lunes, 30 de diciembre de 2013

Henry Miller: "La capacidad de ser amigo de una mujer, en particular de la mujer a la que amas es, para mí, la mayor de las proezas. El amor y la amistad rara vez van de la mano. "

Al cumplir ochenta.






Estimados Amigos

El pasado 26 de diciembre fue el cumpleaños número 122 de nuestro querido amigo y hermano Henry Valentine Miller . Poca gente se atreve con 40 años y con una familia a cuestas abandonar todo e irse a vivir para encontrarse consigo mismo pero Henry estaba hecho con otra pasta y se atrevió a lanzarse al abismo inseguro de la vida verdadera. En Europa caminó, durmió, pasó hambre, aprendió, fornicó como pocos, escribió y publicó. Durante mucho tiempo sus libros fueron prohibidos por supuestamente ser apologías a la pornografía, los muy tontos censores no se percataban de que eran apologías a la vida sin barrotes. 


Los hallazgos de su aventura fueron fructíferos para él y para sus amigos, esos que crecen año a año cuando quizás por una inocente sugerencia de un amante de ese reputado pornógrafo alguien abre por vez primera un libro de Miller. Quizás la sorpresa inicial para una persona que vive bajos los empañados valores de una clase media victoriana  sea causada por la diáfana visión de la sexualidad pero la sorpresa final y constante que provocan sus libros se deben a la sinceridad. Como dicen por ahí Henry es un hombre de una sola pieza. Alguien que te habla con la franqueza de un amigo de verdad, un valor que es difícil de conseguir en la vida y en el mundo de las letras. 

Una vez conversando con una amigo, después de nuestro saludo habitual al sol en la plaza magnética, se me ocurrió preguntarle si había algún equivalente venezolano de Miller en el mundo literario nacional, mi amigo miró largo rato al cielo mientras mordía un mondadientes y me dijo:

-¿Me preguntas si existe alguien dentro del mundillo literario local que reuna saber, experiencia, humildad, un irrefrenable apetito por la vida, le gusten las mujeres y las bicicletas, sea capaz de escribir libros dedicados enteramente a sus amigos y que tenga una casa donde bellas mujeres (las palabras en cursivas pueden cambiarse por hermosos hombres) van a cuidarlo por gusto y no para lograr ser publicadas en alguna imprenta universitaria o de alguna gobernación,  mientras pasean desnudas por toda la casa. Alguien con el que puedas conseguirte en la calle,  compartir un café y que puedas hablar de literatura sin que te parezca una pedante guía de estudio mimeografiada. Y que días después de esa conversación te quede buen sabor de boca y te provoque ir a visitarlo. Alguien que te interese por el simple hecho de ser gente  de verdad. Alguien que asuma la elaboración un buen desayuno y una inspiración profunda con bizarría día a día?

-Si, a eso me refiero

Apenas terminé de decir eso y él plegó su rostro solo como puede hacerse frente a una estrella supermasiva. Por momentos pensé que iba a convertirse en un agujero de gusano. Pero en un suspiro su cara volvió a la normalidad. Ya tenía miedo de viajar sin moverme.

-Naaaa, nada que ver, solo en los cuentos de hadas criollos como Juancho y los cazabes mágicos

- Aaah ¡Pero si eso no existe!

-Por eso lo digo. En el mundo literario venezolano alguien así solo puede ser un personaje de ficción en un cuento de hadas.

Después de eso mi amigo reventaba en carcajadas y yo le seguía. 

Recuerdo como en una de esas sesiones de saludos solares mi amigo con franqueza inusitada dijo:

- Creo que Miller es un Hermano Mayor

- ¿Si? ...¿Tu crees?... ¿Vendra de Ganímedes?

- Debe venir de otro sistema solar. Su capacidad de seducción sin igual, la presencia de un ego no guerrerista, su dominio de la belleza cotidiana de la sexualidad y su capacidad para vivir de la escritura denotan su pertenencia a una sociedad miles de años mas avanzada que la nuestra.

-Eso explica muchas cosas -dije yo- Y no olvides su peculiar aptitud de hacerse mas joven con los años

-Si, no la olvido. El vino de muy lejos para enseñarnos el camino.

- Espero no le pase como a Jesucristo.

- No le pasará, seguramente tiene acceso a todos los registros históricos de los grandes maestros. Hoy no valdría la pena dejarse crucificar. Ya utiliza otros medios para difundir el mensaje por lo menos. Ya escribe directamente sus libros canónicos. Así el mensaje tendrá menos erratas a largo plazo. Quizás hasta hagan películas sobre su vida.

