domingo, 24 de noviembre de 2024

El Grupo Uno, una pandilla desbordada de fotógrafos valencianos.


(Leonardo Rojas, Alberto Ochoa, Carmen Labarca, Walter Smitter, Rubén Bruno, Wilson Prada, Manuel Arminotti / Hernández Aguilera, 1988)


Analogón


Carabobo ha sido y es una cuna cultural. 




Luis Cabrera

16 de junio de 2021

12:30 pm

Por: Luis Cabrera / @salteveneno



Carabobo ha sido y es una cuna cultural. Todas las disciplinas artísticas han encontrado exponentes de alto calibre en esta entidad, sobre todo, en su capital Valencia. La fotografía no ha sido la excepción.



En el año 1986, un grupo de fotógrafos decidió reunirse para conformar un movimiento que tenía como principal objetivo realizar exposiciones y charlas sobre fotografía. En este grupo coincidieron autores con experiencia y otros que para ese entonces estaban dando sus primeros pasos en este oficio. Su punto de coincidencia fue buscar una identidad en la expresión artística a través de la cámara. Así nació el Grupo Uno.


La primera actividad que los reunió fue una exposición en el Colegio de Abogados, donde participaron: Manuel Arminotti, Rasim Begovich, José Bruno, Rodolfo Castrillo, José Connolly, María Eugenia Chacín, Nelson Chalbaud, José D’Antico, Guillermo D’Auf Maur, Adolfo Estopiñán, Edgar González, Virgilio González, Ricardo Iglesias, Roberto Mata, Pedro Pacheco, Alejandro Robles(+) , Leonardo Rojas, Walter Smitter, Nordis Velásquez, Anaxímenes Vera y José Voglar.


Más tarde se incorporaron Alberto Ochoa y Carlos Fuguet, entre otros, consolidando actividades dentro y fuera de Valencia, compartiendo experiencias con el Grupo Diafragma, conformado por autores de Maracay como Wilson Prada.


El Grupo Uno marcó un precedente en la historia cultural de la ciudad. Por primera vez un grupo de fotógrafos asumió las riendas de esta disciplina y ocupó espacios originalmente dedicados a otras expresiones artísticas, para abrirle paso a la fotografía dándole rango y valor cultural.


Múltiples son las variables que atentaron en contra de la continuidad de este proyecto, pero el camino que abrieron no se perdió en el tiempo. Hace 35 años que la fotografía en Valencia se manifestó con ahínco dando inicio a un movimiento que le abrió las puertas a muchos otros autores en el resto del país.


Si bien es cierto que estos y esos tiempos muy diferentes entre sí, debemos rescatar las coincidencias como: La ausencia de espacios que organicen actividades sobre fotografía, por lo que la responsabilidad recae en los mismos fotógrafos; la necesidad de generar espacios para la discusión, reflexión y promoción de los trabajos fotográficos a través de la autogestión y alianzas estratégicas de entes y empresas interesadas en el arte.


Existe además una necesidad indeleble de agruparse para poder darle forma a proyectos de esta índole, de confrontación frente al hecho fotográfico, que permita el crecimiento profesional de quienes se incorporen, abriendo oportunidades de intercambios y actividades con fotógrafos de otras ciudades o países.


Ejemplos más recientes surgidos en Valencia son Prisma GIF (Instagram: @prismagif) y Sin Permiso (Intagram: @sinpermiso_foto), quienes desde lo presencial y lo virtual han volcado sus esfuerzos en generar espacios para la fotografía, y gracias a las herramientas comunicacionales, esto ha tenido eco en otros países latinoamericanos.


La historia de la fotografía contemporánea de Valencia se sigue escribiendo. Hay mucho por hacer: Conversatorios, ensayos, manifiestos, libros, fotolibros, exposiciones, proyecciones, talleres de formación, volver a abrir una escuela de fotografía. La ciudad lo merece, es uno de esos actos de rebeldía ante la apatía y desinterés de la gestión cultural tradicional.


Para celebrar los 35 años de la creación del Grupo Uno, Leonardo Rojas estará organizando una exposición fotográfica en el Teatro Municipal de Valencia, con algunos integrantes originales y otros invitados. Desde estas líneas, les invito a acompañarlos en este reencuentro, visitar esta muestra si se quiere antológica y hablar de esa experiencia con otros dentro y fuera del ámbito digital. Esta es una manera de honrar el trabajo de cada uno de estos fotógrafos, de agradecerles el esfuerzo por sembrar esa iniciativa en nuestra memoria sociocultural.





Tomado de El Carabobeño



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