"Consejos para sumergirse en el agua", poemario del joven poeta falconiano Anthony Alvarado* (Pueblo Nuevo, 1982), no deja de ser un conjunto de textos con los que logra ventilar una unidad, así como asumir los riesgos que toda inmersión implica. Con seguridad estos "consejos" van para todo trashumante, ¿qué poeta no lo es?, dada la circunstancia de tener que sumergirse porque en esa superficie de los pasos cotidianos la vida no ofrece sino las esquirlas que dejan las sórdidas batallas de la sobrevivencia. Nadar bajo las aguas exige un esfuerzo poco común, por lo que se hace imperioso dominar el movimiento del cuerpo entero, lentamente bracear con las palabras y en cada bocanada de aire entender que si bien el cuerpo se aligera de peso y puede flotar, ellas, las palabras, convienen en hacer de salvavidas; es, entonces, cuando empieza la tarea del poeta: ordenar un mundo fragmentario, en caos, dispersos sus elementos más significativos, para abrirle paso al taumaturgo que termina por hacerle juicio a los más apartados objetos en su camino de degradación, en cuyo acontecimiento quedan en evidencia esos frágiles vínculos con el hombre. Las palabras sobrenadan en esos tránsitos, escudriñan en los rincones de las casas viejas esa posibilidad de reconstruir otro mundo, otra realidad, como esa fiesta de colores que extrae André Derain de recónditas aglomeraciones para crear un nuevo aire en el espacio de sus pinturas. Pero esa frescura y esplendor del color parecen estar negadas al poeta que más bien divaga entre objetos que han perdido su utilidad, que yacen a su paso como obstáculos a la más elemental forma de vida. Cuerpos sin rostros, cráneos, tejidos, tendones, huesos que, en vez de reconstituirse, se desconfiguran en una odisea de la palabra poética signada por la negatividad. En ese recorrido "En la vía pública" el final no puede ser más desalentador: "entrecortado y desmembrado como una flor sin pétalos". Alvarado concibe como universo acuático ese transcurrir de la vida en su ciudad, recostada del mar como camino de penitencia donde hasta la memoria empieza a desvanecerse. Entre los poemas de este libro particularizo "Todo lugar", porque en este texto el poeta parece focalizar su cosmovisión de la poesía: "La metáfora se desprende de los techos de zinc,/ se desliza entre la roca como ofidio,/ si la mantienes cautiva desnuda su piel de manchas/ y te ofrece sus huesos en fragmentos./ A través de la corteza de los árboles abre brechas/ por donde mana la resina, para luego ser/ ámbar, joya del poema. (...) Ha extendido sus ramajes por toda la ciudad,/ ocupa lugar entre los ausentes,/ algunos la han visto subir por los cerros y las barriadas/ mientras otros intentan mantenerla en la página". Interesante disyuntiva, velada crítica a ese oficio de poeta que se surte de la mirada de su entorno, que sustrae los materiales de su arte de esa metáfora del mundo que está allí para todos en estado puro, pero, he aquí la disyuntiva, no todos tienen la facultad de percibirla. Las metáforas carecen de autonomía, acontecen como fugaces instantes y solo la intermediación del poeta les otorga la potestad de decir.
Las metáforas del ingenuo Mario Jiménez que plagiaba los versos de Neruda (El cartero, de Antonio Skármeta) constituyeron un escándalo para doña Rosa, la madre de Beatriz González, seducida por Mario a través de la interpósita figura del poeta de Isla Negra con sus Odas elementales. Burlona, satírica, la comedia de doña Rosa con Mario y el mismo Neruda, constituyen el "peligro" que advierte la madre ante el hecho de que Mario, a causa de las metáforas, pasara de lo lírico a los hechos. Son peligrosas, entonces, las metáforas cuando se les profiere, más todavía cuando los poetas "intentan mantenerla en la página". Sí, la fuente es libre, en estado bruto afloran las metáforas de esas canteras, el detalle está en cómo apropiárselas, darle tallado propio a lo informe.
Metáfora "El cartero de Neruda"
Buena parte de ellas se pierden en la desmesura de los paisajes urbanos y algún pintor de vez en cuando logra desvelar lo que hay detrás de su apariencia. Pero Anthony Alvarado tiene bien planteada la estrategia en su libro, por aquello de que todo poeta debe conocer las armas con que sale a la calle. En la segunda parte del poemario, "Consejos para buceadores", echa las cartas de su arte poética. Son textos más depurados, cincelados aforísticamente, en los que pone en claro el propósito de su escritura. "Se edifica una escritura -nos dice- / que se destruye a sí misma,/ el fragmento sobrevive a la hecatombe./ El lenguaje se vuelca sobre esos trozos,/ construye el poema". Sin ambages, la escritura poética es secuela azarienta, su devenir como poema no es tan siquiera producto de quien se precia de ser el autor, sino que más allá del ensayo del poeta cuando "implosiona" el sistema de la lengua, la concreción de este es el resultado del que solo nos dará cuenta el avisado lector, cuando nos advierte de su experiencia con la sonoridad, los ritmos, las significaciones, fragmentos y efectos en su alma receptora, y a quien tocará el verdadero derecho de validar y conjurar el texto que tiene entre mano. Alvarado se anota en una hoja de ruta propia, si bien de larga tradición, de la que podemos decir sale airoso y robustecido para enfrentar nuevas experiencias. Concluyo citando otros textos suyos de "Consejos para buceadores", los que dan fe de su oficio con la escritura.
Anthony Alvarado. Paraguaná,Venezuela, 1982. Poeta, escritor y docente universitario. Se ha desempeñado en el teatro y la edición a través del grupo Tiquiba y la Fundación Literaria León Bienvenido Weffer. Ha publicado Piedras sobre la Cruz (coautoría), Antología de la cueva (coautoría), Harakiri a traición y Consejos para sumergirse en el agua (2017). Poemas suyos aparecen en la selección Nuevas Voces (editado por el Instituto de Cultura de Falcón), Me Urbe (antología binacional Chile – Venezuela). Además posee una extensa publicación de artículos y ensayos publicados en la prensa falconiana y revistas de la región.
Actualmente cursa la maestría en Literatura Hispanoamericana de la UNEFM.
Rolando Peña, artista multimedia, el único Príncipe Negro venezolano: “Bautizamos al grupo en una bañera, y el padrino fue Andy Warhol”
Entrevista de Viviana Marcela Iriart,
Miami, 6-25 de junio de 2020
Tengo que confesarlo: a mí Rolando Peña me caía muy mal. Me parecía snob, engreído, pedante. Siempre vestido de negro. Muy famoso y muy atractivo y muy distante. Amigo de Allen Ginsberg, Andy Warhol, ¡Grace Jones! Decían que había sido ¿cuñado de Bob Dylan? y amante de Joan Baez, y que para él ella había escrito su magnífica Canción de amor a un extraño. Las historias sobre Rolando Peña corrían como la cerveza en las noches del café Rajatabla: de todos los colores y a raudales.