- ¿Y a que actor buscarían para personificarlo?

-  Por ser un Hermano Mayor supongo que al que a tu papá y a ti tanto le gusta.. Spock

-Ah, Leonard Nimoy

- Y si él no acepta quizás funcione el de Kung Fu

-David Carradine...

-Si, cualquiera de los dos calvos y con anteojos funcionaría para desperdigar la palabra

- ¿Y que nombre le pondrías a la película?

- Ah, ni idea. Mmmm quizás le pondría Henry y June y sería una biografía épica. Pero realmente no sabemos si esta sociedad estaría lista para un filme de es tipo.




Lo usual después de las conversaciones post saludo solar era el intercambio de libros canon... de Miller y de sus comentarios con la esperanza de hallar nuestro camino.

Muchos saludos solares pasaron y aún seguimos buscando el camino sin olvidar que a medida que pasan los años más jóvenes debemos ser.


 Los dejamos con las palabras de nuestro Hermano Mayor en su 122 aniversario


Deseamos disfruten de la entrada.



Richard Montenegro


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"La capacidad de ser amigo de una mujer, en particular de la mujer a la que amas es, para mí, la mayor de las proezas. El amor y la amistad rara vez van de la mano. "Al cumplir ochenta. Por Henry Miller





Al cumplir ochenta

Si a los ochenta años no estás ni tullido ni inválido y gozas de buena salud, si todavía disfrutas una buena caminata y una comida sabrosa (con todo y acompañamientos), si duermes sin pastillas, si las aves y las flores, las montañas y el mar te siguen inspirando eres de lo más afortunado y deberías arrodillarte en la mañana y en la noche para darle gracias al Señor por mantenerte en forma. En cambio si eres joven pero ya tienes cansado el espíritu y estás a punto de convertirte en autómata, sería bueno que te atrevas a decir de tu jefe —en silencio, claro— “¡Al carajo con ese fulano, no es mi dueño!”. Si no te has quedado culiatornillado y si te sigue emocionando un buen trasero o un magnífico par de tetas, si todavía puedes enamorarte las veces que sea y si perdonas a tus padres por el delito de haberte traído al mundo, si te hace feliz no llegar a ningún lado y vivir al día, si puedes olvidar y perdonar y evitar volverte amargado, cascarrabias, resentido y cínico, hombre, ya vas de gane.



Lo que importa son las cosas pequeñas, no la fama ni el éxito o el dinero. La cima es muy estrecha, pero abajo hay muchos como tú que no se estorban ni se molestan. Ni por un instante se te ocurra que los genios viven felices; todo lo contrario, dan gracias por ser del montón. 


Henry Miller y su ultima esposa Hoki Tokuda

Si tuviste una buena trayectoria, como es de suponer que yo la tuve, los últimos años podrían ser los más infelices de tu vida (salvo que hayas aprendido a tragarte tus mentiras). El éxito, desde el punto de vista mundano, es la plaga del escritor que aún tiene algo que decir, pues cuando llega la época en que podría disfrutar un poquito del ocio, resulta que está más ocupado que nunca porque se ha vuelto víctima de admiradores y adeptos y de todos los que desean explotar su nombre. Aquí se enfrenta otro tipo de lucha: el problema consiste en mantenerse libre y hacer sólo lo que uno quiere. 


Henry Miller era un gran amante de las bicicletas

Con todo y una visión del mundo que es producto de una gran experiencia, con todo y una filosofía elaborada para la vida diaria, uno cae en la cuenta de que los tontos se vuelven más tontos y los pelmazos más pelmazos. De uno en uno la muerte se lleva a tus amigos o a los grandes hombres que reverenciabas; mientras más viejo, más pronto se te mueren. Al final te quedas solo y ves a tus hijos o a los hijos de tus hijos cometer los mismos errores absurdos, esos errores casi siempre lamentables que cometiste tú a su edad, y ni lo que digas ni nada de lo que hagas podrá evitarlo. Sin duda al observar a los jóvenes se termina por comprender lo idiota que uno mismo fue en su momento (y tal vez lo siga siendo).


