Mandarín de la dinastía Qing , la ultima de China.Tomada de wikipedia |
El mandarín perdido
Lin Yutang fue un ensayista, novelista y traductor chino. Su escritura ensayística se
caracterizaba por un estilo suelto, irónico y refinado. Presentamos un
fragmento de la colección Amor e ironía, donde lamenta la desaparición del antiguo mandarín.
Una de las mayores calamidades de la República China, es la
desaparición del antiguo mandarín. He estado buscando especímenes de ese
caballero entre las ruinas actuales del Imperio Manchú. Pues es, creo,
uno de los frutos más delicados de la cultura china.
Es, quizás, tan vano intentar definir al mandarín, como lo es
intentar definir al caballero. Está ahí, como un hecho incontrovertible
del universo, provocando y desafiando constantemente una definición.
Pero se conoce al mandarín cuando se le oye hablar, como se puede
señalar a un caballero según la forma en que está partido su cabello. En
el caballero, hay algo en la resonancia de su voz y el porte de sus
hombros, que alegra y excita el corazón femenino. ¡Y a cuántos
extranjeros encantó la barba de Li Hugchang, o los de Yuanshikai!
¡Cuántos lamentan que tales seres ya no existan!
A fin de conocer a un verdadero mandarín bastaba oirle hablar. Por
supuesto, hablaba mandarín. Hubo un tiempo en que hablar mandarín era un
arte, un arte de que podía gozarse por sí mismo y que cultivar a la
perfección insumía la mitad de una vida. No es que todo fuese cuestión
de acento como el balbuceo de Oxford, que cualquier chico medianamente
inteligente puede adquirir en tres meses. Es verdad que el acento
representaba un papel importante. En algún lugar de mi memoria oigo la
voz profunda, resonante, de su lenguaje, el ritmo bellamente ondulante
de su acento pekinés*, puntuado por risas bien acompasadas e igualmente
rítmicas. ¡Daría la vida por escuchar de nuevo tan perfecto discurso
mandarín! Porque los
mandarines robaban al pueblo, lo hacían agradable y pulidamente, y
hacían que todo el procedimiento pareciese agradable y refinado tanto
para la víctima como para ellos. Ahora, las cosas son diferentes.
Nuestros funcionarios modernos saben solo mentir, y mentir del modo más
grosero, impúdico, incompetente e inmoral. Si debemos ser despojados, al
menos que se nos haga posible el disfrutar de ello. Pero ni siquiera
podemos lograr eso. Por eso es una calamidad tan grande la desaparición
del mandarín (...)
Astérisco: Lenguaje elevado que hablaba la corte de Pekín.
Amor e ironía
Lin Yutang
Buenos Aires: Biblioteca Nueva
1943, 333 páginas
Tomado de La Gran Garabaña.
grande Yutang
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