Joan Baez - Love song to a stranger (live in France, 1973)
Rolando era también misterioso como su obra. Porque, ¿no es acaso misterioso un barril de petróleo sentado en el suelo como un Buda, que te mira sin mirarte porque no tiene ojos y te habla sin decir nada porque no tiene boca? Y no podías dejar de mirarle ni de escucharle.
Rolando Peña era de lo mejor que tenía la contracultura venezolana pero él era un elegido y su arte voló, traspasó fronteras y triunfó en Nueva York y era verdad que era amigo y compañero de creación de las y los grandes artistas de la contracultura estadounidense y europea. Rolando Peña artista multimedia, bailarín, creador de performances y happenings. Rolando Peña abriendo nuevos caminos y a quien abre nuevos caminos siempre le caen piedras. No debe haber sido fácil ser Rolando Peña. Porque la libertad siempre molesta, incluso en aquellos gloriosos años.
Que Carlos Giménezsigue uniendo gente aunque esté muerto y sin que yo me diera cuenta lo puso en mi camino y así conocí a un ser humano maravilloso: humilde, generoso, amable, amoroso, lleno de ternura, amor y humor.
Y con Rolando llegó Karla, tan amorosa como él, y así, entre tres, hemos hecho esta entrevista que bien podría llamarse, emulando a Anais Nin, el “Diario 1” de Rolando Peña.
Pero entren, no se demoren, tomen asiento: La Magia está por comenzar
“The Virgin of Coromoto and Her Son Coromotico”
Hola Rolando, vamos a empezar por el hoy. ¿Cómo estás viviendo la pandemia del coronavirus?
Sin mayor problema, trabajando en varios proyectos, reflexionando, meditando, y por supuesto compartiendo y adorando a Karla, cada día más...El coronavirus, pasará, y por supuesto mi trabajo quedará como un testigo, y eso es fundamental. Sobre todos los obstáculos, pandemias, desastres, es importante estar consciente que el trabajo creador es fundamental, y hay que seguirlo.
Rolando Peña, Ceremonia de mi matrimonio, 1968.Imagen tomada de Viceversa.
¿El coronavirus te inspira, te asusta, te angustia (miles de personas muertas en soledad), te da esperanza (la naturaleza se está recuperando, las guerras están en compás de espera…) o no te importa?
Me lo tomo con calma...he pasado por muchas situaciones fuertes, por supuesto esta pandemia es nefasta, mundial, colectiva. Considero que agarró a los líderes por sorpresa y siguen sorprendidos, lo cual es muy peligroso. En un momento pensé que esta señal de alarma serviría para que la gente reaccionara y se dieran cuenta del enorme daño que le causamos a nuestra casa el Planeta Tierra, pero ahora veo que no. Los guantes y las mascarillas las están depositando en los mares, océanos, etc, lo cual es muy terrible. ¿cuándo aprenderemos…?.
Rolando Peña, «Miss Venezuela 1969-1969», Photo by Alfonso Barrios. Imagen tomada de Viceversa.
No puedo evitar preguntarte por las manifestaciones antirracistas que están atravesando Estados Unidos en estos momentos, que han obligado al presidente Trump a esconderse en un bunker: un momento histórico, me parece. ¿Será por fin el fin del racismo? ¿O la única solución es apartar a la gente que odia, crear un país donde vivan los racistas, los femicidas, los homofóbicos, los machistas, los antisemitas…toda la gente que quiere matar a otra gente sólo porque es distinta? El premio Nobel John Coetzee lo plantea en su novela “Desgracia” (1999): un país de mujeres para que nunca más sean violadas sexualmente. Terrible.
Esto es muy terrible, es un virus, un cáncer, tan dañino como cualquier pandemia, está en el ADN de todos. El primitivismo primario, el odio, el resentimiento, la violencia, los egos exacerbados. Somos extremadamente autodestructivos, es insólito, pero por desgracia es así. Te confieso que no le veo solución a estos horrores...Se necesitan muchos años más de aprendizaje, de crear conciencias, de evoluciones, de CULTURA. Considero que el Arte, en general ayuda a crear conciencias, es por eso que he apostado al Arte al 100%, y le he dedicado mi vida a él, a pesar de tantos desastres, disparates, guerras, discriminaciones de todos los tipos, raciales, sexuales, religiosas, filosóficas... soy un optimista empedernido y tengo esperanzas que vendrán cambios lentos pero vendrán.
Las artes plásticas tienen muy pocos artistas de raza negra. ¿Son las artes plásticas racistas?
Las artes plásticas no son racistas, los humanos sí. Sin dudas existen muchos artistas blancos destacados en la historia del arte, mujeres y negros menos, curiosamente a los artistas latinoamericanos también los han mantenido distantes de los círculos internaciones, con pocas contadas excepciones...Es un tema para reflexionar en su exacta dimensión.
«Big Bang» de Rolando Peña. Imagen tomada de Viceversa.
¿Eres optimista sobre la raza humana? ¿Crees que tienes la suerte de ser un hombre en vez de, por ejemplo, una guacamaya?
Sí. A pesar de todo como te dije anteriormente, soy un optimista extremo. La verdad no quisiera ser una guacamaya, aunque me encantan, estoy satisfecho con ser hombre con todas mis pequeñeces, grandezas, sueños, equivocaciones, aciertos, desaciertos. Sigo soñando y pensando que la vida es una maravilla, que el amor es un regalo de los dioses, y que definitivamente el ARTE SÍ SALVA.
Rolando Peña, The Paella Bicycle Totality Crucifixion (1967), Photo by Billy Name.Imagen tomada de Viceversa.
¿Estás trabajando? ¿Cuáles son tus planes a mediano y corto plazo?
Trabajo a toda hora, de día de noche, en las madrugadas, siempre tengo planes, proyectos, exposiciones, performances sonoros, recitales de poesía, charlas, como te darás cuenta no descanso, y es lo que mantiene vivo. Soy Escorpión doble, por lo cual tengo una energía increíble. Ahora con Karla (mi ángel), cómplice de cómplices, tengo un apoyo al infinito; ella me da mucha fuerza y eso es un regalo de DIOS….
Karla Gómez y Rolando Peña
Viendo el maravilloso dossier de tu obra que me mandó Karla (gracias, Karla) me sorprende ver la seriedad, melancolía y lejanía que hay en tu rostro desde niño. Ciertamente, tú no eres un venezolano típico. Tú estás frente a la cámara pero tu mente parece estar siempre en otro lado, un paso o diez mil kilómetros más adelante, como si no tuvieras tiempo que perder. Hay muy pocas sonrisas. Sólo he visto esa misma expresión en otro artista: Carlos Giménez. Y los dos han hecho una obra revolucionaria. Nada “sería” en términos de conservadurismo. Una obra que invita a la alegría, a la reflexión. ¿Eres melancólico, serio y lejano?
He sido un gran sobreviviente solitario, con épocas de melancolía, con mi trabajo soy serio, riguroso, sin perder el humor, el humor es una tabla de salvación...sin humor la vida es un horror. Lejano jamás, por lo contrario siempre estoy atento a los acontecimientos de mi alrededor. Ciertamente no soy un Venezolano típico, tampoco me considero de ningún país en particular, tal vez por mi formación en la ciudad de N.Y.C., la cual es también muy atípica, llena de inmigrantes como yo, considero que soy un ciudadano del Planeta Tierra. Por supuesto tengo raíces fuertes y profundas con mi país, Venezuela.
