Estimados Liponautas
Hoy compartimos con ustedes una entrevista hecha por el poeta José Pulido al escritor Rafael Arráiz Lucca en el año 2004. Colocamos como título su valoración política debido a un comentario que Arráiz publicó en su columna Un día dijo, columna de opinión semanal en el diario El Nacional, domingo 28 de febrero de 2010:
“Bienvenido Henri Falcón a las filas de millones de venezolanos que luchamos por la Democracia y la Libertad. Ciudadanos que queremos vivir bajo el imperio de la Ley y las Instituciones, y convivir en paz con quienes piensan distinto a nosotros. Demócratas, pues”.
Su valoración del aporte social de Chávez a la sociedad venezolana y el comentario anteriormente mostrado solo muestran su profunda desconexión del entorno nacional.
Una demostración más de las limitaciones de la actual intelectualidad venezolana.
Disfruten de la entrevista
Atentamente
La Gerencia
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Rafael Arráiz Lucca: Chávez ha traído un despertar de la sociedad civil y de la conciencia política de los venezolanos
Una entrevista de José Pulido
José Pulido
3 de agosto de 2021
·
Una entrevista del año 2004, con el poeta Rafael Arráiz Lucca, que hoy repito para quienes no la hayan leído. El dibujo es obra del artista Oscar Sjöstrand
LA POLÍTICA ES URBANA
El café finge estar al aire libre, pero forma parte de un centro comercial. En una librería vecina están presentando un nuevo libro. En el ambiente flotan caras conocidas, como planetas trazando sus órbitas. Hay una cola irregular frente a la taquilla del cine. Al fondo, en una insólita penumbra, seguramente premeditada por el arquitecto, un hombre se inclina para recoger con su escobilla unas cotufas disidentes que huyen sobre el mármol oscuro.
Varias personas se acercan a la mesa y saludan a Rafael Arráiz Lucca, pero cortan sus comentarios cuando ven el grabador encendido.
El poeta Rafael Arráiz Lucca le escribe a la ciudad desde que tiene uso de razón. No la mira con pesimismo: es uno de sus juglares más amorosos. Le ha servido a la ciudad como docente, articulista, presidiendo Monte Ávila hace unos años; como promotor cultural y editor. Pero por encima de cualquier circunstancia, Arráiz Lucca ha vivido para pensar la ciudad, sentirla y describirla.
Pese al desmejoramiento de las condiciones sociales y económicas, por eso que llaman “la crisis”, el poeta Arráiz Lucca ha creado, junto con otras personas, la Fundación Para la Cultura Urbana, que ya está cumpliendo tres años de existencia. De esa fundación surgen libros, discos, exposiciones de fotografía urbana, conferencias y se promueven todos los temas que tienen que ver con la arquitectura.
—Siempre estamos atentos a los fenómenos de la cultura urbana, que es un paraguas muy amplio de trabajo —dice Arráiz Lucca—. Esta es una fundación que se consolida, que encontró un nicho en la cultura urbana, que dicho sea de paso, es el futuro.
Sostiene que en este momento el 86,4 por ciento de los venezolanos vive en ciudades y apenas el 13,4 habita en el campo, “De modo que el fenómeno de la ciudad es el fenómeno político por excelencia del futuro planetario: a la vuelta de diez, o quince años, cerca del noventa por ciento de los habitantes del planeta, ocupará las ciudades”.
—Pero van a necesitar que alguien haga de agricultor…
—Con el desarrollo de la tecnología, para cultivar el campo no se requiere mucha gente: usando tecnología más avanzada, un alemán con su hijo es capaz de cultivar diez hectáreas con altísimos niveles de rentabilidad. La mayoría de las personas va a vivir en las ciudades, el campo va estar solitario con la gente que lo cultiva y las máquinas que ayudan en ese trabajo. Esa es la tendencia del mundo. Pero la cultura urbana es la cultura política, porque la política nació en la ciudad.
—Para un poeta como usted, que siempre ha mantenido una presencia en los periódicos, ¿Qué significado ha tenido esta etapa de la vida política nacional?
—Para el trabajo personal, introspectivo, ha sido una etapa muy buena. Ha sido también una oportunidad para el estudio, para la vida introspectiva, para la lectura, para repensar una cantidad de cosas que teníamos como dadas y que no estaban dadas. Ha sido una oportunidad para construir empresas particulares, asociaciones de gente que reciben el apoyo de los demás y que funcionan insertadas en la sociedad, desde las tramas de las empresas particulares, de las empresas privadas.
—No hay mal que por bien no venga…
—Borges decía que la felicidad y el bienestar no eran convenientes para la creación, que la creación surgía de situaciones conflictivas, de situaciones más difíciles, incluso dolorosas. Yo creo que en cierto sentido es verdad: no siempre el bienestar y la prosperidad son buenas compañeras de la creación literaria o de la creación artística en general.
—¿Usted cree que la democracia venezolana es como un sueño que no se realiza?
—Cuando miras la historia venezolana desde 1811 al 2004 te encuentras con que en esos casi doscientos años, tienes apenas 44 años de gobiernos democráticos y civiles y tienes casi 160 años de gobiernos militares. Cuando te enteras de que el primer presidente electo por la voluntad de la gente fue Rómulo Gallegos en 1947, te das cuenta que el ensayo democrático es muy reciente y que lucha contra una tradición autoritaria, caudillista, militarista, de muchos años. Más bien diría lo contrario: lo que ha logrado la democracia en tan poco tiempo es asombroso.
