Harry Almela (foto de Henry Cedeño). Imagen tomada de Crear en Salamanca |
Un poema que le escribí a Harry hace tiempo. Lo pongo de nuevo para recordarlo con insistencia: hace pocos días fue su fecha de nacimiento
LOS REGLAMENTOS DE LA AMISTAD
Esta es la manera de querer a Harry Almela
con las calles de tierra del corazón
con el sol obstinado de tanto recibir candela
en las sarcásticas esquinas de Mariara y Maracay
Quererlo desde una paraulata cantando,
desde la alegre pelea de los azulejos
que desangran caimitos
en los patios de la poesía hecha con pájaros inventados
por Alberto Hernández el demoledor de jaulas
Que si nos vemos para lo del libro y todos salimos de nuestros lugares
en autobuses maldecidos latigueados de barro
con señoras que hablan solas de sus oficios bárbaros
y sujetos recién salidos de la penitenciaría
que te aniquilan con ojos asesinos buscando el oro inexistente
(Desde el autobús podías ver a las mujeres que venden panelas de San Joaquín como si estuvieran espantando mosquitos o diciendo “vengan para acá” y esa debería ser una buena idea para la venta, presentación o bautizo de escrituras: ponerse en la carretera a sacudir libros como La Ilíada o En busca del tiempo perdido. Y otra alternativa que le hubiera gustado a Harry: hacer rumas de novelas y poemarios al lado de los montones de mangos de hilacha y mangos de bocado que adornan las autopistas)
Y deseando pasar raudos el espejismo de La Encrucijada
porque una vez bebimos ahí un café con leche como le gustaba a él
para que la torta ensoberbecida de azúcar se muriera
Esta es la manera de querer a Harry Almela
con el alma enratonada de tanto leerlo
y recordar su espíritu de Jesucristo adolescente más inverosímil
cada vez que aparece una franela sudando en el universo paralelo
Con ganas de correr porque es un aguacero a punto de mojarte
es un montón de truenos vibrando en las planchas de zinc
es un ladrido de Dios en las esquinas de quedarse dormido al mediodía
es un hermano sagrado y pendenciero
de puñales hablados que te va a regañar
y te va a jalar los pies cuando estés creyendo en alabanzas
Querer a Harry Almela es un ejercicio natural del cosmos
-todos sus amigos lo aplaudimos en la Maestranza de la poesía-
la última vez que nos vimos nos abrazamos nos retratamos
y cada uno se fue por su lado
Ajá: este es el lado que usamos para recordar.
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José Pulido. Fotografía de Gabriela Pulido Simne |
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Armando te fuiste y nos toca acompañarnos en este dolor.
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