Ahora, y desde hace mucho, tú eres un artista consagrado, pero me imagino que debes haber sufrido mucha incomprensión en tus comienzos.
Por supuesto...incomprensiones, censuras, injusticias, odios personales, envidias, pero esas reacciones son normales y le suceden a cualquier persona que se dedica a oficios no convencionales; hay muchos que consideran al arte como algo extraño. Todavía a pesar de tener una obra reconocida, consistente, impactante y coherente, aparecen los cronistas del apocalipsis, lo cual es muy normal, lo cual constata que sigo levantando controversias y eso es muy gratificante. Por supuesto los veo y les agradezco que mantengan viva la llama de las pasiones.
Rolando Peña, «Totality vs. Capitan USA». New York 1967. Imagen tomada de Viceversa.
¿Qué fue Foundation for the Totality?
Foundation for the Totality fue un grupo que fundé y dirigí en N.Y.C. en el año 1966. Me acompañaron en esta cruzada Juan Downey, Manuel V, (Manuel Vicente Peña), Jaime Barrios, Waldo Díaz Balart, Carmen Beuchat, Alfonso Barrios (Palito), Ana Maria Fuenzalida, Vicky Larraín, José Rodríguez Soltero. Conté con unos maravillosos colaboradores, Gregory Battcock, Walter Bowart, Andy Warhol, Joseph Aliaga, Marisol Escobar, Chuck Federman, Aldo Vigliarolo, Isabel Morrison, Allen Ginsberg, Edie Sedgwick, Carla Rotolo, y muchos más. Fue el primer grupo de Artistas Latinoamericanos de Vanguardia fundado en esa ciudad. Realizamos, y colaboramos en muchos happenings, teatro de guerrilla, videos, películas y organizamos muchas manifestaciones en contra de la guerra del Vietnam. Bautizamos al grupo en una bañera, y el padrino fue Andy Warhol. Para el evento leímos este MANIFIESTO publicado en la portada del The East Village Other, NY, 1967, traducción al español:
“WESTERN UNION TELEGRAM
GOBIERNO DEL ODIO HA TOMADO CONTROL MOMENTÁNEAMENTE. ENTREACTO DE AMOR. EL HEROÍSMO ES DECADENTE. DIA DE DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DEBE SER TODOS LOS DÍAS. ENCIERRATE EN UN REINADO ABSOLUTO DE INSIGNIFICANCIA. EL PODER DE LAS FLORES PERMANECE SUBTERRÁNEO HASTA QUE ES HORA DE FLORECER. CONSIDERANDO LA REINCORPORACIÓN DE LA TEORÍA DE LA “SUPERVIVENCIA DEL MÁS APTO”, LEY MARCIAL DE INDIFERENCIA DECLARADA. SIRENAS, SANGRE, BOTAS, DISPAROS, RETRASARÁ LA REVOLUCIÓN FINAL DEL ORGASMO. AMOR GUERRILLEROS POR TODAS PARTES ESTÁN LUCHANDO, MANTENGAN LA FE, ÉXITO DEL SISTEMA EN GUIAR LAS PRESIONES HACIA LA MASACRE ARMONIOSA. SISTEMA EDUCATIVO DE LA IGNORANCIA EXITOSO EN LOGRAR ALTOS ESTÁNDARES DE CONFUSIÓN. INFORMES DE CAPITOLIO INDICAR ALIENACIONES FORZADAS EN DETROIT CLEVELAND NEWARK Y MUCHOS POR VENIR. NO EPOPEYAS. SOLO SAGAS. NEGROS Y LATINOS ASISTIR FIESTA DE COCTEL DE MOLOTOV DADA POR C.I.A. COMITE DE POETAS CULTIVAR CAMPOS DE LUZ. SOCIALIZACIÓN DE LA CONCIENCIA. HACER SOLO LLAMADAS TELEFÓNICAS COSMOLÓGICAS HASTA ALCANZAR LA TOTALIDAD.
CEREBRO INTERGALÁCTICO MUNDIAL
(Foundation For The Totality)
Vi a las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas, histéricas desnudas, arrastrándose por las calles negras al amanecer en busca de una solución furiosa.
¿Quién y por qué te nombró “El Príncipe Negro” ¿Por qué príncipe y no rey? ¿Por qué negro y no rojo, verde, violeta…?
Se ha especulado mucho al respecto, pero uniré las leyendas. En esa época (años 65) asistía a muchos eventos, exposiciones, etc. tenían por costumbre colocar a la entrada un cuaderno en blanco que uno firmaba y en el que dejaba un comentario. Yo siempre lo firmaba de esta forma: “The Prince of the Bowery”, (El príncipe del Bowery). El Bowery era un barrio donde estaban confinados los alcohólicos, drogadictos y demás personajes marginales, y por supuesto, firmar así era una provocación. Warhol, lo había notado y se reía, y cuando le preguntaban ¿quién es ese chico que te acompaña vestido de negro con una capa, él se sonreía y les contestaba, ahhh... es el Príncipe Negro, siguiéndome el juego. Ese es el origen del Príncipe Negro. Y negro porque siempre me he vestido de negro desde muy joven. Hasta el sol de hoy este pseudónimo o alias quedó en el inconsciente colectivo.
Andy Warhol (+) y Rolando Peña, Foto de Marcelo Montealegre
Tienes una vida y una obra tan interesante, variada y rica, compartiste con tanta gente interesante, que me pregunto (y espero), ¿estás escribiendo tus memorias?
Con Oscar Marcano, realizamos muchas grabaciones donde le contaba muchas de mis anécdotas de vida. Él tiene varias de esas conversaciones archivadas, él anda muy ocupado y no hemos continuado pero ese proyecto sigue en el aire, me imagino. Oscar Marcano, es un escritor extraordinario; se ganó en su primera edición el Premio J.L. Borges, en Buenos Aires. Pero tú tienes toda la razón...debo ponerme de una vez y por todas a escribir mis memorias; se las debo a todos ustedes que sin modestia alguna son interesantísimas y en la que están involucrados muchos personajes históricos contemporáneos de diferentes disciplinas y orígenes….Estoy seguro que serán un hit.
¿Hay una Fundación Rolando Peña en el futuro que resguarde y proteja tu obra para las generaciones futuras?
Karla se está encargando de todos esos detalles, y ella es súper profesional, talentosa, con un gusto impecable. Habría que preguntarle a ella.
(Four Stars), 1967.
¿Qué te pone contento y qué te pone triste?
Me contento al saber que estoy vivo, y hago todo lo posible por colaborar con la sociedad, el arte, el amor...las libertades.... Me pone triste ver tanto egoísmo, tantos egos inflados, tanta desidia e indulgencias; el ver los horrores que le hacemos a nuestra casa, el Planeta Tierra. Ver como la mayoría de los políticos y supuestos líderes están llevando los destinos del Mundo por un despeñadero, eso, es muy lamentable.
