Estimados Liponautas
Hoy tenemos el agrado de hacerles llegar otra entrevista que nuestro amigo Rafael Simón Hurtado le realizó al cuatrista venezolano Leonardo Lozano.
Deseamos disfruten de la entrada.
Hoy tenemos el agrado de hacerles llegar otra entrevista que nuestro amigo Rafael Simón Hurtado le realizó al cuatrista venezolano Leonardo Lozano.
Deseamos disfruten de la entrada.
*******
Leonardo
Lozano: “Deseo llevar el alba histórica de la música académica a
mis contemporáneos en manos de su instrumento nacional”
Rafael Simón
Hurtado
Leonardo Lozano (1966) es, según lo expresado por el maestro Alirio Díaz, “un personaje iluminado por el genio de la música”, la que llegó a su vida, a nuestro parecer, mediante tres descubrimientos. Una primera revelación tuvo que ver con el hallazgo de la música como opción existencial; una segunda develación fue su encuentro con el cuatro como instrumento, y una tercera manifestación se materializó a través en las infinitas posibilidades musicales del cuatro.
-“El
cuatro, dice Leonardo Lozano, era mi instrumento perfecto para narrar
la historia del nacimiento del ámbito cortesano en el género de las
guitarras, y esa narración había que dársela también al público
venezolano. Por eso escogí el cuatro para contar esa parte de
nuestra historia, el período durante el cual España hizo contacto
primigenio con nuestras tierras”.
Leonardo Lozano. Imagen tomada por José Antonio Rosales |
-“Soy
el menor de cuatro hijos. La menor de mis hermanas tiene siete años
más que yo, de manera que cuando tenía seis o siete años, mis
hermanos ya andaban por el mundo musical. Algunas amistades de
nuestra familia, vinculadas con la música popular, tocaban el piano
y la guitarra, y como un piano no es un instrumento frecuente en las
casas valencianas, en mi casa, en donde había uno, teníamos el
privilegio de las visitas musicales de estos amigos. La presencia de
ese piano fue enriquecedora para mi niñez. Cuando llegaban visitas,
como las del músico Carlos Bellón o Laura Casasola, -quien
fue con los años concertista de piano-, se
producían momentos especiales, porque, músico como era sin saberlo,
la música me alborotaba la sangre. El sonido del piano era un
jolgorio en el alma”.
-“La
riqueza más grande en mi niñez fue la presencia en mi casa de los
músicos populares. Fueron los que realmente pusieron el sabor, el
condimento. Ellos iban no para ganarse la vida, sino para darle vida
a la casa. Ese tipo de música, realizada con intenciones tan puras,
fue lo que me atrajo. El repertorio, era el de música venezolana,
pero además, a través de una amiga de mi hermana, Laura Casasola,
también se interpretaba un repertorio de música clásica y
romántica”.
-“Cuando
estaba pequeño, quise estudiar piano, pero las cátedras estaban
copadas en la escuela de música de Valencia. Y el otro instrumento
que quería tocar era el cuatro, pero no se estudiaba académicamente.
Un instrumento que yo quería, no se impartía en la escuela de
música, y el otro tenía tanta demanda que la matrícula ya estaba
copada. Me ofrecieron otras cátedras que no estaban dentro de mis
gustos, por lo que no acepté estudiar ninguna”.
Leonardo Lozano. Imagen tomada por José Antonio Rosales |
Para Leonardo, como
niño, no había prejuicios. El niño que era simplemente contemplaba
dos instrumentos sonoros, dos medios de producción musical.
-“Un
niño, -dice-, no
está al punto de saber si un instrumento tiene un repertorio. Si
Chopin o Bach escribieron para piano y no para cuatro. Sencillamente
el niño se acerca a la música por el contenido cándido que hay en
ella, por su sonido”.
-“Mis
amigos de infancia me acompañaron en la música. La misma tolerancia
que me tuvieron ellos en la práctica del deporte, se las tuve yo a
ellos en el campo musical, porque así como yo era un torpe
deportista, ellos no siempre fueron unos buenos ejecutantes, aunque
eran estudiantes de la práctica musical, pero no en el sentido
académico. Esa amistad me sirvió en mi crecimiento musical”.
Leonardo Lozano. Imagen tomada por José Antonio Rosales |
Leonardo tuvo un
maestro de cuatro, en una relación definitiva para su vida que duró
tres años.
-“Fue
mi único maestro de cuatro, durante dos años, y el primero en
guitarra popular, durante un año. Se trataba del profesor Abundio
López. Él no era músico académico, pero era un hombre muy
inteligente. Sabía cómo adiestrar musicalmente a un niño, desde el
punto de vista armónico, melódico y rítmico. Poesía un olfato
pedagógico especial. Era un superdotado de la pedagogía, pero
silvestre en su formación académica. Con él descubrí las
posibilidades del instrumento. Haber escuchado en sus manos la
ejecución del cuatro, que ya había oído en el rasgueo de los niños
de la escuela, me deslumbró. Teniendo a mis padres por testigos, y
en presencia de aquél músico virtuoso, me propuse llegar al mayor
grado de dominio posible del instrumento”.