Henry Miller y su biblioteca, noten al fondo la fotografía de Anaïs Nin

Hay algo que para mí se vuelve cada vez más claro: en lo fundamental la gente no cambia con los años. Salvo raras excepciones la gente no evoluciona ni se transforma: un roble sigue siendo un roble, un cerdo cerdo y un zopenco zopenco. Lejos de mejorar, el éxito por lo general acentúa las faltas o fracasos. No es raro que los tipos brillantes de la escuela en cierta medida dejen de serlo una vez que salen al mundo. Si en tu grupo te disgustaban ciertos chicos o si los despreciabas, después te parecerán peores convertidos en hombres de negocios, estadistas o generales de cinco estrellas. La vida nos obliga a aprender ciertas lecciones pero no necesariamente a crecer. Aquí entre nos, con dificultad cuento a una docena de individuos que logro aprender las lecciones de la vida; la gran mayoría no sabría ni su nombre si yo lo pronunciara. 


Henry Miller y Margaret Neiman 1942. Foto  Man ray

En cuanto al mundo en general, no sólo no lo veo mejor que cuando era yo un niño de ocho años sino mil veces peor. Un escritor famoso alguna vez lo resumió de este modo: “el pasado me parece horrible, el presente gris y desolado y el futuro totalmente espeluznante”. Por fortuna, no comparto este sombrío punto de vista. En primer lugar, no me interesa el futuro; en cuanto al pasado, bueno o malo, le he sacado el mayor partido; lo que me quede de futuro es producto de mi pasado. El futuro del mundo se lo dejo a los filósofos y visionarios. Lo único que tenemos todos es el presente, pero muy pocos lo vivimos alguna vez a plenitud. No soy pesimista ni optimista; para mí el mundo no es esto ni aquello sino todo al mismo tiempo y así será para cada quien en su propia medida. 


Henry Miller en París. 1969.Fotografía de C. Bavagnoli.

A los ochenta creo que soy una persona mucho más alegre que cuando tenía veinte o treinta años. Para nada querría ser adolescente otra vez: la juventud puede parecer gloriosa pero también duele sobrellevarla. Es más, lo que llamamos juventud no es tal, en mi opinión se trata más bien de algo así como una vejez prematura. 


Henry Miller en Big Sur


Con la maldición o la bendición de haber vivido una adolescencia eterna, alcancé cierta madurez pasados los treinta años, No fue sino hasta los cuarenta que comencé a sentirme joven en serio; para entonces ya estaba listo (Picasso dijo alguna vez: “uno comienza a volverse joven a los sesenta pero para entonces ya resulta demasiado tarde”). En esa época había perdido muchas ilusiones, pero por suerte mantenía el entusiasmo, la dicha de vivir y una curiosidad inagotable. Tal vez fue esa curiosidad —por todo y por cualquier cosa— lo que me convirtió en el escritor que soy. La curiosidad nunca me ha faltado y hasta el peor pelmazo me puede provocar interés (si aún tengo el ánimo de escuchar). 


Henry Miller y  Candice Thayer. Fotografía de  Bradley Smith. Tomada de la Revista Playboy correspondiente a Noviembre de 1971.
  

Con este atributo viene otro que valoro sobre todos los demás: el sentido del asombro. Sin importar qué tan limitado pueda volverse mi mundo, no me lo imagino sin mi capacidad de asombro; en cierto sentido creo que puedo definir esta capacidad como mi religión. No me pregunto de qué manera surgió la creación en que nos hallamos sumergidos, sólo la disfruto y la valoro. Rabiando por la condición de la vida y la forma en que la vivimos, ya dejé de creer que yo tengo el remedio. Quizá pueda modificar hasta cierto punto mi propia situación pero nunca la de los demás. Ni veo que nadie, en el pasado o el presente, por grande que fuera, haya podido realmente alterar la condition humaine


Henry Miller. Fotografía de  Arnold Newman. 1976

El mayor temor de la gente al pensar en la vejez es que será incapaz de hacer nuevos amigos, mas quien tuvo alguna vez la facultad de cultivar nuevas amistades, no la perderá por viejo que sea. En mi opinión, después del amor, la amistad es lo más valioso que nos ofrece la vida, Nunca he tenido problemas para hacer amigos; de hecho, a veces esa facilidad se ha convertido en un obstáculo. Dice el dicho: “dime con quién andas y te diré quién eres”, pero mucho he reflexionado yo qué tan cierto es esto. Toda la vida tuve amigos provenientes de mundos totalmente disímiles, tuve y sigo teniendo amistad con personas que no son nadie y debo confesar que se cuentan entre mis mejores amigos. He sido amigo de criminales y de ricos despreciables. Mis amigos me mantienen vivo, me han dado ánimo para proseguir y también, muchas veces, me han aburrido hasta las lágrimas. En lo único que insisto con todos mis amigos, sin importar su clase social o su condición, es que hablen con la verdad; si no puedo ser abierto y franco con un amigo, o él conmigo, no me interesa. 