"SANTERÍA"
Y ahora hablemos un poco de Venezuela, esa Venezuela que duele como un clavo al rojo vivo atravesando la planta del pie: duele hasta en sueños. En 1979 cuando entrevisté a Julio Cortázar me dijo: “Yo hace 28 años que vivo fuera de la Argentina, pero nunca me consideré un exiliado hasta el golpe de Videla”. ¿Te pasó lo mismo que a Cortázar, te sientes un exiliado a partir de la llegada de Chávez al poder?
Me fui a vivir a N.Y.C. siendo tan solo un adolescente. Fue mi decisión y fue donde me formé, donde pasé unos maravillosos años y donde además me tocó la edad de ORO de esa ciudad...años 60, 70, 80. Iba a mi país cada cierto tiempo y participaba en diversas actividades. En el año 1975, inauguré la Sala Anexa del Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber(ese museo pasa a llamarse asi en 1990) con mi Exposición e instalación “Santería”, compuesta de gráficas, instalación y mi Fotodiariografía. En torno a esta muestra se organizaron varios eventos: Zapata, Simón Díaz, Anselmo López, dieron un maravilloso concierto; Vytas Brenner, montó un extraordinario y exitosísimo evento de Rock.
La exposición fue un gran suceso, al que asistieron más de 250.000 personas, todo un récord de asistencia de público. Ese mismo año en el Salón Avellan, en el Ateneo de Caracas, monté mi legendario “Homenaje Post-Morten al Príncipe Negro”.
Luego me regrese a N.Y.C. Y a mediados de los años 80, regresé a Venezuela con mucha ilusión donde además participé en muchos proyectos estupendos; también viajaba mucho a Europa...París, España, Italia, Alemania y todo fluía muy bien. Hasta que apareció Chávez. De ahí en adelante todo se fue al demonio. El Chavismo es una inmensa desgracia, es una maldición extrema, una peste roja, malvada, la cual tiene sus orígenes en Fidel Castro y quien a su vez se copió de Stalin. Es una especie de círculo vicioso, un laberinto del HORROR. Por desgracia continúa expandiéndose a muchos países; es un virus, un cáncer, sumamente peligroso y dañino, y donde entra todo lo destroza...es peor que un Tsunami. A Venezuela la llevo en mi corazón, en todo mis órganos, en mi ADN; es muy doloroso y muy lamentable lo que está sucediendo, es un régimen tomado por CARTELES, es un centro de operaciones de narcotraficantes, de golpistas, de terroristas, de la peor calaña. Es una PANDEMIA que está invadiendo toda la región.
Don José Gregorio Hernandez Blessing the Birth of Venus”
“Don Simón Bolivar Having a Good Time”
“The Queen Maria Lionza, Protectora de las Aguas, Diosa de las Cosechas”
Hiciste varios espectáculos denunciando la revolución-dictadura chavista. ¿Tuviste problemas por ello?
Sí. Monté en la Sala de la Fotografía del Ateneo de Caracas, la exposición “Imágenes de la Resistencia”, fotomurales de eventos, protestas contra el régimen que había realizado en París y en la Bienal de Venecia. Fue una exposición controversial y por supuesto el des-gobierno estaba muy molesto, y fui vetado y execrado de todos los organismos oficiales del país, lo cual me llenó de mucho orgullo.
Fui amenazado en varias ocasiones con cárcel, atentados y por eso decidí emigrar de nuevo, no tenía ningún futuro y me podían hacer desaparecer. Era inútil permanecer en el país.
“Mi Santa Madre”
¿Tienes esperanza? ¿Qué crees que va a suceder en Venezuela?
Lo de Venezuela lo veo muy complicado y cada día más. Las esperanzas no las pierdo pero a pesar de que soy un optimista al 100%, veo todo muy negro. La única forma de salir de este régimen del horror es con una intervención de varios países demócratas que se unan. Tiene que darse una gran coalición de democracias. Y por desgracia, eso lo veo difícil. La complicidad con los petro$$$$$$$ es infinita. Es muy lamentable pero es así.
Rolando Peña: "Este gobierno ha hecho todo lo posible por destruir la cultura"
“Saint Carlos Gardel el Morocho del Abasto”
Anécdota: Está serigrafía me la compró el periodista uruguayo Ernesto González Bermejo que vivía en París, me la compró en N.Y.C. para regalársela a Julio Cortázar. Después me llamó para decirme que se le había entregado a Julio Cortázar y que él estaba conmovido
Elisa Lerner dijo: “La soledad es la patria del escritor” (maravillosa Elisa), ¿cuál es la patria de un, una, artista multimedia?
WOW, Elisa Lerner, un ser maravilloso, brillante escritora, con un humor más filoso que un cuchillo de Toledo. Tuve el inmenso honor de haber compartido con ella en mucha ocasiones….La conocí en el garaje de mi casa donde estaba el “Techo de la Ballena”, comienzo años 60, Caracas, muchas veces coincidí con ella y hablábamos.
Te respondo tu pregunta: La patria de un artista multimedia es el UNIVERSO.
Texto escrito por Aquiles Nazoa para “Santería”
¿Eres religioso?
Creo en el Budismo Zen. Y soy libertario al 100%.
Invitación e imagen del “Homenaje Post-Mortem al Príncipe Negro”
¿Cómo fue tu infancia?
Mi infancia fue muy particular. Mi Santa madre se casó 5 veces y tuvo varias aventuras; fue pionera en la liberación de las mujeres así que tuve una infancia muy movida, ella se mudaba todo el tiempo como hacía con los maridos y sus aventuras. Por lo tanto estudié primaria, secundaria en diferentes escuelas y liceos, fue una infancia y adolescencia muy convulsionada, muy desigual, pero por supuesto muy rica en experiencias, de ahí mi manía por viajar, por conocer, soy inmensamente curioso, y adoro experimentar, arriesgarme, adoro el RIESGO.
Mis hermanos menores Iván Loscher y Roberto Loscher, son muy talentosos, uno es y fue el mejor locutor/dj del país, y el otro es un gran fotógrafo.
Homenaje a Iván Loscher (2017) - Radio Zero.
¿Cómo descubriste que querías ser artista?
De niño dibujaba y armaba mecanos obsesivamente (similares al lego pero de metal). Como fui asmático no jugué jamás ni al béisbol ni al fútbol. No podía porque me cansaba muy rápido, perdía el aire y por ese motivo jamás fumé. Leía mucho, sobre todo novelas de aventuras, Emilio Salgari, El Conde de Montecristo, Los 3 Mosqueteros, las novelas sobre Westerns, libros sobre Magia, Brujerías, etc. pero la creación, el arte lo sentí siempre, está en mi ADN. Me apasionaba dibujar, paisajes muy extraños con palmeras doradas, playas de arenas multicolores y mares negros. Los mecanos eran mi otra pasión, los armaba y desarmaba todo el tiempo, era mi forma de sobrevivir y de comunicarme.
¿Cómo fue tu adolescencia? ¿Eras el popular, el nerd o ni una cosa ni la otra?
