jueves, 22 de octubre de 2015

El fotógrafo Yuri Valecillo y el teatro de la calle






Estimados Amigos

Hoy tenemos el gusto de compartir con ustedes este acercamiento que hace el escritor valenciano Rafael Simón Hurtado al fotografo, también nativo de Valencia, la de Venezuela, Yuri Valecillo.

Deseamos disfruten de la entrada.




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Rafael Simón Hurtado



¿Qué es lo que retrata Yuri Valecillo? Si afirmara que en la fotografía de Yuri Valecillo se halla en la base de una sensibilidad social y teatral, quizás no dijera nada nuevo. El escritor Carlos Yusti, en Prontuario urbano, introduce una muestra fotográfica del Maestro Valecillo, calificando a la ciudad “como un gran tinglado teatral en el cual se escenifica a diario un drama, una comedia”.




Me corresponde ratificar esta afirmación, pero me gustaría agregar que las fotografías de Yuri Valecillo son depositarias de una estética que tiende puentes entre la representación de la realidad y una experiencia de lo irreal. 




A través de lo que hemos llamado sentido teatral, -a veces con énfasis melodramático o en tono de humor-, se muestra la crónica de una ciudad que, desesperanzada por la injusticia, desalentada por la miseria, o, por el contrario, animada de lucha por la supervivencia, se nos aparece en toda su extrañeza, pero con la capacidad de revivir un espacio que queda justo entre lo verdadero y lo imaginario. 



Los encuadres crean, mediante una prodigiosa sensación de verdad, fragmentos cuyo sentido sólo pueden desprenderse gracias a los hechos con los que nuestra mente es capaz de establecer relaciones. Aunque las imágenes nos resultan familiares, pareciera que las estuviésemos descubriendo por primera vez con todos sus mecanismos, con un repertorio cuya rara virtud es capacitar al espectador para traspasar los umbrales de la realidad. 




Así, aparecen en escena mendigos acostados en las aceras que disienten de la ostentación de las vidrieras; vendedoras ambulantes que lucen pulseras y brazaletes en brazos artificiales; o pasos que dejan tras de sí las huellas de 43 desaparecidos trasmutados en rastros de leopardos.


Es como si la vida cobrara sentido en la vocación original de una fotografía que rescata el momento mágico en el que los espectadores se sorprenden al ver la imagen. Las escenas reúnen una particular densidad de decorado y de seres humanos, en las que se describen las acciones sin disociarla de su contexto material y sin disimular la singularidad humana de la que están hechas. Sus historias, que versan sobre lo habitual, lo cotidiano, lo rutinario, son cargadas intencionadamente de una mirada insólita y extravagante.



Vemos cómo obreros montados sobre andamios recrean funambulistas que hacen maromas ante una audiencia urbana; cómo la cotidiana imagen de una madre que pasea a su hija en un cochecito, es sorprendida por la taza de un retrete en donde se evacúan, quizás, los desperdicios de la ciudad; y desconcierta el atavío militar de una mujer que ostenta, como parte de su indumentaria, una pala y un saco de cráneos humanos. 

Paolo Gasparini


Hay un compromiso por mostrar el sufrimiento, pero también la fiesta de sus coetáneos, concediéndole a todo el que pasa a su lado un lugar de privilegio en su fotografía. 

Yuri Valecillo y Paolo Gasparini




Y en esa muestra de propósito personal, se pone en evidencia el carácter itinerante del fotógrafo que acompaña el constante desplazamiento de sus personajes, recorriendo con ellos las mismas calles, registrando los mismos ambientes e interesándose, con sinceridad, por sus asuntos privados, como un peregrino más. 




Todo pasa por el tamiz de la sensibilidad propia de la poesía. Con ella les ofrece a los hombres y mujeres congelados en sus imágenes, que poco o nada pueden hacer frente a los males y las injusticias que les acechan, una oportunidad para la redención. 



El fin último del Maestro Valecillo, -creo-, es poner el mayor esfuerzo en encontrar, a través de la imagen, una ilusión, una esperanza, una luz que alumbre el panorama sombrío de la ciudad.




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Rafael Simón Hurtado

Escritor y periodista venezolano. Licenciado en comunicación social egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta (Maracaibo, Zulia). Ha obtenido el Premio Municipal de Literatura Ciudad de Valencia (años 1990 y 1992), el Premio Nacional de Periodismo Científico (2008) y el Premio de Periodismo “Jesús Moreno” (Universidad de Carabobo, 2009). Ha publicado el libro de cuentos Todo el tiempo en la memoria. Es editor-director de la revista cultural Laberinto de Papel y de las publicaciones de divulgación científica Saberes Compartidos y A Ciencia Cierta, todas de la Universidad de Carabobo. 

Ficha tomada de Letralia.

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Yuri Valecillo



(Valencia, 1961).  Fotógrafo urbano y retratista. Reportero gráfico. Promotor cultural. Estudios en París, Francia. Reside en Ciudad de México. Ha realizado exposiciones fotográficas individuales en Venezuela y otros países. Se ha desempeñado como asesor de imagen para organismos estatales nacionales. Entre sus exhibiciones fotográficas destacan Cubarde,  Punto Rojo (2007),  Re/misiones (2009, con poemas de Mario Guzmán) y  Divino y Profano (2010). Ha dictado cursos de fotografía en la UNAM, México. Es director  y editor de Genio y figura, impreso dedicado a la fotografía y la poesía. En Valencia fue colaborador de  Rostro y poesía (Poetas de la Universidad de Carabobo, 1996) y de las revistas  Auditorio y Predios.



Tomado de Arte literal

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