—Este gobierno ¿es demócrata?
—Este gobierno hasta ahora ha respetado las reglas del juego democrático. El gobierno llegó por vía electoral al poder, probablemente para desgracia del presidente Chávez, pero llegó por el juego democrático. Las fuerzas chavistas propusieron una reforma a la Constitución, y consideraron un instrumento democrático que no existía en la Constitución del 61, que es el referendo revocatorio. Y estamos a la puerta de que el presidente Chávez, por la vía democrática, salga del poder.
Ahora, el espíritu autoritario del presidente Chávez es evidente: una persona que se expresa de esa manera, que insulta de esa manera, que ha despreciado a un sector importante de los venezolanos de esa manera, no muestra el espíritu de un demócrata.
—Qué es lo que considera más negativo y lo más positivo que ha hecho el presidente Chávez?
—Lo más positivo es que ha traído como consecuencia un sacudimiento de la sociedad venezolana, un despertar de la sociedad civil, de la conciencia política de los venezolanos. Me parece muy negativo el proyecto que él ha tenido de destruir la democracia representativa, de instaurar una democracia directa y de hipertrofiar el papel del Estado en la sociedad. Ambas cosas ya se intentaron en Venezuela y fracasaron. En cierto sentido el reto político del presidente Chávez no se diferencia demasiado de lo que hizo Carlos Andrés Pérez en su primer gobierno, que fue atribuirle al Estado el papel principal, omnímodo de la vida sociopolítica y económica nacional. Era un Estado empresario, que fabricaba tornillos, autobuses, y cuanto Dios creó. Ese sueño del Estado centralizado, es también el sueño del presidente Chávez…
—Sus artículos de ahora son menos políticos y abordan más los aspectos culturales…
—Sí, porque llega un momento en que la vida venezolana no puede reducirse a discutir con el gobierno ni con Chávez, eso es un empobrecimiento del ambiente. La vida está llena de muchas otras cosas, de libros, de viajes, de encuentros con personas, de museos, millones de cosas que te llenan la vida, infinitamente más fértiles y más gratas que el territorio de la política.
—Usted fue presidente de la editorial Monte Ávila durante cinco años ¿Cuál es el problema fundamental de esa empresa?
—Monte Ávila no tiene recursos para funcionar eficientemente y ha venido arrastrando una estructura de personal, muy grande, para los recursos que tiene. Los recursos se le van en el sostenimiento de personal y no en la producción de libros. Como pasa con muchísimas instituciones. Ahí hay que hacer dos cosas: o el Estado decide otorgarle más recursos para hacer más libros o decide reducir el tamaño de la empresa, para que se adapte a las nuevas realidades económicas del sector cultura; pero tal como está no va a funcionar, no van a poder sacar más de diez títulos al año. No tiene sentido tener cerca de cincuenta empleados para publicar diez títulos al año.
—¿Cuántos libros editó usted cuando dirigió esa editorial?
—Mi promedio fue de 100 libros en 1990; 145 en 1991; 146 en 1992; en 1993 se bajó a 120 libros. Me retiré en 1994. Íbamos a todas las ferias de libros del mundo de habla hispana y logramos recolocar el sello en los anaqueles internacionales. Esas son cosas que se pueden hacer, pero hay que contar con respaldo financiero y político para poder hacerlo. Yo conté con el respaldo del ministro Abreu y pude realizar un buen trabajo allí.
—¿Los intelectuales participan en la vida política?
—Muchos intelectuales participan en la vida política del país. Aquí ha florecido la vida intelectual. Me imagino que la gente se refiere a que los intelectuales no tienen actividad política partidista… pero esa no es la vida de los intelectuales. Los intelectuales están para dar clases, para escribir, para leer, para estudiar y para hacer productos intelectuales como libros, conciertos…
—¿Qué es ser cosmopolita?
—Ser cosmopolita es entender que el mundo es muy pequeñito, que está cada vez más interconectado, que lo que ocurre en cualquier lugar del mundo se conoce de inmediato, a través de los medios de comunicación. Es tener una visión de los fenómenos más integrados internacionalmente. Es comprender que lo que está pasando aquí tiene vinculación en otras partes. Es poseer una visión más vinculada con la idea de la familia humana. La civilización avanza hacia allá.
—¿Van a desaparecer las fronteras?
—A la larga sí. Y dentro de unos cuantos años el hombre va a emigrar de la Tierra, va a crear colonias fuera del planeta, va avanzar muchísimo la medicina genética. El hombre vivirá muchos años: la expectativa de vida va a pasar de los 150 años.
—¿Quiere vivir 150 años?
—Yo quisiera vivir quinientos años. Imagínate todo lo que tengo que hacer, todo lo que tengo por estudiar. Lo que no tengo es tiempo. Estoy ansioso de que esa medicina avance a ver si vivo muchos más años.
—¿Cree que eso se hará realidad?
—Yo creo en la ciencia médica. Yo creo en lo que ya pasa en Alemania, en Estados Unidos, de acuerdo a la medicina genética: te hacen un cuadro del cuerpo humano y saben de que te vas a enfermar. Y realizan medicina preventiva… en el momento que te llega la enfermedad de tal órgano te pueden clonar ese órgano y te lo ponen nuevo y te alargan la vida y te la van alargando… te la van alargando.
José Pulido. Fotografía de Gabriela Pulido Simne |
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