Fui muy tímido e introvertido y esto le molestaba a mis compañeros, no fue fácil, se burlaban de mí y yo los ignoraba. Poco a poco comencé a entender cómo podía relacionarme con ellos, y paulatinamente fui perdiendo la timidez y me fui abriendo paso, fue así cuando las cosas comenzaron a cambiar para mejor. Comencé a aceptarme y eso me abrió las puertas para poder relacionarme de forma natural y social. Me di cuenta que tenía un buen sentido del humor, negro, pero ocurrente y eso sorprendía y gustaba... En fin son cosas de la vida que jamás entenderé pero así fueron.
Hiciste tu primer performance en 1948, siendo un niño, frente a una torre petrolera, desnudo de la cintura para abajo. ¿Cómo surgió esa idea?
Como siempre hago las cosas...espontáneamente. Siempre he creído y sigo creyendo en la espontaneidad, la improvisación; te confieso que se dio porque tenía que darse. Apenas me acuerdo que al ver el lago lleno se torres, de balancines, sentí algo muy profundo, y esa sensación ha permanecido con el tiempo.
Tu segundo performance (1952) es “Mi primera comunión”, y es increíble que un niño pudiera darse cuenta de la teatralidad que rodea a la religión católica, ¿de verdad transformaste tu primera comunión en happening? ¿Qué dijo tu madre, tu padre?
Mi madre de una forma muy particular celebraba mis ocurrencias, ella fue muy rompedora, y desafiante, por lo consiguiente celebraba mis locuras. De niño me gustaban las iglesias, los altares, las velas, el incienso, las misas, sus ceremonias, los feligreses, la fe que mostraban, la pasión, los golpes de pecho, los rezos, los confesionarios y el acto de confesarse era maravilloso. Podías haber pecado pero al confesarte, el sacerdote te mandaba de castigo rezar varios Ave María, y ya, con eso pagabas el pecado. Eso me parecía algo insólito y con los años más aún, en fin cosas de la religión católica.
La idea del Teatro me apasionaba desde muy joven. Pararme frente a un público y armar personajes era para mí, un acto mágico. En esa época leía mucho, por ejemplo me apasionaban las obras de William Shakespeare; Oscar Wilde, Calderón de la Barca, García Lorca, Los esperpentos de Cervantes, Valle Inclán, Zorrilla, y tantos otros. También sentía mucha atracción por la danza; eso de bailar en un escenario frente a un público al cual no veías era una maravilla. En 1955, entro a estudiar bachillerato en el Liceo Andrés Bello y un día caminando por los pasillos, veo una puerta entreabierta que daba a un escenario. Allí me doy cuenta de que están leyendo la obra de teatro “El Convidado de Piedra” (El Don Juan de Alejandro Pushkin). Entré y me senté sigilosamente en la última fila. El joven que leía el personaje del Sacerdote era Claudio Perna, quien después sería un famoso artista conceptual; y el joven que leía el personaje de Don Juan era Rudy Tarff, quien años más tarde se convertiría en el rector de psicología de la Universidad Central de Venezuela. El profesor Calcaño, que era el director de la obra, se molestó mucho con Claudio y lo regañó porque se equivocaba mucho al leer. De repente se volteó hacia mí y me dijo: “usted, ¿qué hace allí sentado?” Muy asustado le respondí que estaba viendo la lectura y me preguntó: “¿usted sabe leer?” Le contesté muy nervioso que creía que sí y entonces me dijo “suba al escenario”. Subí casi temblando, me dio el libro para que lo leyera y lo leí bastante nervioso pero a él le gustó, y me preguntó si me gustaría hacer ese personaje para esa obra que se presentaría un mes después. Acepté y esa fue mi primera experiencia en el teatro, la cual marcó mi vida.
Hiciste muchos espectáculos con Cabrujas, ¿cómo eran? ¿Él escribía y dirigía y ambos actuaban? ¿O eran creaciones colectivas?
Eran creaciones colectivas y cada quien tenía su rol. “Testimonio” y “Homenaje a Henry Miller”, fueron ideas mías, se las comenté a José Ignacio y lo invité a participar ya que él había mostrado interés en que hiciéramos algo juntos. Mi idea era la de hacer espectáculos donde se unieran todas las artes: Danza, Teatro, Cine, Música electrónica, proyecciones de diapositivas, etc. todo al mismo tiempo y de manera improvisada pero siguiendo una estructura, es decir, eran happenings multimedios. A Cabrujas le encantó esta idea y comenzamos a ensayar en el Teatro Experimental de Arquitectura (TEA), donde José Ignacio daba unos talleres de teatro y yo de Danza Contemporánea. Fue una experiencia única y una buena parte de los estudiantes de arquitectura nos seguían. “Testimonio” fue el primer espectáculo multimedia o multimedios que se hizo en Venezuela; contamos con un grupo de colaboradores de primera línea, Antonio Llerandi, fue el asistente de producción; Miguel Ángel Fuster, realizó la música o banda sonora con sonidos de la calle, tráfico, ruidos naturales, varios aparatos de radio prendidos al mismo tiempo, sonidos de ametralladoras, pistolas, escopetas, bombas, granadas, sirenas, etc; Fernando Irazábal, quien diseñó unas diapositivas de manchas abstractas hechas con aceite que al calentarse se expandían, Eduardo Mancera, colaboró en el monólogo de Cabrujas.
Todo era muy dramático, muy fuerte. Yo estaba parado en medio del escenario cubierto con una larga camisa blanca e iba improvisando los movimientos al compás de los sonidos de fondo. Las imágenes de las diapositivas se proyectaban sobre mi cuerpo, que servía como una pantalla.
Simultáneamente, José Ignacio Cabrujas leía un monólogo escrito por él pero que a la vez iba improvisando...el espectáculo era una denuncia de lo que sucedía en esos momentos en el país. El público gritaba, lloraba, era un gran aquelarre.
“Homenaje a Henry Miller”, tenía el mismo concepto pero las diapositivas eran imágenes sacadas de la revista Playboy realizadas por el arquitecto-artista Domingo Álvarez. Estas maravillosas imágenes no eran más que grandes tetas, culos, coños, etc, de las modelos de la revista. Cabrujas, parado en un extremo del escenario, tenía en una mesa varios libros de Henry Miller, y al azar los iba abriendo y leyendo. Por supuesto que las reacciones del público fueron muy fuertes, había alaridos. Los dos espectáculos marcaron toda una época, sin lugar a dudas.
¿Fue difícil estudiar danza por los prejuicios machistas de la época?
Sí, al comienzo me veían muy raro. Un bailarín que no era homosexual, que usaba barba y que además mandaba a la mierda al que le dijera algo sobre su sexo...no fue fácil, pero las cosas cambiaron después de cachetear y golpear a tiempo, pero vale la pena luchar por nuestras creencias, e ir derrumbando varios. Pienso que todavía hay prejuicios en muchos países. En fin, todo toma muros, abrir puertas, ventanas, eliminar prejuicios deja un sabor muy agradable, y uno se siente que ha sido útil.
Tenías una exitosa carrera como actor de teatro, cine y televisión. ¿Por qué la dejaste por el performance y al happening?