Henry Miller y Candice Thayer. Fotografía de Bradley Smith. Tomada de la Revista Playboy correspondiente a Noviembre de 1971.



La capacidad de ser amigo de una mujer, en particular de la mujer a la que amas es, para mí, la mayor de las proezas. El amor y la amistad rara vez van de la mano. Es más fácil ser amigo de un hombre que de una mujer, sobre todo si es atractiva. En toda mi vida he conocido apenas unas cuantas parejas que son amigos además de amantes. 


Henry Miller y Brenda Venus, su última musa

Tal vez lo más alentador de envejecer con gracia sea la capacidad cada día mayor de no tomar las cosas demasiado en serio. Una de las grandes diferencias entre un sabio genuino y un predicador radica en la jovialidad: cuando el sabio ríe la risa sale de la panza; cuando se ríe el predicador (raras veces) le sale de la mejilla equivocada. Al hombre sabio de verdad —¡incluso al santo!— no le interesa la moral; está por encima y más allá de tales consideraciones, tiene un espíritu libre. 

 
Henry Miller y Lawrence Durrel. 1962

Con la edad mis ideales, que por lo general niego tener, se alteran en forma definitiva. La idea es vivir sin ideales, sin principios, sin ismos ni ideologías. Quiero sumergirme en el océano de la vida como un pez en el mar. De joven me interesaba enormemente el estado del mundo; hoy, aunque todavía pataleo y me enfurezco, me contento con sólo deplorar el estado de las cosas,. Puede sonar petulante hablar así pero en realidad significa que me he vuelto más humilde, más consciente de mis limitaciones y de las de mis semejantes. Ya no intento convertir a la gente a mi propia visión, ni sanarla, ni me siento superior porque no muestra gran inteligencia. Uno puede combatir el mal, pero contra la estupidez no existe arma posible. Creo que la condición ideal de la humanidad sería vivir en un estado de paz en el amor fraterno, pero debo confesar que no conozco forma alguna de producir tal condición. He aceptado el hecho, sumamente difícil, de que los seres humanos se inclinan a portarse de una forma que ruborizaría a los propios animales. Lo irónico, lo trágico, es que muchas veces nos comportamos de manera innoble en nombre de los que consideramos motivos sublimes. La bestia no se disculpa por matar a su presa; la bestia humana, en cambio, llega a invocar la bendición de Dios cuando masacra a su prójimo, olvida que Dios no está de su lado sino a su lado. 

 
Henry Miller y su cuidadora la modelo Twinka Thiebaud en 1975

Aunque sigo siento lector, cada día me abstengo de más libros, Mientras que en los años mozos buscaba en ellos instrucción y orientación, hoy leo sobre todo por placer. Ya no me tomo tan en serio ni los libros ni a los autores, en especial los libros de “Pensadores”. Hoy su lectura me parece letal y cuando en realidad emprendo la lectura de lo que se podría llamar u libro serio, busco más corroboración que ilustración. El arte puede ser terapéutico, como dijo Nietzsche, pero sólo de modo indirecto. Todos necesitamos estímulo e inspiración, pero éstos nos llegan por distintos caminos y casi siempre en una forma que escandalizaría a los moralistas. Cualquier camino que uno elija será como caminar en la cuerda floja. 

 
Pablo Casals


Tengo muy pocos amigos o conocidos de mi edad o de edad cercana. Aunque suelo sentirme incómodo en compañía de ancianos, me despiertan gran respeto y admiración dos hombres muy viejos que parecen eternamente jóvenes y creativos. Me refiero a Pablo Casals y a Pablo Picasso, ambos hoy de más de noventa años. Esos nonagenarios juveniles ponen en vergüenza a los jóvenes, a hombres y mujeres de mediana edad y clase media, decrépitos en verdad, cadáveres vivientes, por así decirlo, esclavos de sus cómodas rutinas que imaginan que el status quo ha de durar siempre, o que tienen tanto miedo de que sea otro el desenlace que se retiran a sus refugios mentales para esperar el fin. 


