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Renny Ottolina. Foto Archivo de El Nacional |
De las cámaras a las encuestas
Renny Ottolina, el pionero de la antipolítica
Suficientes elementos revelan cuál fue la preocupación más importante de el número uno de la televisión en los meses postreros de su vida. Hay, sin embargo, testimonios que lo ubican lejos de la política y sus redes.Reflexiones y hechos aparte, queda la sensación y el reconocimiento: el animador fue el primer venezolano en moverle el piso a los partidos del estatus.
Revista Feriado. 9 de agosto de 1998. Nº788
José Roberto Duque
Fotografías: Archivo El Nacional
Más que a una convicción, parece obedecer a un sentimiento de frustración el que, todavía a estas alturas, se comente con un dejo de nostalgia "la gran oportunidad" que se le escapó a Venezuela de las manos en 1978, cuando la muerte despachó en violento trámite a Renaldo José Ottolina (Renny, para las masas).
Las justificaciones están al alcance de la mano: fue, para qué dudarlo, el primer gran antipolítico en el escenario electoral venezolano. Por supuesto que no fue el primer antipolítico (a secas), si se sigue una sincera cronología de las contiendas electorales; de allí que el gran aparezca en cursivas al comenzar este párrafo. ¿Qué diferencia a un antipolítico cualquiera de un gran antipolítico? En la primera categoría entra cualquier ciudadano que inscriba un partido al margen de las grandes entidades instituidas del poder político-electoral, así su gesto no pase de congregar un centenar de votos, antes de desaparecer entre la indiferencia general y alguna carcajada; el gran antipolítico es aquel que, sin pertenecer a un partido del estatus, se atreve a roncarle a éstos en la cueva de las encuestas, en los espacios mediáticos, en el sentimiento de los potenciales votantes.
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Renny Ottolina condecorado por Carlos Andrés Pérez. Foto Archivo de El Nacional |
Un dato del pasado y otro del presente. El del pasado: en julio de 1977, la compañía encuestadora Gallup hizo públicos los resultados de su primera exploración de preferencias electorales: obtuvo el 16 por ciento; Luis Herrera Campíns, Luis Piñerúa Ordaz, también el 16 por ciento; Renny Ottolina, 13 por ciento. El dato del presente: en 1998, cuando los antipolíticos se han ganado su gran debido a innumerables circunstancias que no vienen al caso, ciertos susurros aislados aseguran que Renny fue el precursor de Irene Sáez, Hugo Chávez y Salas Rómer. Lo cual no ha sido aprovechado por éstos: ni uno solo de ellos ha insinuado siquiera que la oportunidad que saboreó Renny se vuelve a presentar. Y esto puede interpretarse de varias maneras: los antipolíticos actuales no son tan oportunistas; no les interesa aprovecharse del discurso de Ottolina; no recuerdan al Ottolina de la contienda política, y quizá de soslayo al animador de televisión. Y la última: parece que, después de todo, los muertos siguen quedándose muy solos.