No fue que la dejé, simplemente me interesaba más todo lo relacionado con las vanguardias. El teatro lo encontraba muy convencional, al cine también lo sentía esquemático, tieso, complaciente y la televisión de aquella época era francamente un bodrio, sin ningún interés. Por supuesto que todos esos medios con el tiempo han progresado y han mejorado. Hay que reconocer que las experiencias del cine de underground, experimental, de autor, al igual que el teatro, experimental de Broadway y los canales de TV, por cable, fueron una excelente influencia de estos medios.
The Seven Vanishing Points NYC. Juan Downey,1979.
¿Te inclinaste por el performance y el happening en vez del teatro porque son expresiones más libres que el teatro?
Siempre he sido un fan del Jazz a la considero música de dioses, el hecho de que por lo general es improvisado al 70% o al 80% siempre me pareció mágico, excelente. Por supuesto, para improvisar tienes que conocer muy bien lo que vas a improvisar, de lo contrario no tiene ningún sentido, eso hay que tenerlo muy claro. Mi profesor de Danza Contemporánea Grishka Holguin, decía “para romper el equilibrio tienes que conocerlo”, eso es clave.
Partiendo de esas premisas, por supuesto que los happenings y el performance me atrapaban porque son parte de mi ADN, el sentimiento de libertad...el riesgo, el sentir que eres tú de verdad, sin concesiones, como cruzar la cuerda floja sin malla protectora...es una sensación que no tiene precio, es jugártelo todo. Uno en medio de la nada, totalmente solo, es dar un salto mortal sobre el vacío, es un gran coito cósmico. Por estos motivos decidí escoger ese camino el cual no es nada fácil, pero es mi LIBERTAD.
En 1979 presenté en la Cayman Gallery de N.Y.C. “The Seven Vanishing Points” (Los Siete Puntos de Fuga), instalación y performance que significó una confrontación importante con mi obra y conmigo mismo. En la instalación presenté unos collages de gran formato con imágenes de perspectivas tomadas de libros clásicos e intervenidas con una serie de mis fotomatones que comencé a hacer en el año 1960. Estos collages tienen mucho de teatralidad y de sentido del humor. El setting del performance estaba conformado por dos cubos de 2m x 2m cuadrados. En el primer cubo cubierto totalmente de mylar de espejo, iba yo sentado tomándome una botella de champaña y al terminar la botella salía del cubo y seguidamente rompía siete espejos de 1m x 2m cada uno que estaban colocados en la pared de enfrente.
El segundo cubo que era de madera, tenía un pequeño orificio en el centro de una de las caras donde el espectador podía ver a un maniquí sentado vestido de smoking que era yo.
Esto fue lo último que hicimos como Foundation for the Totality. Andy Warhol escribió en el catálogo de mi exposición: “Los Siete Puntos de Fuga es mucho, mucho, mucho mejor que Studio 54.”
Siendo muy joven fuiste a La Habana y conociste al Che (“era un petulante” dijiste en 2013). Y unos pocos años más tarde hiciste una película en homenaje al Che donde, si las fotos no me engañan, tú eras él. ¿Qué te atrajo del Che? ¿Estabas seducido por la idea de la revolución armada? Como artista contestatario que eras, ¿no te angustiaba la falta de libertad que había en Cuba, su estrechez creativa, la censura, la injusticia?
No fue un homenaje al Che, fue una especulación sobre su muerte. Cuando hicimos la película “Diálogos con el Che”, José Rodríguez Soltero y mi persona teníamos 20 y pico de años. En ese momento nos pareció muy injusto como lo mataron y la película se basa precisamente en esos momentos finales de su vida, éramos ingenuos y bienintencionados. Le planteé a José la idea de hacer la película de una forma muy improvisada y natural, tipo “Cinema Verité” que fuese controversial. Él estuvo de acuerdo conmigo y yo me conseguí el Diario del Che Guevara que acababa de ser publicado. Un pequeño grupo de amigos colaboraron con nosotros, entre ellos, Taylor Mead quien en ese momento era una de las superestrellas de Andy Warhol. La película fue un Happening absolutamente improvisado, filmado por José. En un momento yo miro a la cámara y le digo a José: “José, en verdad yo no soy el Che Guevara y no tengo nada que ver con él” y comencé a improvisar un diálogo con José sobre lo que éramos, lo que representábamos y sobre nuestra situación como latinos en la ciudad de N.Y.C. y en Latinoamérica. La película correspondía a ese espíritu underground de la época.
Nuestra película participó en el Festival de cine de Berlín gracias a la invitación que nos hizo Jonas Mekas. Fuimos con tiempo suficiente para poder ir antes al Festival de Cannes y allí Dennis Hopper, a quien yo había conocido en “The Factory” con Warhol, presentaba su película “Easy Rider” junto con Peter Fonda; él nos cedió informalmente un espacio para mostrar nuestra película ante la audiencia, generando por supuesto mucha controversia. Ya en Berlín participamos oficialmente en una sección especial junto con la película “La Gai Savoir” de Jean Luc Godard y Antonio Das Mortes de Glauber Rocha y una vez más, ocasionó mucho revuelo. En el Palais de Chaillot en París la película armó un gran escándalo y casi que nos linchan porque el público asumió que era una burla a la figura del Che Guevara. En líneas generales consideramos que tuvimos mucho éxito porque desde el principio nos habíamos planteado hacer una película bien controversial y eso se logró.
Rolando Peña: "El Ché (Guevara) era un petulante"
Más recientemente en el año 2017, la película fue reconocida en el primer Festival de Cine experimental en América Latina llamado “Ismo, Ismo, Ismo” que se realizó en los Estados Unidos en Los Ángeles Film Forum.
Con correr de los años nos dimos cuenta de que esa supuesta revolución, humanitaria, que buscaba la justicia y la igualdad fue todo lo contrario. Ahora sabemos que fue una enorme mentira, las consecuencias han sido nefastas, devastadoras y donde llegan destruyen sin ninguna contemplación, es la búsqueda del poder por el poder y eso es lo único que les importa; matar, extorsionar, chantajear, todo es válido para ellos. Ahora son grandes Carteles, narcoterroristas. Es terriblemente lamentable, pero es así.
Conseguiste una beca para estudiar danza con Martha Graham. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Por qué abandonaste? ¿Es verdad que Graham se enojó contigo?
Cierto, la escuela de Danza de Martha Graham me dio una beca y fui muy emocionado. Pero practicando y estudiando en la escuela me di cuenta que la técnica Graham era muy rígida, más rígida que el Ballet y eso me causo mucha desilusión. Es una técnica forzada que a la larga te hace daño físicamente, en las rodillas, espalda, caderas, etc. Un día en una clase que ella daba, se lo comenté, ella se molestó mucho y me pidió que me fuera de su escuela; y eso fue lo que hice, me largue y me siento contento de haberlo hecho.
Por cierto en esa época, en 1965, después de haber estado un tiempo viviendo en el pequeño estudio de la calle 10 y la segunda avenida, conocí a Clara Thompson y me mudé con ella a un apartamento que quedaba en la calle 10, entre University Place y la Séptima avenida. Con la increíble casualidad de que Marcel Duchamp vivía frente nuestro edificio. Todas las mañanas, cuando salía temprano a la calle para tomar el subway que me llevaría a la escuela de Martha Graham, coincidía con este señor impecablemente vestido que salía a pasear un pequeño perro. Entonces me di cuenta de que ese señor era Marcel Duchamp, a veces le decía “bonjour Mr. Duchamp,” jamás me respondió.