Portada de la primera edición de Trópico de Cáncer


Jamás he sido parte de ninguna organización religiosa, política ni de ninguna otra índole. Nunca en mi vida he votado; he sido anarquista filosófico desde mi adolescencia. Soy un exiliado voluntario que tiene hogar en todas partes salvo en su propia casa. De niño tuve muchos ídolos y hoy, a los ochenta, aún tengo algunos: la capacidad para admirar a otros —aunque no necesariamente implique hacer lo mismo que ellos— me parece de suma importancia; pero importa más tener un maestro, el punto es cómo y donde encontrarlo; casi siempre habita entre nosotros pero no lo reconocemos. Por otro lado he descubierto que tal vez uno pueda aprender más de un niño pequeño que de un maestro acreditado. 

 
William Blake en un retrato de 1807 de Thomas Phillips

Pienso que el Maestro (con mayúscula) tiene la misma calidad del sabio y el profeta. Es una pena no poder criar ese tipo de ejemplares. Lo que suele llamarse educación para mí es una tontería absoluta que impide el crecimiento. A pesar de todos los cataclismos sociales y políticos por los que pasamos, los métodos educativos aceptados en todo el mundo civilizado siguen siendo, al menos a mi modo de ver, arcaicos y estúpidos; sólo contribuyen a perpetuar los males que nos hacen inválidos. William Blake dijo: “Los tigres de la ira son más sabios que los caballos de la educación”. Yo no aprendí nada de valor en la escuela; dudo que pudiera pasar un examen de primaria en cualquier materia incluso hoy. Aprendí más de los idiotas y de los don nadie que de los profesores de esto y aquello. La vida es el maestro, no el Consejo de Educación, Por extraño que parezca, me inclino a coincidir con aquel miserable nazi que dijo: “Cuando escucho la palabra Kultur me dan ganas de empuñar mi revólver”. 


William Blake dijo: “Los tigres de la ira son más sabios que los caballos de la educación”
  

Nunca me han interesado los deportes organizados;: me importa un carajo quién rompe ese récord o aquél. Los héroes del béisbol, el fútbol y el básquetbol me son prácticamente desconocidos. Me disgustan los juegos de competencia: uno no debe jugar para ganar sino para disfrutar el juego, sea lo que sea. Prefiero jugar en vez de hacer ejercicios y hacerlo solo en vez de formar parte de un equipo. Nadar, andar en bicicleta, caminar en el bosque o jugar pong pong satisface toda mi necesidad de ejercicio. No creo en las lagartijas, ni en levantar pesas ni en el fisicoculturismo; no creo que haya que hacer músculos a menos que se utilicen para algún fin vital, Creo que las artes de autodefensa deberían enseñarse desde una edad temprana y utilizarse sólo como tales (y si la guerra es el orden del día para las generaciones futuras, entonces debemos dejar de mandar nuestros hijos al catecismo y mejor enseñarles a convertirse en asesinos profesionales). 


Nadar, andar en bicicleta, caminar en el bosque o jugar pong pong satisface toda mi necesidad de ejercicio


No creo en la alimentación sana ni en las dietas; lo más seguro es que no haya comido adecuadamente durante toda mi vida y estoy bien. Como para disfrutar mi comida; haga lo que haga, primero ha de ser para disfrutar. No creo en los exámenes médicos; si algo me falla prefiero no saberlo, pues sólo me preocuparía y agravaría mi mal. Con frecuencia la naturaleza se encarga de nuestras dolencias mejor que cualquier médico. No creo que exista receta médica alguna para una larga vida; además, ¿quién quiere vivir cien años?, ¿qué casi tendría? Una vida breve y alegre es mucho mejor que una larga vida sustentada por el miedo, la cautela y la perpetua vigilancia médica. Con todo y el progreso de la medicina aún tenemos todo un santoral de enfermedades incurables; las bacterias y microbios siempre parecen tener la última palabra. Cuando todo falla, el cirujano sale a escena, nos corta en pedazos y nos despoja hasta del último centavo, ¿es eso el progreso? 




