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Cartel de la película The Pillow Book. |
Crónicas del Olvido
DONDE LA PIEL SE HACE SILENCIO, DE GLADYS RAMOS
**Alberto Hernández**
La poesía se hace imprescindible. Nos recorre y nos anima desde el instante en que brota del papel y se fija en los ojos para luego quedarse sostenida en la memoria. De allí que Gladys Ramos, desde hace décadas, nos viene ofreciendo su intimidad, sus secretos, sus delicadas ofrendas al amanecer o al atardecer desde una ventana en Calicanto y ahora un poco más al sur de Maracay desde donde aprecia el fantasma del Lago de Valencia, desde donde afloran imágenes que seguramente forman parte de su acontecer diario.
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Maracay y el Lago de Valencia. Imagen tomada de aquí.. |
El silencio es una manera de decir, de decirnos, de resguardarnos del mundanal ruido, del horror vacui o de esa cotidianidad que destaca por tanta pesadumbre. Entonces el silencio, esa poderosa misión del pensamiento, se perfila belleza, transgresión (la belleza suele ser peligrosa para quienes tienen en el vivir vulgar un espacio abierto). La poesía, como reflexión o como sensación cercana al cuerpo, a la piel, a los poros, al alma que se congrega en la mirada, atiende a esta mujer que vive para la creación, en medio de las angustias de las horas que nos han tocado.
En este libro fragmentado, en esta travesía de voces reveladas, Gladys Ramos se descubre como siempre con la sensibilidad de una voz que recorre múltiples temas, pero sin dejar a un lado el toque sensible de su yo quebrantado por la realidad.
El título del libro, que ya una vez estuvo recorriendo lectores, es la suma de sus inquietudes, de sus conjugaciones amatorias, de su poética como respiración, de su manera de no dejarse ir sin avisar que la poesía es la fuente de su vitalidad. Así, “Donde la piel se hace silencio” destaca también la fuerza de la soledad, de la ausencia o presencia de una imagen que no se agota, que continúa latiendo en cada palabra, en cada verso, en cada instante, porque palabra y tiempo andan juntos.
Hay un lugar para ese silencio. Hay una región para esa manera de cantar el poema. La piel, despejada de ruidos, de rasguños, se vierte mudez: el silencio que precisamente contiene el poema.
He aquí entonces esa manera de estar, de ser, de vibrar con las palabras, con el vigor de las horas, con la mirada puesta en un horizonte que no termina. Cada poema es un impulso interior, un verbo que se sigue conjugando.
(Publicado por la Editorial Ítaca, en 2024)
Muestra de este libro inédito de la poeta maracayera Gladys Ramos:
A nadie le pido perdón por el minuto exacto de la rebeldía.
He sido amiga de la rosa abierta y en los andenes del aire
desnudé mi cuerpo para desafiar al asombro
A nadie le pido perdón por el pulso acelerado, por el grito,
por el escalofrío
Descolgué las cortinas arrugadas de la lluvia para diluir
la víspera de entrega
Sublevé la fábula del tiempo y aproveché el latido sigiloso
de la oruga en el vientre
Un ángel protegió las horas de mi desenfreno
A nadie pido perdón por mi atribulado traspié
Ahora busco la contingencia azul del mar y sus húmedos
metales de reposo.
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Dormir sobre la máscara helada del espejo, transparencia en desalojo de la
noche.
Pequeña sombra sobre el lecho, signo de mi propia entrega, polen, sexo,
evidencia del antes.
Lanzarme al viento en este entierro, hueso fijo, soledad de liebre acorralada
Duele escuchar de pronto este frío golpe de arenisca en lo bajo
*******
Espectadora de una vida que consume la llama en mis pupilas
Concentrada en el punto donde busco comprender mi esencia
Mi mente, potro salvaje, no sabe si galopa en los umbrales del cielo,
en el nirvana o en el paraíso de la media luna.
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SIFF Cinema Trailer: The Pillow Book
https://m.youtube.com/watch?v=8_SQX2owFEA&pp=ygUXdGhlIHBpbGxvdyBib29rIHRyYWlsZXI%3D
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Gladys Ramos
Maracay (1950). Poeta venezolana Estudió Derecho en la Universidad Central de Venezuela. Tiene un posgrado en Derecho Penal en la Universidad de Carabobo, y un diplomado en Docencia, en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Trabajó como abogada para diversos entes públicos y privados y fue Fiscal del Ministerio Público. Por más de diez años dirigió la sala de exposición de pintura y fotografía del Colegio de Abogados del estado Aragua. Ganó el primer premio en el Concurso Orígenes del diario El Aragüeño (1980). Publicó el poemario Tiempo de pájaros caídos (Ediciones del Concejo Municipal de Girardot). Textos suyos han sido publicados en los diarios El Periodiquito, El Siglo, El Aragüeño y El Carabobeño, así como en la revista Estrías y Letralia.
Su poemario Donde la piel se hace silencio, prologado por el poeta Luis Alfonso Bueno, permanece inédito.
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