Cuenta Leonardo que
desde el punto de vista de Abundio López, el músico tenía que
hacer música, en lugar de leerla.
-“Esto
para mí fue una revelación, porque me hizo un hacedor de música y
no solamente un lector de ella. Y he hecho las dos cosas, y las he
hecho de forma natural. Pero en el cuatro hay una obligación aunada
al disfrute; pues en el cuatro existe la necesidad de hacer un
repertorio que le vaya dando solidez al instrumento, como la tiene la
parte folclórica y la popular, con el aporte académico de un
repertorio escrito que lo enriquezca”.
Para Leonardo el
recuerdo de este maestro ha crecido en él en la medida en que el
tiempo ha pasado, “porque fue un hombre fiel a su carácter
desprendido, dando su música y su tiempo”, dice.
Leonardo Lozano. Imagen tomada por José Antonio Rosales |
El cuatro:
instrumento de enseñanza académica
Leonardo Lozano
piensa que al cuatro se le ha hecho un instrumento emblemático,
basado en una usanza popular y folclórica, y no en una usanza
solística.
-“Ese
uso folclórico, expresa, nos da un dominio básico, sencillo, del
instrumento. Es un acompañante armónico-rítmico, y esto desde el
punto de vista académico tiene un valor muy grande, pero la
frecuencia de uso en el ámbito folclórico y en el ámbito popular
no necesariamente significa que académicamente el instrumento tenga
un crecimiento, una presencia sólida. En comparación con otros
instrumentos que vinieron desde Europa con un repertorio, el cuatro
académicamente estaba en desventaja. Sin embargo, y aunque sigue
siendo el instrumento típicamente nacional, el cuatro ha alcanzado
reconocimientos académicos, gracias a los logros de muchos
instrumentistas, en virtud de lo cual uno puede hablar del cuatro
como instrumento de enseñanza académica. En este sentido, comienza
a haber escuela y alumnos en constante crecimiento”.
Leonardo Lozano es
el creador de la primera cátedra académica de cuatro solista, tanto
en el Conservatorio Nacional de Música “Juan José Landaeta”,
como en la Escuela de Música “Manuel Alberto López”, por lo que
podemos afirmar que es, en el país, el fundador de esta cátedra.
Ángel Sauce |
En
el Conservatorio Nacional de Música “Juan José Landaeta”, por
iniciativa de la directora Ada Elena de Sauce, se creó la cátedra
de cuatro solista a cargo de Leonardo Lozano. Ya el anterior
director, Ángel Sauce, un discípulo de Vicente Emilio Sojo, -cuando
Lozano era un estudiante de guitarra clásica-,
había reconocido en la ejecución que Leonardo hacía del
instrumento, a la guitarra tenor, es decir, la ejecución de un
instrumento solista, a la par de la guitarra, pero en un registro
agudo.
-“Con
este hecho el maestro Sauce abrió las puertas de mi mente, recuerda
Leonardo”.
Vicente Emilio Sojo |
En este sentido, se
puede decir que Lozano es el primer músico conocido en el mundo que
ha grabado melodías del renacimiento europeo en cuatro venezolano. Y
aunque Freddy Reina ya había ejecutado antes este tipo de música,
no dejó grabaciones. La relación con este repertorio, afirma
Leonardo, le viene por herencia.
Freddy Reina |
-“Los
antecesores congéneres del cuatro y el primer contacto que tiene
España con Venezuela y con el nuevo mundo, se dan, precisamente,
durante el período histórico conocido como Renacimiento, en 1492, a
finales del siglo XV. El siglo siguiente, XVI, es un período
importante para los instrumentos de la península ibérica, uno de
ellos se llamó la vihuela que tuvo en ese siglo sus principales
cultores. En España, durante este tiempo, se hicieron unos siete
métodos para este instrumento, que hoy en día constituyen una parte
importante de la literatura guitarrística clásica. Estas
interpretaciones, en todo caso, no fueron otra cosa que la cúspide
interpretativa de este instrumento que, a nivel folclórico y
popular, tenía una gran difusión. Tal cual como ocurre hoy con el
cuatro venezolano”.
Otro
instrumento, antecesor del cuatro y presente también en esta época,
revela Leonardo, es la guitarra, pero no la guitarra española
conocida hoy día, sino un instrumento pequeño de cuatro órdenes de
cuerdas que contaba entre sus afinaciones una muy parecida a la que
usó Freddy Reina para el cuatro venezolano: Sol, Do,
Mi, La, lo que él llamaba no Cambur
pintón, sino Cambur
tonpín, porque la última nota era la
más aguda. Freddy Reina se da cuenta de que esta afinación tenía
una semejanza interválica que la equiparaba con la afinación de la
guitarra renacentista, y para esta guitarra renacentista, existió,
entre 1546 y 1554, un importante repertorio en el ámbito cortesano,
que es el equivalente al ámbito académico hoy.