Lo que le falta a nuestro mundo actual es grandeza, belleza, amor, compasión y libertad. Se fueron los días de los grandes hombres, los grandes líderes, los grandes pensadores. Para sustituirlos creamos un engendro de monstruos, asesinos, terroristas, que parecen inoculados de violencia, crueldad, hipocresía. Al citar lo nombres de las figuras ilustres del pasado, como Pericles, Sócrates, Dante, Abelardo, Leonardo da Vinci, Shakespeare, William Blake o aun el loco de Luis de Baviera, se olvida uno de que aun en tiempos más gloriosos hubo extrema pobreza, tiranía, crímenes inconfesables, horrores de guerra, malevolencia y traición. Siempre han existido el bien y el mal, la fealdad y la belleza, lo noble y lo innoble, la esperanza y la desesperación. Parece imposible que los contrarios dejen de coexistir en lo que llamamos mundo civilizado. 


Anais Nin
  
Si no podemos mejorar las condiciones en que vivimos podemos al menos ofrecer una salida inmediata y sin dolor, Hay una forma de escape mediante la eutanasia, ¿por qué no se le ofrece a los millones de miserables desahuciados que carecen de toda posibilidad de disfrutar siquiera una viuda de perros? No pedimos nacer, ¿por qué negársenos el privilegio de dejar el mundo cuando las cosas se vuelven insufribles]? ¿Debemos esperar a que la bomba atómica nos acabe a todos juntos? 




No me gusta terminar con una nota amarga. Como bien lo saben mis lectores, mi lema de toda la vida ha sido “siempre contento y siempre luminoso”. Tal vez por eso nunca me canso de citar a Rabelais: “para todos tus males te doy la risa”. Al mirar hacia el pasado, veo mi vida llena de momentos trágicos pero la contemplo más como una comedia que como una tragedia. Una de esas comedias en las que mientras te doblas de risa también sientes que se te quiebra el corazón. ¿Qué mejor comedia podrá haber? El hombre que se toma demasiado en serio no tiene salvación. 



La tragedia que vive la gran mayoría de los seres humanos es otro asunto: para ello no veo elemento de alivio alguno, Cuando hablo de una salida sin dolor para los millones de personas que sufren no hablo con cinismo o como quien no ve esperanza alguna para la humanidad. En sí, la vida no tiene nada de malo., es el océano en el que nadamos y se trata de adaptarse o hundirse, pero nuestra capacidad como seres humanos radica en no contaminar las aguas de la vida, no destruir el espíritu que nos infunde aliento. 



Lo más difícil para un individuo creativo es evitar el impulso de ver el mundo según su propia conveniencia y aceptar al prójimo por lo que es, malo o bueno o indiferente. Uno tiene que poner todo su esfuerzo aunque nunca resulte suficiente.

Finis






Henry Miller, Al cumplir ochenta, México, UNAM (Colección Pequeños Grandes Ensayos, n° 20), 2004.

Tomado de "El ojo en la paja"


Ahora podran disfrutar de Henry Miller - Asleep & Awake (Subtitulado)








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Entrada actualizada el 13/11/2022.






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Richard MontenegroPerteneció a la redacción de las revistas Nostromo y Ojos de perro azul; también fue parte de la plantilla de la revista universitaria de cultura Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo. Es colaborador del blog del Grupo Li Po: http://grupolipo.blogspot.com/. Es autor del libro 13 fábulas y otros relatos, publicado por la editorial El Perro y la Rana en 2007 y 2008; es coautor de Antología terrorista del Grupo Li Po publicada por la misma editorial en 2008 , en 2014 del ebook Mundos: Dos años de Ficción Científica y en 2015 del ebook Tres años caminando juntos ambos libros editados por el Portal Ficción Científica. Sus crónicas y relatos han aparecido en publicaciones periódicas venezolanas tales como: el semanario Tiempo Universitario de la Universidad de Carabobo, la revista Letra Inversa del diario Notitarde, El Venezolano, Diario de Guayana y en el diario Ultimas Noticias Gran Valencia; en las revistas electrónicas hispanas Alfa Eridiani, Valinor y Gibralfaro, Revista de Creación Literaria y de Humanidades de la Universidad de Málaga y en portales o páginas web como la española Ficción Científica, la venezolana-argentina Escribarte y la colombiana Cosmocápsula.


22/06/2024

3 comentarios:

  1. Excelente, Miller es Miller y siempre será Miller........amen, felicitaciones, excelente recopilación................gracias

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  2. Muy cierto Rolando Peña, Miller siempre será Miller. Gracias por dejar tu comentario. :)

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  3. Ayer descubri el blog, excelente....
    En el video de Miller, hace mencion a una carta de la esposa de el general Nogui. Es posible conocerla, ?
    gracias
    fernando

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