Con el tiempo fui a visitarlo a su estudio con Marisol Escobar, que lo conocía muy bien, le conté que fui su vecino por un tiempo y que todas las mañanas lo veía pasear a su perrito, me respondió muy lacónico…”jamás me di cuenta.”
¿Qué hiciste después de dejar los estudios con Graham?
Inmediatamente me fui a estudiar con Alwin Nikolais, extraordinario maestro, coreógrafo, investigador, vanguardista al 100%; con él y su grupo tuve la oportunidad de desarrollar mis ideas como las había pensado, se me abrió el mundo gracias a él. Siempre lo recuerdo con admiración, y agradecimiento, Nikolais, fue y es un grande de verdad, un GENIO, revolucionó la danza, el espectáculo por completo. Mucho le debe la danza, el teatro, los espectáculos en general a él…BRAVO NIKOLAIS...
Llegaste a Nueva York muy joven y en un momento de explosión creativa, ¿fue fácil integrarte al medio?
Te confieso que me sentí como pez en el agua, me integré inmediatamente, por supuesto con subidas y bajadas, no fue tan fácil, pero sentía que ese era mi medio, mi lugar, mi hábitat. Coincidía con mi forma de ver el mundo, el arte, la vida, eso me llenaba y me alegraba enormemente...
Simone Swand, Andy Warhol, Rolando Peña, Nueva York 1967
A poco de llegar a Nueva York actuaste en varias películas dirigidas por Andy Warhol cuando Warhol era el rey de la contracultura (y de la cultura también). ¿Cómo lo conociste? ¿Cómo era como director?
A Warhol, lo conocí en mi primer viaje a N.Y.C. en 1963. Fue en casa de Adelaide de Menil, excelente fotógrafa e hija de John de Menil, coleccionista y mecenas del arte, un interesante personaje de esa época. Fui invitado por un amigo pintor al cocktail que ella daba esa noche a un grupo de amigos artistas, entre los famosos invitados estaba Andy Warhol, me lo presentaron, nos saludamos y no lo volví a ver hasta el año 1965 cuando regrese a esa ciudad. Una noche invité a una bella bailarina compañera de clases de Martha Graham School y la llevé al restaurante El Quijote ubicado en el Chelsea Hotel, el Hotel más emblemático de la época en donde se alojaba gran parte de la Vanguardia de N.Y.C., Europa y demás.
En ese momento no lo sabía y fui porque me estaba alojando muy cerca y como era comida española y hablaban español, me pareció interesante porque mi inglés no era bueno. Llegamos y nos sentamos en una mesa y muy cerca en una mesa grande estaba Warhol, con su grupo, Viva, Gerard Malanga, Ultraviolet, Nico y otros. En un momento se acercó Gerard Malanga y me comenzó a hablar en inglés. Yo le comenté que mi inglés no era muy bueno, que hablaba español y un poco de italiano. Y él me dijo, no hay problema, mezclaremos español e italiano. Así nos entendimos. Él me dijo: “la persona que está sentada con nosotros es Andy Warhol, le llamaste la atención por la forma como estas vestido todo de negro con una capa y te manda a decir si estás interesado en participar en unos proyectos cinematográficos que estamos planeando.” Por supuesto le respondí que sí, que me interesaba. Ya yo había participado en teatro y cine en mi país. Me pareció que era una buena oportunidad para entrar en el mundo artístico de NYC. Después que terminamos de cenar nos fuimos a la mesa de ellos y nos tomamos unos vinos con ellos y me invitaron para que fuera a “The Factory”, lugar donde ellos trabajaban y organizaban todo. En ese año tuve que viajar a Venezuela, y le perdí la pista. Al regreso un año después fundé “Foundation For The Totality,” y comenzamos a hacer muchos eventos en la ciudad, entre los fundadores de esta organización estaba Waldo Díaz-Balart, que era muy amigo de Warhol, y un día él invitó a Warhol a cenar conmigo, fue donde retomamos el contacto y se dio lo de filmar la película “Four Stars”, la cual dura 24 horas. Una buena parte se filmó en una casa que tuvo Waldo en la playa de East Hampton; allí fuimos todo el grupo y por supuesto, esta película levantó mucha controversia y ahí comenzó mi relación con Warhol.
¿Warhol era tan extraño y feo como lo pintan sus biografías?
Warhol era muy tímido, hablaba muy poco, era muy parco en todo, no fumaba, no tomaba, jamás se drogó, no le interesaba el sexo...decía que eso era perder el tiempo, y por lo general era muy inexpresivo. No era lo que se dice “buen mozo” aunque sin duda era muy interesante, tenía esas facciones eslavas y usaba un peluquín. No lo considero extraño, más bien era diferente.
Andy Warhol, Edie Sedgwick, Chuck Wein, New York City,1965. Imagen tomada de Artsper.
Conmigo siempre fue muy gentil y hablábamos, lo cual a la gente les extrañaba mucho. Un día un periodista me preguntó, mucha gente se extraña que Warhol hable con usted, y le respondí, es muy sencillo, el no entiende lo que yo digo y yo tampoco lo entiendo a él, por eso nos entendemos....
En 1966 participaste del espectáculo de Allen Ginsberg The Illumination of Buddha en The Village Theatre. ¿Cómo te convocó Ginsberg, qué hiciste en el espectáculo?
Llegando a N.Y.C. en mi segundo viaje donde llegué para quedarme, conseguí un estudio muy barato en el East Village que quedaba en la calle 10 y la segunda avenida. Muy cerca de allí, había un café bueno y barato donde me desayunaba con cierta frecuencia ubicado en la segunda avenida y la calle 8. Allí me encontraba con el grupo de Allen Ginsberg, éramos vecinos y con el tiempo me hice amigo del grupo. Le conté a Ginsberg lo que hacía y le mostré los catálogos de “Testimonio” y “Homenaje a Henry Miller” los cuales le parecieron excelentes, sobre todo “Homenaje a Henry Miller” ya que fue el primer Homenaje en vida que se le hizo a Miller. A raíz de eso Ginsberg, me invitó a un recital de poesía en City Lights Bookstore, en San Francisco. Lo acompañe y me dijo que llevara los catálogos y las notas de prensa sobre el espectáculo “Homena Homenaje a Miller” porque Miller vivía en Big Sur y lo iríamos a visitar.
Dicho y hecho, después del recital fuimos a ver a Henry Miller y pude mostrarle todo el material de su Homenaje. Él estaba totalmente sorprendido...fue muy emocionante. Esa noche nos quedamos en su casa, cenamos, hablamos mucho, tomamos, fue una noche mágica.
Al regreso, Ginsberg me habló del proyecto para lanzar a Timothy Leary como profeta del LSD, y me preguntó si me interesaría participar con ellos, le dije que sí.
De ahí salió “The Illumination Of Buddha”, que se presentó en The Village Theatre; mi participación consistió en montar una danza psicodélica, con varios bailarines desnudos y pintados con insignias de pintura fosforescente en un escenario iluminado con luz negra. Mi propuesta gustó mucho.