-“Luego
de este descubrimiento, me conquistó la idea de utilizar un
instrumento folclórico nuestro, para llevar el alba histórica de la
música académica a mis contemporáneos en manos de su instrumento
nacional. El primer contacto que tuve con la música del
Renacimiento fue con la guitarra, y de allí mi interés también en
este instrumento. Las armonías del período
renacentista cautivaron mis sentidos. De lo cortesano me atrajo su
elegancia, la perfección en los detalles, la ornamentación, la
pureza del sonido, la estructura interválica, cuya preferencia hacia
el uso de quintas, octavas y cuartas, le confieren a la música
renacentista un carácter cristalino, prístino, traslúcido, que
tuvo su mayor altura, sin duda alguna, en la época del
Renacimiento”.
Una interpretación del Maestro Freddy Reyna
-“Todo esto me
llevó a romper las fronteras paradigmáticas que acostumbraba a usar
el instrumento en nuestra música. A nivel del público he recibido
aceptación, y como artista he logrado el desarrollo musical del
instrumento, para satisfacer, al final, a los amantes del cuatro y a
los amantes de su nacionalidad. Esta vía nos abrió a todos las
puertas hacia un vecino histórico nuestro. Y el emisario para ver
ese pasado hermoso, es, precisamente, el cuatro. Un emisario a quien
sé que mis contemporáneos no le iban a cerrar las puertas”.
Leonardo Lozano:
un virtuoso del cuatro
En 1995 grabó el CD
“Un Cuatro Peregrino”, el cual contiene obras originales del
Renacimiento francés y español, así como composiciones y
armonizaciones suyas sobre música latinoamericana y venezolana. En
abril del 2000 estrenó su “Passacaglia”, escrita para cuatro y
orquesta sinfónica, acompañado por la Orquesta Sinfónica Municipal
“Ciudad de Valencia”, dirigida por el maestro Jorge Castillo, y
el mismo año compuso y estrenó la música incidental para la obra
de teatro “El Caballero de Pogolotti”, del autor cubano Héctor
Quintero, llevada a escena por la compañía teatral “La Gruta”,
bajo la dirección de Lourdes Fernández.
Pajarillo por Leonardo Lozano
En
1995 hizo dúo de cámara junto a la
pianista Coromoto Ramírez, a cuyo efecto ha compuesto las primeras
obras de cámara escritas para este tipo de agrupación.
Fue profesor de las
cátedras de cuatro solista y guitarra clásica en la Escuela de
Música “Manuel Alberto López” (antes llamada “Olga López”),
y actualmente es asesor de dicha cátedra.
El Diablo Suelto. Interpretado por Alirio Díaz y Leonardo Lozano
Regenta las cátedras
de Cuatro Solista de la Escuela “Lino Gallardo” y el
Conservatorio Nacional “Juan José Landaeta”.
Como intérprete
de sus instrumentos se ha presentado en casi todos los estados de
Venezuela así como en Ecuador, Chile, Estados Unidos, Austria,
Italia y Alemania. Grabó un CD de música
renacentista de Italia, Francia y España, interpretada en cuatro
venezolano que se vendió en Japón. Fue
profesor de Guitarra Clásica de la Dirección de Cultura de la
Universidad de Carabobo y profesor de Historia Comparada de las Artes
en la Escuela de Teatro “Ramón Zapata” de la ciudad de Valencia.
En febrero de 2003 ingresó como profesor de guitarra clásica de la
Escuela de Música “Sebastián Echeverría Lozano” de la misma
ciudad. Junto a Coromoto Ramírez, grabó un trabajo discográfico de
música originalmente escrita para piano y cuatro solista. Leonardo
Lozano es un valor valenciano, cuya presencia se impone cada día a
través de la fuerza de sus presentaciones.
Fuente: Semanario Tiempo Universitario de la Universidad de Carabobo, sección: Muestras sin retoques. Rafael Simón Hurtado.
*******
Rafael Simón Hurtado. " Al fondo la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá en Maracaibo. Estado Zulia |
Rafael Simón Hurtado
Escritor y periodista venezolano. Licenciado en comunicación social egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta (Maracaibo,
Zulia). Ha obtenido el Premio Municipal de Literatura Ciudad de
Valencia (años 1990 y 1992), el Premio Nacional de Periodismo Científico
(2008), el Premio de Periodismo “Jesús Moreno” (Universidad de Carabobo, 2009) y el Premio Nacional de Literatura “Rafael María Baralt" (2016). Ha publicado el libro de cuentos Todo el tiempo en la memoria y las crónicas literarias “Leyendas a pie de imagen, croquis para una ciudad”. Fue editor-director de la revista cultural Laberinto de Papel y de las publicaciones de divulgación científica Saberes Compartidos y A Ciencia Cierta, todas de la Universidad de Carabobo.
Ficha tomada de Letralia.
Enlaces relacionados:
José Antonio Abreu: “Educación artística se afirma como eminente derecho social de nuestros pueblos”
Actualizada el 29/10/2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario