias y por las regalías del populismo.
Andrés Bello publicó el que se considera el primer libro impreso en nuestro país: “Calendario Manual y Guía Universal de Forasteros en Venezuela para el Año de 1810”. Se trata de un registro donde figuran el calendario de ese año, el cómputo eclesiástico, las épocas memorables, las fiestas movibles, una nota para inteligencia del almanaque, un resumen de la Historia de Venezuela, la división civil, los tribunales superiores y juzgados ordinarios de la Capital, la Audiencia Real y Chancillería de Caracas, los señores ministros, los subalternos del tribunal, los escribanos de Caracas, juzgados civiles y ordinarios, entre otros asuntos, todos ellos recogidos del índice al que apeló la editorial maracayera La liebre libre (2003)para darlos a conocer a los lectores.
2.-
En la nota de los editores (Harry Almela, Alberto Hernández y Rosana Hernández Pasquier), el comentario señala los tropiezos que tuvo el material para ser publicado, hasta que “La aparición definitiva de fragmentos del “Calendario” se lleva a cabo recién en julio (1810), cuando ya es más que evidente la pérdida de todo interés en un libro con estas características, además de que los datos acerca del estado civil, eclesiástico, judicial y militar de la Provincia de Caracas, han cambiado a partir del 19 de abril”.
Harry Almela |
Más adelante, el texto dice:
“En Venezuela, al igual que muchos de los países que usan el español como lengua materna, el Día del Libro se conmemora el 23 de abril, fecha que tradicionalmente se ha considerado como la de la muerte de Miguel de Cervantes en 1616. Nuestro Día del Libro debería ser el 10 de julio, pues ese día de 1810, tal como lo anuncia la “Gazeta de Caracas” en su edición N° 101, el joven Andrés Bello –tenía sólo 29 años- puso finalmente a la disposición de sus lectores el libro que tantas vicisitudes había superado. Comienza así la aventura del libro impreso en Venezuela. Una historia que, a pesar de los deseos en contra, nunca habrá de terminar, para beneficio de los lectores y de nuestra cultura”.
3.-
Para la publicación de este libro de don Andrés Bello fue preciso usar tipos que se aproximaran a los de la época. Y fue editado por la Imprenta de Gallagher y Lamb.
Pedro Grases |
Una cita de pie destaca que “En el estudio preliminar a la edición facsimilar del “Calendario Manual y Guía Universal de Forasteros en Venezuela para el año de 1810, Caracas, Banco Central de Venezuela, 1968”, se relatan las peripecias que sufrió el libro para su publicación, dadas a conocer por don Pedro Grases. Es decir, esa es la edición que siguió La liebre libre. “Una versión de este prolijo estudio se puede leer también en PEDRO GRASES (1989), “Escritos selectos”, Caracas, Biblioteca Ayacucho, N° 144, pp. 218-238”.
Que la pequeña pero laboriosa “Liebre Libre” se haya empeñado en este volumen, dice mucho de quien se encargó de revisar y traer esos materiales hasta la mesa de trabajo en la casa donde insistíamos, avenida 19 de Abril frente a la Maestranza Plaza de Toros “César Girón”, de Maracay: el hogar de Harry Almela, para quien Andrés Bello fue una fuente de creación.
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Alberto Hernández
Nació en Calabozo, estado Guárico, el 25 de octubre de 1952. Poeta, narrador y periodista. Se desempeña como secretario de redacción del diario “El Periodiquito” de la ciudad de Maracay, estado Aragua.
Fundador de la revista literaria Umbra, es miembro del consejo editorial de la revista Poesía de la Universidad de Carabobo y colaborador de publicaciones locales y extranjeras. Su obra literaria ha sido reconocida en importantes concursos nacionales. En el año 2000 recibió el Premio “Juan Beroes” por toda su obra literaria.
Ha publicado los poemarios La mofa del musgo (1980), Amazonia (1981), Última instancia (1989), Párpado de insolación (1989), Ojos de afuera (1989), Bestias de superficie (1993), Nortes (1994) e Intentos y el exilio (1996). Además ha publicado el ensayo Nueva crítica de teatro venezolano (1981), el libro de cuentos Fragmentos de la misma memoria (1994) y el libro de crónicas Valles de Aragua, la comarca visible (1999). Recientemente ha publicado «Poética del desatino» y «El sollozo absurdo».