En los comienzos, ¿podías vivir de tu arte?
Vivía con mucha modestia. Daba clases de danza, masajes, charlas...con este tipo de trabajos ganaba dinero suficiente para pagar mis gastos y vivir decentemente, era perfecto para mí.
A París iba con frecuencia...adoraba y sigo amando a esa ciudad. Me daban un excelente taller de artista en la Cité des Arts, en pleno corazón de París. Expuse en varias ocasiones y la pasaba muy bien, tuve varios amores, conozco mucha gente a las cuales quiero y aprecio. En París hice una exposición individual muy importante en la Maison de L'Amérique Latine, “Le Pétrole c’est a moi”, la cual me ayudó mucho y me abrió muchas puertas. Colaboré en muchos proyectos expositivos con Soto, Cruz-Diez, Alejandro Otero, Asdrubal Colmenarez, Victor Lucena, Narciso Debourg, Joan Rabascall, Veronique Chanteau, Kitty Holley, Fernando Arrabal, Jack Vanarsky y otros. Un día decidí irme a Venezuela a colaborar con el país y me fui quedando, hasta que llegó la Peste Roja y el país se fue al infierno.
La Cotorra No. 2 (The Babbling No. 2) by Rolando Peña, 1979.
¿Cuál era el tema de las películas que dirigiste y actuaste, La Cotorra y La Cotorra No. 2?
El nombre de las películas surge como una ironía de un pájaro que se llama Cotorra y que repite todo el tiempo los mismos sonidos. La Cotorra es una conversación totalmente improvisada y aleatoria que tengo con mi hermano Iván Loscher donde hablábamos del país, los acontecimientos políticos, la vida social, el arte, su cotidianidad, etc. La Cotorra No. 2 totalmente diferente porque trata sobre la incomunicación. Ivan y yo tratábamos de comunicarnos en un terreno donde estaban construyendo una estación del metro de Caracas y el ruido que había era infernal, no se oía nada de lo que decíamos. Fue muy impactante y la he presentado exitosamente en varios Festivales de Cine Internacionales con mucho éxito. Woody Allen, la vio en una proyección privada en N.Y.C., y me compro una copia. La Cotorra No. 2 fue reconocida y muy aplaudida en el primer Festival de Cine experimental en América Latina llamado “Ismo, Ismo, Ismo” que se realizó en los Estados Unidos en Los Ángeles Film Forum en el año 2017.
¿Qué artistas te influenciaron?
Siento mucha admiración por Leonardo Da Vinci, Marcel Duchamp, Los Dadaístas, los Surrealistas, el Grupo Fluxus, los artistas Pop, Warhol, Lucio Fontana, Robert Wilson, Marisol Escobar, Jesús Soto, Alejandro Otero, el grupo Los Nuevos Realistasencabezado por el gran y únicoPierre Restany, crítico de arte, curador, filósofo. Son muchos más, pero estos fueron los principales.
Rolando Peña en el Lago de Maracaibo. Fotografía de Eddy Gómez. 1979.
¿Por qué el petróleo es el eje central de tu obra?
El petróleo es energía, es signo de poder, es un gran espejismo. Por el mal uso que se la ha dado, las grandes corporaciones con sus ambiciones desmedidas, lo han transformado en un elemento nefasto, negativo. Eso me llamó la atención y lo acepté como un reto. Nadie lo había usado de la forma que lo he hecho; lo he transformado en un concepto del Arte Contemporáneo, en un símbolo, para bien y para mal.
Rolando Peña | Rayma Suprani. Imagen tomada de El Nacional.
¿Qué sientes por los barriles de petróleo? ¿Odio, amor, indiferencia?
El Barril de petróleo, como objeto, me parece estéticamente hermoso. Sus proporciones matemáticamente son perfectas; de las distintas medidas que existen, 60 cm x 90 cm es la que más se usa. Me gustan sus significados; lo que se conoce como barril de petróleo es una especie de antifaz, una gran mentira ya que jamás recibe el líquido de petróleo, solamente sus derivados. Es un gran camuflaje.
Cortesía Rolando Peña. Detalle del proyecto Mene (Petróleo) Digital, 1987. Imagen tomada de Trafico Visual.
Es difícil ser profeta en tu tierra pero me parece que tú, que fuiste contra la corriente y caminaste tu propio camino, lo lograste. ¿Sientes eso?
Siento que he realizado una obra monumental muy coherente. Jamás he hecho concesiones, todo lo contrario, y poco a poco me han ido descubriendo y aceptando. No ha sido fácil, pero me satisface que sea así, además me pregunto ¿que es fácil…?.
Cuando miras tu vida para atrás, ¿te sientes contento de todo lo que viviste, todo lo que creaste?
Si estoy satisfecho. Hice lo que sentí que debía hacer, pasé por encima de convencionalismos inútiles, sin concesiones, he defendido mi Libertad por encima de todo y de todos. Miro para atrás con alegría, con satisfacción, con orgullo y eso no es fácil.
Less is More - Homage to John Cage - Sound Performance and Installation - by Rolando Peña, Nov 2019
¿Cómo es un día en tu vida?
Me levanto muy temprano, medito un poco, reflexiono mucho, camino varios kilómetros, jamás he manejado carros, jamás he fumado. Reviso mi computadora, comparto en facebook con muchos amigos, opino sobre las cosas que me interesan, trabajo en mis proyectos, los reviso, Karla me ayuda en armar las propuestas, discutimos, reflexionamos y procedemos a trabajar en ellos. A través de Facebook mando mensajes, a veces soy controversial, pero por lo general son positivos, me desayuno con frutas, granola avena, soy naturista al 100%, le doy besitos a Karla, antes de dormir y al levantarnos. Nos reímos todo el tiempo, ella es lo real maravilloso, es mi Ángel sublime, mi inspiración, y cada día nos queremos y nos respetamos más.
Aggression = Death. Rolando Peña. Fotografía de Marcelo Montealegre.
Me voy a copiar de Clarice Lispector que en una entrevista a un escritor le dijo: “Di alguna cosa que me sorprenda” y él le respondió: “748” y ella realmente se sorprendió. Así que, para terminar, Rolando, muchísimas gracias por esta maravillosa entrevista y, por favor, sorpréndeme con algo.
Primero antes de responderte quiero darte las gracias a ti por tan brillante entrevista. Respondo tu pregunta: Jajajajajajaja, me sorprende que tú me pidas que te sorprenda, cuando el sorprendido soy yo, ABRAZOS.
Viviana Marcela Iriart Escritora argentino-venezolana (1958). Reside desde 1979 en Caracas, Venezuela. Ha publicado los libros Lejos de casa (novela), Puerta abierta al mar (teatro), Gente a vista (teatro) y Esquina con malvones (teatro), en edición limitada hecha por la autora. En 2007 se estrenó en Caracas su obra de teatro Puerta abierta al mar, protagonizada por Rosalinda Serfaty y Fedra López. Fue coeditora de las revistas Intermedio y Primera Fila (1984-86, Venezuela) y editora de la revista subterránea de cultura Machu Picchu (1978, Argentina).